Tokyo Revengers ✹ One Shots

Chifuyu Matsuno

Advertencias: Spoiler cap 115-118 del manga, precisamente en el futuro de los black dragons

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—Vaya día de mierda—reprochó con cansancio la pelinegra caminando hacia su zona de descanso junto al ahora pelinegro—no sé que estoy haciendo con mi vida sinceramente—.

—Te entiendo perfectamente—respondió Chifuyu con un suspiro. 

Ambos pelinegros caminaban en silencio y a paso lento por un pasillo largo en el subterráneo de las instalaciones de la Toman. Ambos odiaban trabajar en ese lugar pero de alguna manera estaban encadenados a lo que era la pandilla que formó su adolescencia.

Siguieron caminando en silencio hasta llegar a una pequeña sala con sillones y una mesilla, éste lugar era el lugar seguro de Katia y Chifuyu ya que sabían que nadie los iba a encontrar ahí.

—Ese bastardo sigue desaparecido?—preguntó la ojiverde rompiendo el silencio, causando un suspiro en el pelinegro—no me creo para nada que esté muerto—

—Mi colega no ha tenido noticias sobre él, realmente la policía es inútil en estos casos—comentó Chifuyu recostandose en uno de los sillones, pasando los brazos sobre el respaldo y subiendo una pierna arriba de la otra—sin darnos cuenta acabamos de nuevo en la palma de la mano de Kisaki—.

La fémina chasqueo la lengua con fastidio y imitó la acción del pelinegro. Ambos reflexionando en que se convirtió sus vidas después de unos años.

La fémina suspiró.

—Supongo que te enteraste sobre lo de Draken y Hakkai...—Chifuyu solo asintió con la cabeza, bajando la mirada al suelo—que está pasando con nosotros?—.

Kisaki era el principal objetivo de los pelinegros, ambos querían echarlo de la Toman para por fin ser una organización meramente decente, sin drogas ni prostitución..

Pero

En este último tiempo se habían enterado por fuentes externas que sus antiguos compañeros estaban siendo asesinados uno por uno por nadie más que la antigua cabeza de la Toman, Manjiro Sano. Ninguno sabía las causas de aquello, solo se acuerdan de la última vez que vieron a Mikey por última vez, con el cabello corto y rubio, mirada oscura inexpresiva que solo provocaba miedo en los presentes, eso fue hace años atrás, antes de desaparecer completamente del mapa hasta ahora.

—Cómo fue que acabamos así?—dijo el ojiazul bajando aún más la mirada y apretando lo puños—los antiguos integrantes de la Toman han sido asesinados, tenemos cero pistas sobre el paradero de Kisaki y estamos envueltos en negocios oscuros...Yo nunca quise una vida así, él nunca hubiera querido que pasara esto—expresó Chifuyu en voz baja, pero perfectamente audible para la pelinegra.

La fémina miró hacía el techo y hizo memoria hace años atrás, cuestionando en qué momento la toman se descarriló y cayó en caminos oscuros, recordando a cierto torpe rubio que en su momento había sido un pilar fundamental para Mikey, al recordar a Takemichi sonrió, pero esa sonrisa parecía más una mueca que otra cosa.

—Cuántos años han pasado desde que Takemichi volvió al presente?—preguntó con un poco de esperanza de que se volviera a encontrar al rubio del futuro después de tanto tiempo.

Chifuyu y Katia en el pasado sabían el secreto de Takemichi, puesto a que este prácticamente se los grito en la cara en un intento desesperado de pedir ayuda por toda la presión que llevaba en los hombros él solo. Al principio ambos se sorprendieron ante aquella revelación, pero en menos de 1 minuto decidieron creerle a su amigo uniendo todos los cables que estaban dispersos ante el antiguo extraño comportamiento del rubio.

Chifuyu soltó una amarga risa—creo que van 10 años desde ese día—respondió descartando la idea de encontrarse con él de nuevo—todavía quedan 2 años para que vuelva a este infierno de futuro—.

—Te apuesto todas mis pertenencias a que va a llorar al volver y encontrar esta mierda de futuro—dijo ella aliviando el ambiente tenso que se había formado—ese idiota se toma 12 años muy a la ligera, es verdad que para él son solo segundos, que envidia—.

—Es verdad... me hubiera gustado poder verlo cuando vuelva—.

Esa era la realidad, ninguno de los dos podrá verlo en ese entonces. Los dos eran conscientes del poco tiempo que les quedaba con vida, y el peligro que corrían al seguir esas instalaciones, pero aún así ninguno pretendía huir, confiando en su pequeña esperanza para poder rehacer sus vidas de nuevo y poder hacer todas la cosas que en esa vida no pudieron.

El principal ejemplo sería estar juntos.

Ambos tenían ese deseo desde que eran unos adolescentes, pero ninguno de los dos es tan egoísta para prometerle al otro una vida a su lado sabiendo que nada aseguraba una vida llena de felicidad estando envueltos en temas que ninguno quería tratar. Es por eso que todos esos lamentos se los llevaran hasta la tumba y los deseos los guardaran para poder cumplirlos en otra vida.

—Mikey nos encontrará en cualquier momento, pero no tengo miedo—confesó ganándose la mirada del pelinegro—confío plenamente en Takemichi, después de todo él ya nos salvó antes—.

—Entonces está decidido—dijo chifuyu mostrando una sonrisa—somos conscientes que este futuro es una reverenda mierda y yo todavía tengo bastantes cosas pendientes que quiero hacer—.

—Sí, yo igual...—.

Ambos se quedaron unos largos segundos mirándose a los ojos transmitiendo todo lo que querían hacer con solo una mirada.

—Bueno—dijo finalmente la fémina para levantarse de un salto del sofá, tendiendole la mano al pelinegro—en otra vida?—

—en otra vida.—

Se tomaron las manos haciendo un trato que no necesitó palabras para saber de qué se trataba para volver a aquel edificio, esperando su destino con la tranquilidad de saber que tendrían otra oportunidad para poder estar juntos sin preocupaciones.