Daegu, Corea del Sur, 3 de enero de 2021.
El clima frío propio del mes, se desliza a través del abrigo de Taehyung.
Mudarse, era literalmente su única opción, pero ahora se lo cuestionaba. Tal vez debió suplicar por perdón.
Tal vez...
Las cajas, a pesar de ser pocas pesaban como el demonio. Pero lo hecho, hecho estaba y no podía revertir sus palabras y acciones. Tampoco era un pecado ser sincero con tus padres ¿o sí?
Taehyung siempre se consideró un chico simple, odiaba los problemas así como discutir, y peor aún odiaba que controlaran su vida.
Solo tenía tres amigos, su vida era monótona y solitaria. Estuvo enamorado por varios años de uno de sus amigos, sin embargo, nunca dijo nada al respecto. A parte, estaba muy seguro que el chico no era homosexual. ¿Pudo enamorarse de su amiga? Pues claro que sí, pero terminó enamorándose de su amigo y ahí habían empezado sus problemas.
Y ahora, ¿por qué traía a colación a sus amigos? La respuesta era sencilla. Debió aceptar su ayuda con la mudanza. Él no era una persona atlética ni musculosa, y tratar de mover una sola caja le estaba costando y eso que estaba encima de otra.
Cuando finalmente la tuvo en sus brazos, con mucho esfuerzo dio un paso hacia atrás con tal mala suerte que tropezó con otra caja más pequeña y juró por Dios que ese sería su último día en la tierra porque esa caja lo iba a aplastar, confirmando así su inminente muerte.
Cerró los ojos tan fuerte que estaba seguro que si los abría en ese momento vería puntitos grises por todos lados.
Con un horroroso estruendo sintió como la caja era prácticamente golpeada de sus manos.
Desgracias y más desgracias.
Sin embargo, lo siguiente que pasó fue algo así como un periodo de confusión. ¿Acaso ya estaba muerto? ¿Por qué no le dolía nada? ¿Qué...?
Alguien le tocó un poco la mejilla y lo siguiente que vieron sus ojos fue a un modelo rebelde sacado de las revistas: un rostro digno de un dios griego, un piercing en la ceja y una manga de tatuajes que se extendía por todo su brazo derecho.
Definitivamente en el cielo no estaba, pero si era el infierno y habían chicos así, entonces estaba agradecido de haberse portado mal algunas veces en su vida e incluso con su padre quien le había dicho que se iría al inferno.
—Oye, chico guapo ¿estás bien? —Habló el desconocido. Taehyung lo miraba entre embelesado y asustado aun tirado en el suelo. Hasta su voz era cautivadora—. Oye, ya sé que soy muy guapo, pero no te quedes como idiota y responde, di algo.
—¿Dios?
—Um, gracias, ya sé que estoy en esa categoría no es necesario recalcarlo. Parece que estás bien. Vamos, de pie bonito—. Le tendió la mano y Taehyung con cierta duda la tomó.
—Gracias... yo, este, me acabo de mudar y... —dirigió su vista hacia su costado y se dio cuenta que la caja se había abierto, sus mangas estaban tirados por el suelo.
Miró horrorizado la escena, corrió hacia ellos recogiéndolos y limpiando algunos restos de suciedad. El chico se acercó también y lo ayudó, una vez terminaron el desconocido lo volvió a mirar.
—Te puedo ayudar si gustas. Vivo en uno de los apartamentos de aquí.
El chico le sonrió coqueto y le guiño el ojo.
—Eh, claro, te lo agradecería, uhm... —Le sonrió a medias, con algo de vergüenza.
—Jeon Jungkook—. Levantó la caja.
—Ok, Jeon Jungkook, vivo en el 512, puedes dejarlo en la puerta, subo enseguida.
—Claro precioso—. En ese momento Taehyung se preguntó: ¿cuántos adjetivos ese chico había utilizado en él?
Taehyung tomó una caja menos pesada, y también la otra pequeña con la que se había tropezado. Esas eran las últimas y siguió al tal Jungkook.
—Gracias. Creo que no habría podido subir esa caja solo, a menos que la hubiera arrastrado.
Taehyung colocó las cajas que traía consigo en el suelo y abrió la puerta dejando pasar primero a Jungkook; él entró un poco después con las cajas y las apiló encima de las otras que ya había traído.
Se dirigió a la entrada de su nuevo hogar, pues Jungkook había salido ni bien colocó la caja dentro.
—Jeon Jungkook, soy Taehyung, Kim Taehyung. Muchísimas gracias. Te ofrecería algo, pero como vez apenas estoy llegando.
—Oh no te preocupes, lo hice con gusto. Vivo en el 509, y ya me tengo que ir—. Se acercó a Taehyung, demasiado cerca para ser la primera vez que lo veía. Le sostuvo un poco de la cintura y al oído le susurró: —Nos vemos luego, dulzura.
Jungkook se fue, sonriendo pues su nuevo vecino parecía ser demasiado inocente y guapo. Ya presentía que sus días aburridos y solitarios estaban por acabar.
Taehyung por su parte, muy apenas y hasta entonces se pudo percatar de cómo ese chico le había estado coqueteando descaradamente y hasta se había tomado la confianza de tocarlo e invadir su espacio personal.
Oh por Dios. Había bajado todas sus defensas ante ese chico extremadamente guapo.
Taehyung se detuvo a pensar un poco en Jeon Jungkook, su vecino del 509.
Tendría que ser cauteloso si no quería meterse en problemas.
Holis🤗 ¿cómo están?
Creo que es la única nota que escribiré al final de un capítulo, pero es que necesito saludar.
Después de muchos años, retomé la escritura. Terminé un fanfic viejo (Think About You) y comencé este proyecto. Como lo dice la descripción, serán capítulos cortos, pero les encantarán (eso espero) 😣😂
En cada capítulo trataré de colocar una imagen para que puedan visualizar a Tae y Jk como yo me los imaginé cuando escribí cada capítulo dependiendo de las situaciones en las que se encuentren.Gracias de antemano a quienes leerán la historia. Espero que les guste tanto como a mí.
Cuídense mucho y tomen mucha agua.
¡Nos leemos en los próximos capítulos!☺️
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In a year [KookTae]
FanficEn donde Taehyung, al abandonar su hogar, se muda solo al ser rechazado por sus padres. Él se había planteado metas, y una de ellas (la causante de su destierro), era nunca volver a enamorarse, pero el destino tenía otros planes para él. Por otro l...