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Una semana después.

El sonar de las zapatillas negras y costosas sonaban por el desolado edificio, con un poco de fuerza el hombre canoso lanzó el agua fría al débil cuerpo de Jimin quien despertó de golpe tras el susto.

-Buenos días cariño- sonrió divertido. No recibió respuesta.

Jimin tenía las muñecas amarradas con una soga la cual pasaba por un aro de acero pegado al techo, en si, estaba colgado de sus brazos. La punta de sus pies a penas tocaban el suelo.

-Hoy nos divertiremos un poco- su cínica sonrisa hizo erizar la piel de Jimin -Pagaras por el golpe del otro día, dulzura.-

Chasqueando los dedos, uno de los sujetos le dio un bate de béisbol, Jimin al verlo en las manos del hombre se empezó a ponerse nervioso mientras el miedo aumentaba. Dolería, claro de dolería.

-N-No por favor- pidió débil. Había resistido demasiado para su parecer.

-Ya vi lo que Yoongi vio en ti- lo miró a los ojos.

Se empezó a acercar asustando más al rubio quien tiraba de sus brazos para poder zafarse pero lo único que logró fue lastimar sus muñecas.

-Aprenderás lo que es disciplina- soltó antes de golpear el costado del cuerpo ajeno con el bate.

Los ojos de Jimin se abrieron de golpe, mientras que su boca se abrió soltando un grito de dolor pero no se detuvo ahí. El sujeto golpeó el otro costado haciendo gritar al rubio, aún con súplicas no paraba, su rabia no paraba.

Golpeaba el cuerpo del omega como si fuera un simple piñata y él fuera el niño que quiere los dulces que está traía en su interior, con más entusiasmo siguio golpeando el cuerpo de chico por todos lados. Sus piernas, espalda, su abdomen, pecho y rostro fueron golpeados por el hombre que no tenía intenciones de parar, el cuerpo de Jimin se teñía de colores, el dolor se hacía insoportable, el pobre chico no paraba de gritar a dolorido.

Uno de los dos sujetos al ver cómo Jimin perdía el conocimiento intentó separa a su jefe pero este aún quería seguir golpeando al chico, no se había percatado que había caído inconsciente.

-Basta, jefe.-

-¡Trae más agua!- ordenó, soltando su brazo.

Acomodando unos mechones de su cabello tiro el bate al suelo, arrebató el balde con agua que traía en las manos unos de sus trabajadores y con simpleza lanzó el agua directo al rostro del chico quien abrió lentamente los ojos.

-Bienvenido otra vez, dulzura- dijo con entusiasmo.

Soltando el balde el cual cayó al suelo, tomando una varita y presionó el botón de encendido, está no tardo en tronar por la electricidad chocaba entre ella.

Sonriendo se acercó al cuerpo de el chico, los dos chicos que lo miraban estaban aterrados al ver las atrocidades que hacía con el pobre omega.

-Me acuerdo cuando la madre de Yoongi murió- empezó a hablar el más mayor de todos -Yo me encargué de disciplinarlo por varios años hasta que el bastardo huyo de mi, pero estoy seguro que algunas de mis enseñanzas están consigo- camino por atrás del cuerpo que estaba colgado -Por lo que veo mis enseñanzas las había aplicado en ti- paso las mano por las cicatrices que estaban en la espalda del chico rubio -¿Yoongi te dijo como murió su madre?- silenció -Lo dudo, Yo la mate- todos los pares de pararon en el sujeto -Ella me obligo a hacerlo, se comportaba igual que tu, irrespetuosa y maleducada, yo que tanto la quería enderezar pero no lo logré. Cuando ese bastardo nació ella se volvió aún peor colmando mi paciencia- decía mientras regresaba a su lugar de inicio con pasos lentos -Un día al querer protegerlo, ella se puso brava igual que una perra y no pude aguantar mas y con golpes le tuve que enseñar quien mandaba, fue débil y no revistió.-

𝑱𝒖𝒔𝒕 𝑶𝒏𝒆 𝑩𝒖𝒍𝒍𝒆𝒕 -𝒀𝒐𝒐𝒏𝒎𝒊𝒏- ✨𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora