CINCO: Primera vez

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Daon tenía de un lado de la mano las flores que Namgung le habia regalado en el festival de la escuela y la otra estaba ocupada en su cuello mientras lo besaba y entraban a su departamento.
Shinwoo y Taekyung los habían invitado a comer luego del festival pero ambos rechazaron cordialmente diciendo que tenían otras actividades. Sus amigos los miraron sospechosamente, pero de notar algo no dijeron nada.
Namgung también tenía sus manos revoloteando por debajo de la camisa de Daon, haciendo contacto con su piel, atrayendolo más a él. Sus labios se unían desesperadamente al otro, había una creciente necesidad entre ambos, se habían dado cuenta que no era suficiente durante estas semanas los fútiles encuentros, los besos terminaban descarrilandose y los toques se transformaban a otros más profundos. Era solo la prudencia y compostura de Daon lo que evitaban que sucedieran pormayores.
Ahora en la seguridad de su hogar, ya no había por qué contenerse. Daon permitió que le quitara la camisa una vez que llegaron a su cuarto, Namgung comenzó a besar su cuello dejando pequeñas marcas, Daon normalmente lo regañaría, pero tenían el fin de semana por delante por lo que habría días para que se le quitarán.
—Te extrañé todo el día, hyung—decia Namgung entre besos.
—Pero si estuvimos juntos casi todo el festival— Daon no podía evitar sonreír ante su dramático amigo.
—Pero no podía besarte... —lo tiró a la cama y lo besó— ... Como te beso ahora.
Daon lo tomó del rostro haciendo que Namgung se detuviera a mirarlo, sus delicados dedos acariciaban lentamente sus rostro, Namgung cerró los ojos ante su toque, sabía que Daon estaba lejos de saber cuánto poder tenía su tacto en él. Daon por su parte se detuvo a mirarlo y en un acuerdo silencioso compartió con Namgung el mismo sentimiento, también lo había extrañado. Estaba junto a él pero lo extrañaba. Unió sus labios nuevamente a los suyos, abrió la boca para dejar entra a la lengua intrusa de Namgung, calida y mojada llenaba su cavidad bucal y uniéndose a la suya le hacía gemir en reacción.
Namgung estando encima suyo, rozo en su parte inferior su miembro, lo sentía apretado. Como ocurría siempre que se besaba con Daon, solo unos besos eran necesarios para calentarlo.
Se quitó a la vez la camisa que llevaba, quedando ambos con el torso descubierto. Namgung dejo un camino de besos por el cuello de Daon bajando a sus pezones, lamiendolos y mordiendo los levemente. Daon soltaba pequeños gemidos muestras arqueaba la espalda, haciendo que su miembro chocara contra su pierna, la tela del pantalón del uniforme era muy ligera por lo que se podía notar que también estaba endurecido.
Continuó su labor con el otro pezón hasta dejarlo igual de rojo.
Para sorpresa de Namgung, siempre lo estaba con Daon, este tomo su cinturón y los desprendió al igual que los botones de su pantalón bajándoselos lentamente. Namgung lo observaba atentamente en señal de ayuda.
—Daon... Te estás quitando la ropa para...—la voz le salía roncosa porque para Namgung la imagen de Daon ahora era la más erótica que haya visto antes.
—Tonto— decía este sonriendo cuando se quitó los pantalones y prosiguió con sus boxers— ¿No quieres hacerlo?
Daon se detuvo y verdadera duda se reflejó en su rostro. Namgung se lamentó por ser tan lento, obviamente aquí su Hyung se estaba ofreciendo y él no era capaz de agarrar señal rápidamente.
—Cl-Claro... Hyung, sí sí— dijo tartamudeando. Daon dejo ir un aliento contenido.
—Intentemoslo juntos— susurró depositando un beso pequeño. Asintió. A Namgung se le revoloteó el corazón.
Daon cuando se deshizo de su boxer y estando completamente desnudo, se acercó a su mesa de noche para abrir un cajón y sacar un pequeño frasco y un preservativo. Namgung se sonrojó y trago saliva. Su Hyung había pensado en todo. No se le había pasado por la cabeza que él pudiera tener esos pensamientos, a pesar de que habían hecho muchas cosas sucias juntos, aún no podía quitarle del trono de la puritaneidad a su Hyung.
A Daon le temblaban las manos pero esperaba que Namgung se centrará en su sonrisa y no viera su nerviosismo. Ya había sido mucho bochorno ir a la farmacia y cómpralos. Aunque el vendedor lo miró pícaramente en señal de complicidad, el solo quería salir de ahí lo más rápido posible.
Sacudió esos recuerdos centrándose en el ahora y Nangung aún estaba espaciado, sin no fuera por la mirada llena de lujuria que le estaba dando al cuerpo de Daon el pensaría que estaba dudando. Decidió pues ser el que llevase las riendas.
Se acercó a Namgung y lo tomó del cinturón, comenzó por quitárselo y luego a desprender los botones de su uniforme, para luego bajarlos junto con sus boxers. Tragó saliva cuando vio al miembro de su amigo, tan grande como recordaba, el sabor de su polla en su boca aún era evocable.
Ambos arrodillados en la cama calculaban el próximo movimiento, había cierta extrañeza pero comodidad a la vez, como si dar este paso fuera algo que se lo esperaban y que finalmente estaba ocurriendo. Semanas antes ni se lo imaginaría, pero con el pasar de los días no podía encontrar algo más excitante que esto.
Daon no dudó y lo tomó del cuello mientras recostaba su espalda en el colchón, llevando a Namgung encima suyo para besarlo. Sus labios se unieron nuevamente entre jadeos y gemidos, esta vez con sus cuerpos desnudos entrelazandose. Daon sentia su miembro endurecido en su abdomen y gemía en su boca. No sabía que sentir la piel así rozandolo podría ser tan caliente.
—Sabes...—comenzaba Daon mientras se separó de Namgung— ¿Lo qué tienes que hacer?
Tomó el lubricante y se lo mostró, Namgung asintió y lo agarró abriéndolo. Se arrodilló con las piernas de Daon a los costados suyos. Este recostado lo miraba divertido ante su rostro serio en la tarea.
—Normalmente eres tan hablador y cuando se tratan de estas cosas está bien callado— dijo el Hyung acariciando su brazo
—Eres tu el que me deja sin habla...
Namgung lo miró y sonrió tímido, sabía lo que tenía que hacer pero nunca lo había hecho. Esperaba secretamente que Daon no se fijara en su inexperiencia y como si leyese sus pensamientos, Daon le tomo de la mano y le dio un beso suave en la muñeca.
—Es mi primera vez también— susurró.
Namgung podría llorar en cualquier momento. No se merecía semejante ser.
Tomó el producto en su dos dedos y se puso en labor. Daon había abierto más las piernas y podía ver ahí abajo su pequeño orificio rosado bastante apretado, sin dudar más untó el producto en el metiendo un dedo, Daon se tensó y cuando Namgung lo miró el le dió un pulgar arriba para que continuase de igual manera. Siguió metiendo el primer dedo hasta que el agujero lo tragó completo, siguió haciendo esa intromisión hasta que se acostumbrara a la forma, cuando finalmente lo hizo y Daon se relajó el segundo dedo entró y nuevamente se tensó. Namgung lo hacía lentamente por temor a hacerle daño, los dos dedos gracias al producto terminaron entrando ya saliendo con facilidad. Cuando el tercer dedo entró Daon gimoteó y se le pasó por la cabeza desistir. Cuando vio el rostro de preocupación de Namgung, siendo el haz de las sonrisas falsas, le dio una para que viera que no era tan malo como pensaba. En su interior estaba gritando que como demonios entraría su enorme polla en él.
Pero su orificio terminó adaptándose a los tres dedos que entraban y salían, haciendo un sonido obseno. Cuando Namgung lo retiró, Daon sintió un vacío en su interior, sentía como le palpitaba la entrada.
Namgung se acercó y le acomodo el cabello que se le pegaba a la frente.
—Te vez hermoso— y besó sus labios.
Colocándose un poco de producto en su extensión, alineó sus falo en la entrada de Daon. Este dejó de respirar por un instante mientras esa larga longitud iba haciendo su camino en su interior.
Daon frunció en seño y estaba por cerrar los ojos para contener el dolor hasta que Namgung lo tomó por su miembro y comenzó a masajearlo, mandándole torrentes lujuriosos por todo el cuerpo. Lo admitiría, era un buen distractor. Sin darse cuenta Namgung había metido la mayor parte de su polla en el, y comenzó a salir con la misma lentitud. Repitió el mismo proceso de entrada y salida en velocidad 1 hasta que su agujero se adaptó a el.
Dejó su de tocarle la polla y se acercó para besarlo.
—Te sientes tan bien, hyung— susurró, Daon disfrutaba verlo en estas condiciones, totalmente perdido.
Namgung comenzó de vuelta el vaivén y aumentando la velocidad. Daon solo quería acabar con el proceso lo más rápido posible por lo que abría aún más la piernas para que realizase sus movimientos. Namgung lo tomó de la cintura y en una estocada, todo cambio para Daon.
—¡Ah!— gimió fuertemente. Namgung lo miró como sorprendido y se detuvo.
Había dado con su punto clave.
Hasta ese momento Daon pensaba que esto no iba a ser placentero para el en lo absoluto, pero cuando Namgung chocó contra su próstata vio el cielo y las estrellas.
Para Namgung esto no pasó desapercibido por lo cual con la misma intensidad entró de vuelta, con su manos ambas en la cintura de Daon.
—¡Namgung! Aaah... Ahí— gimió arqueandose.  Namgung sonrió autocomplacido. Retiraba lo dicho anteriormente, esta imagen de su Daon, era en realidad la más erótica que había visto jamás.
Namgung siguió con las embestidas, haciéndolo de manera más regular, sintiendo su polla haciendo fricción con el interior de Daon. Cuanto más gemía más aumentaban los vaivenes y quedaba el sonido de chapoteo que se escuchaba en el cuarto.
Fueron varias las embestidas cuando Daon empezó a sentir el hormigueo en todo su cuerpo estando cerca.
—Gungnie... Me voy... Ah! Venir...—decia entre jadeos.
Unas estocadas más en el punto de Daon y este se corrió liberando sus semen.  Namgung hizo unas entradas más y se corrió también.
Se recostó por encima de Daon y este coloco sus manos en su espalda acariciándolo lentamente. Ambos querían decir muchas cosas, pero aún luchaban por recuperar la respiración, que pareciera que durante todo el proceso se les había olvidado hacer.
Namgung por temor a estar asfixiando a Daon se levantó y salió de él. Fue al baño y trajo unas toallas limpias para limpiarlo. Daon quería detenerlo pero verdaderamente estaba sin fuerzas, le dio una media sonrisa con los ojos entrecerrados.
Cuando Namgung volvió de vuelta de baño lo arropó y puso un beso en la frente y se acomodó al lado izquierdo de la cama.
—¿Te encuentras bien, Daon?—Preguntó Namgung mirándolo atentamente.
—Mh...
—¿Quieres que te traiga algo?—siguió preguntando mientras le acariciaba el pelo.
Daon quería que se callara y lo dejara dormir por lo que se acercó y aferró sus brazos a su cintura acomodándose en su pecho. Cerró los ojos y se dejó hundir en su sueño.
Namgung sonrió y envolviendo sus brazos en Daon a la vez siguió sus pasos cerrando los ojos.

Can you see me? I'm here too (Daon&Namgung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora