Ya era tarde, todos en la mancion se encontraban durmiendo......excepto ciertos conde y sepulturero, ambos se encontraban platicando sobre como fue su día aunque no era algo muy interesante ya que ambos tenían la misma rutina siempre.
Undertaker habría la funeraria a las diez de la mañana y la cerraba a las cinco de la tarde, para luego visitar a su querido conde.
Mientras que Vicent despertaba todos los días a las ocho de la mañana para desayunar y empezar con su trabajo en su despacho, firmando documentos.
Hasta que llegaban las seis de la tarde.
Esa hora exacta, en la que esperaba con muchas ansias que llegara su amado shinigami de cabellos grisáceos. Todos los días ambos esperaban esa hora exacta en la que se podrían verse y pasar tiempo como amantes.
Entonses el peliazul escuchaba un pequeño golpecito en la ventana, inmediatamente se levantaba de su lugar para correr las enormes cortinas de la gran ventana y ver a quien tanto esperaba con ansias, habría la ventana para dejarlo pasar.
El albino le otorgaba un dulce beso, haciendo que al ojimarron se le hiciera notar un leve sonrojo de satisfacción.
Ninguno de los dos se cansaba de esa repetitiva rutina, es más, la adoraban.
Ellos se adoraban el uno al otro.
Muchas parejas al estar juntas tanto tiempo pierden la emoción que se siente al principio de la relación. Pero estos dos no, era imposible que se cansarán de demostrarse su amor,era imposible que el peliplata se cansara del peliazul, por que cada vez que se miraban, cada vez que se besaban, cada vez que se entregaban a la lujuria, se enamoraban más el uno del otro.
El peliplata se recostó en uno de los sillones muy cómodamente, cerró los ojos, tapó su rostro con su sombrero para que la luz no le estorbara y soltó un gran suspiro de cansancio.
- Veo que estás agotado- comentó el ojimarron.
- Estas en lo correcto, mi querido conde- respondió con un tono notoriamente de cansancio.
- ¿Por qué no te quedaste en tu funeraria descansando?- pregunto el peliazul algo preocupado.
- Por que necesito verte- contesto el peliplata.
- ¿No quieres tomar algo caliente?- volvió a preguntar con un tono de preocupación.
- No.-respondio directamente el shinigami, haciendo que Vicent se de cuenta de que su pareja no estaba de buen humor, Undertaker siempre estaba de buen humor, pero cuando no lo estaba parecía una persona completamente diferente, pero al ser pareja, el ojimarron ya lo conocía y más que nadie.
Haci que se hacerco a donde estaba recostado el albino,recostandose sobre su cálido pecho.
- Creo que hoy fue un mal día para ti- el peliazul odiaba cuando el peliplata perdía su sonrisa.
- Solo te necesito a ti, tu eres mi cura- respondió el albino, sintió como Vicent los dio vuelta haciendo que ahora el sepulturero quede sobre su pecho.
- Te voy a consentir- dijo el peliazul y sonrio.
- ¿Como?- cuestionó la parca.
El conde empeso a acariciar lenta y suavemente la cabeza del peliplata, también abrazo su espalda y dio pequeñas caricias logrando que este se relaje un poco.
Cuando vio que el albino levantó su mirada tomó con sus cálidas manos el frío rostro del sepulturero, corriendo delicadamente los largos flequillos que cubrían sus hermoso ojos verdes que tanto amaba y besó su frente haciendo que este suelte una pequeña sonrisa.
- Lo logré - dijo con felicidad el ojimarron.
- ¿Lograr que?- pregunto curioso el ojiverde.
- Hice que sonrieras- sonrio con felicidad.
Undertaker simplemente lo miro directamente a los ojos para de repente empezar a dar pequeños besos en el pálido cuello del conde.
Este solo se dejaba mimar, amaba cuando el sepulturero hacía eso, le encantaba sus caricias y toques.
Le encantaba todo de el.
