Capítulo 2

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Ileana se sentía incomoda por la simple presencia de Lucian.

De todas las personas que viven en el pueblo, justo me tenía que topar con Lucian. Vaya suerte la mía.

- Si gustas, puedo llevarte. – Dijo Lucian con una sonrisa simple. – Vine en motocicleta, solo atenderé un asunto rápido y listo.

- No es necesario. – Respondió Ileana de manera fría.

- Como gustes. – Lucian guardó sus manos pálidas en su abrigo. – Ten cuidado, es muy tarde y aún tienes que caminar por el bosque. – Sonrió.

Ileana asintió y dejó salir de su boca un simple "Mmh" para darle la espalda y seguir con su camino.

¿Qué es lo que necesitará de la biblioteca? ¿A caso Dante estará en algún problema?

La preocupación hacía Dante por parte de Ileana hizo que se detuviera un poco y mirara a la puerta de biblioteca. No parecía que la situación se alterara, además, no lograba escuchar sus voces a pesar de que la calle estaba completamente silenciosa. Decidió solo enviar buena suerte a Dante para afrontar lo que tuviera que arreglar con Lucian. Ileana no quería preocupar a su papá, así que decidió acelerar el paso.

El camino de regreso era tranquilo, es verdad que de noche podría lucir un tanto incomodo e incluso aterrador, pero a pesar de los altos árboles en el camino del bosque, estos permitían pasar unos pequeños rayos de luz de la luna. Se podría decir que solamente es oscuro cuando se oculta.

La pequeña brisa fría chocaba con el rostro de Ileana, el cual hundió en el cuello de su abrigo. El sonido de las hojas chocando con el aire era simplemente encantador. Ileana se dio la oportunidad de parar un poco y apreciar las vistas del cielo. El aroma del bosque llenaba cada rincón. La madera de los árboles se ocultaba muy bien en la oscuridad. Una que otra hoja caía desde lo alto llenando el sendero y logrando tornarlo un color anaranjado Era inevitable sentir la sensación de satisfacción al regresar a casa, Ileana gozaba cada noche que pasaba por aquel camino, puesto que la escena era perfecta.

Una sensación hormigueante se apoderó por un ínstate de su cuerpo, sobre todo en sus manos que sostenían la correa del bolso. El libro. Por poco lo olvidaba. Decidió apresurarse aún más para llegar a su casa y poder leerlo.

No hubo mucha distancia cuando pudo ubicar una luz entre los árboles. Vio la carretera y solo a unos pocos metros estaba su casa. Notó que la luz de la cocina estaba encendida.

La única manera de subir en coche era por la carretera. Ileana no sabía manejar por lo que, las veces que pasaba por la carretera, era cuando acompaña a su papá a la pequeña bodega en la cima de la colina o cuando acompañaba a su tía al pueblo.

Abrió la reja para entrar al jardín. Se dio cuenta que muy posiblemente, su tía Hope había dejado abierta la llave de la manguera al regar las flores del pequeño jardín, se acercó para cerrarla. La tía Hope era muy cuidadosa con su jardín, llegó a contarle a Ileana pequeñas historias con su madre de cómo solían decorarlo en sus tiempos libres.

Ileana abrió la puerta con cuidado para evitar hacer ruido si es que su padre estuviera en el sillón dormido. Sus sospechas fueron ciertas cuando miró a la sala y vio como su padre estaba descansando. Dejó su abrigó en la entrada y cambió su calzado por unas pantuflas que dejaba en la entrada.

- Papá. – Se acercó Ileana con cautela para no asustarlo. – Papá, tienes que ir a la cama.

El hombre hizo un pequeño movimiento y abrió los ojos en un suspiro.

- Ileana. – Su padre tomó sus gafas de la mesita que estaba al lado del sillón para colocárselas. – Llegaste hija, te estaba esperando.

- Ya lo noté. – Ileana sonrió. – Vamos, ve a dormir.

The Beast of Kingdom: Castillo/CastleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora