15 Primer paso a la liberación

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Después de dejar a Melissa en el suelo, tirada, llorando por su "error" George puso su auto en marcha dando un gran acelerón dejando a la chica aún más preocupada y desesperada de lo que ya estaba. Era un manipulador experto, sabía perfectamente que con esa acción mantendría a Melissa con un remordimiento constante el cual lo ayudaría a someterla una vez más, llego a la casa de uno de sus amigos donde se llevaba a cabo una fiesta descontrolada, en la cual se podía observar autos de lujo, preciosas chicas con cara de modelo, bebidas alcohólicas de las más caras y drogas.

— ¡Pero qué bueno que llegaste hermanito! - Se acercó a él un chico rubio de ojos claros palmeando su espalda e invitándole un trago

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— ¡Pero qué bueno que llegaste hermanito! - Se acercó a él un chico rubio de ojos claros palmeando su espalda e invitándole un trago.

— No me lo iba a perder bro - Le respondió con un medio abrazo aceptando la cerveza y tomando un gran sorbo.

— Y ¿Dónde dejaste a tu niña? - Soltó el rubio mientras una risa juguetona salía de sus labios al tiempo que tomaba a una hermosa chica por la cadera.

— La mande a dormir, a esta hora ya no hay mucho que pueda hacer con ella. - Contesto George sonriendo sádicamente, triunfante ante el dolor que le había dejado a su novia.

— ¡Perfecto, estas de vuelta hermanito! - chocaron los puños riendo divertidos y brindando entre ambos

— Disfruta la fiesta, amigo, yo voy a llevar a esta belleza a otro lado - Mordisqueo la oreja de la chica mientras la tomaba por la cintura.

— Ok ¡Diviértanse! - Les grito mientras los veía desaparecer entre las personas que bailaban.

George caminó hasta la barra del bar sentándose a beber un par de cubas prendió un cigarrillo para terminar de relajarse expulsando el humo, al exhalar sintió un cuerpo tibio y blando recargarse sobre su espalda al mismo tiempo que noto unas bellas manos suaves rodearlo por la cintura y una respiración tan jodidamente sexy sobre su oído. De inmediato se giró observando a una bella pelirroja de cuerpo envidiable parada frente a él regalándole la mejor de las vistas hacia su cuerpo que lo llamaba sin disimular.
— Vaya, vaya, mira nada más quien tenemos aquí - la miro de pies a cabeza tomando su mano para besarla.

— Yo siempre estoy aquí, tú eres el que se desaparece y se olvida de mí - La pelirroja hizo un triste puchero al mismo tiempo que negaba con la cabeza.

— Claro que no preciosa - Se relamió los labios. -Tú siempre serás mi favorita - Tomo a la chica por la cintura atrayéndola hacia él rozando su aliento con el de ella disfrutando de su hermosa figura y sin más la beso desenfrenadamente.

— La chica le dio una sonrisa traviesa mordiendo su labio inferior mientras saboreaba sus labios una vez más - Entonces demuéstramelo - Hablo sobre los labios de él con sus ojos estallando de deseo y pasión.

— Claro que te lo voy a demostrar - puso su cigarrillo en la boca y cargo a la chica cuál recién casados.

La llevo hasta el segundo piso buscando una habitación donde pudiera estar con ella a solas para darle lo que tanto ansiaba, lo que tanto ansiaban los dos. Poco le importaba Melissa en ese momento, su cuerpo pedía a gritos tener a la pelirroja entre sus brazos descargando todo el deseo ardiente que sentía adentro.
Encontró una habitación donde sin pensarlo dos veces lanzó a la chica a la cama posándose sobre ella deshaciéndose de la ropa en segundos llenándola de besos por todo el cuerpo, su celular comenzó a vibrar mientras besaba la espalda de la chica quien pedía que no se detuviera, George pudo ver su identificador de llamadas el cual le mostraba de nombre "Melissa" Una sonrisa de satisfacción se dibujó sobre sus labios elevando su excitación al imaginarse a su novia llorando mientras consumía a otra mujer que le pedía a gritos no parar. Arrojo su celular lejos y continuo llenando de placer a la hermosa pelirroja que para ese punto ya estaba dominada por el fuego de sus caricias.
La angustia la estaba invadiendo a Melissa, realmente se sentía desperada por la manera en la que lo vio irse, le dejaba mil mensajes disculpándose y rogando por su perdón, quería demostrarle cuanto lo amaba y necesitaba a su lado, pero no obtuvo respuesta alguna.

Después de algunas horas liberando su pasión, la pelirroja y George se tumbaron sobre la cama satisfechos y agotados.

— Estuviste increíble amorcito. - Comento la rubia sentándose recargada en el respaldo de la cama.

— Tú también lo estuviste preciosa - prendió un cigarrillo mientras masajeaba la pierna de la chica.

— Este es el George que me gusta ver, apasionado y varonil. Sabes que detesto a tú "yo enamorado" desde que esa tipa llego a tu vida te has alejado de todos incluso de mí - acomodo su cabello mientras volteaba los ojos.

— JA! - Sonrió irónicamente. - Yo no estoy enamorado reina, eso sería lo último que haría y ella no es la razón de mi ausencia. Sabes que tengo muchos negocios en este momento los cuales no puedo descuidar, así que lo siento - tomo un poco de cerveza y se acomodó en la cama llevando ambas manos detrás de su nuca mirando al techo.

— Menos mal, pero sigo sin entender ¿que haces con esa niña? Se nota que ni tu mismo la soportas además se ve que es superñoña debe ser un fastidio estar con ella. - Sea costo sobre el pecho de él dando suaves masajes sobre la zona con el dedo indicé. - ¿Por qué mejor no la dejas? Ella nunca podrá complacerte como lo hago yo. - Beso delicadamente su pecho.

— ¡Preciosa! Eres muy graciosa - sonrió despectivamente y la quito de su pecho para poder pararse de la cama y buscar su ropa. - Sabes perfectamente que no la puedo dejar, ella tiene el capital que a mí me interesa, esto es un asunto de negocios y eso es más importante que una simple noche de sexo contigo - le guiñó el ojo dejando a la chica con la autoestima por los suelos y sin palabras.

Sin duda George era el tipo más bajo y despreciable que podía existir en el mundo, para él las mujeres solo eran objetos de placer y negocios, no le importaba nada más que dinero, poder y autoridad lo cual era despreciable.
La mañana del domingo respondió a los mensajes de Melissa pidiéndole un tiempo para pensar, ya que lo había decepcionado mucho con sus acciones "llenas de mentiras" en realidad lo que quería era darse un respiro de ella al mismo tiempo que lograba lo que quería, mantenerla sobre sus pies.
No hubo mucho que ella pudiera hacer pues lo había notado muy convencido por su decisión por lo que tuvo que aceptar y callar sintiéndose totalmente vacía sin él. La noticia la "ruptura" no tardo mucho en llegar a sus amigas quienes lejos de sentirse mal por ella, se alegraron pues ambas sabían que era el momento perfecto para mostrarle la realidad y sacarla de esa horrible adicción a él, rápidamente comenzaron a distraerla llevándola de compras, haciendo reuniones y asistiendo a fiestas, pero Melissa simplemente parecía no responder o no estar interesada. No importaba cuanto se esforzaran, ella seguía pensando en él, pasaron dos semanas y no había ninguna mejoría, tanto Allison como Paulina no desistían querían hacerla sentir mejor pero dentro de ellas rogaban por un milagro.

Un jueves por la tarde, Allison fue a casa de Joe para verlo ensayar junto a sus hermanos al estar ahí salió el tema "Melissa" pues Joe estaba un poco al tanto de esa situación y no dudo en preguntar por su estado.

— ¿Entonces no ha habido mejoría en Mel? - Se giró para verla mientras acomodaba el micrófono en el pedestal.

— No, sigue clavada con ese imbécil, y ¿sabes?, me preocupa. Me enteré de que él está preguntando por ella. - rodeo los ojos y tomo un poco de agua.

— A quien le está preguntando? - Se sentó a su lado buscando su mirada para prestarle más atención.

— Pues a la mamá de ella, la anda rondando porque según le importa todavía, claro que la señora no le dice nada a Mel porque tampoco quiere verla mal, pero es desesperante que no la deje ni cuando ya no son pareja - exhalo frustrada. - Nosotras hemos intentado distraerla llevándola de compras, haciendo reuniones etc. etc. Pero a ella simplemente parece no interesarle - cruzo sus brazos dando un respiro desanimado.

— Tal vez ella espera algo más. Solo piénsalo, ese es el ambiente en el que siempre se mueve es lógico que todo le recuerde a su vida con él o a su rutina. Yo pienso que lo que ella necesita es salir de su zona de confort, tal vez podrían traerla todas las tardes aquí para conocerla mejor y para que tome otros aires o conozca a personas distintas - Joe giro su vista hacía Nick quien los escuchaba atento mientras limpiaba su guitarra.

— Si tienes razón, no lo había pensado. ¡Oye! Eres un genio - Sonrió con fulgor rodeando su brazo en los hombros de Joe.

— Solo quiero ayudar, se nota que te preocupa y si a ti te preocupa algo a mí también, así que cuenta conmigo. - Le sonrió tiernamente con un ligero rubor sobre sus mejillas al sentir la cercanía de ella.

— Te lo agradezco mucho - le sonrió con gratitud. - Voy a llamar a Paulina para platicarle tu idea y después llamo a Melissa, ya vuelvo...

La Felicidad Comienza. (Jonas brothers ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora