Chanyeol corre desesperado por los nevados campos de Rusia. Ya no es un niño, pero se siente solo y aterrado como una vez lo estuvo, perdido en el laberinto de calles congeladas y rostros sin nombre. Corre deshecho en lágrimas y con el corazón estrangulado, al límite de sus fuerzas y de sus nervios.
Yifan lo persigue. No el Yifan de su infancia, tierno y comprensivo, no el amante ardiente que ordenaba en su lecho, tampoco el dulce entrenador de mejillas tersas y sonrisa compasiva. Éste es un Yifan transformado por la muerte, de ojos sanguinolentos y piel marmolada, de mirada vacía y manos trémulas.
–¡No me perdonaste! –le reprocha con desprecio, mientras estira sus brazos para atraparlo–. ¡No me dejaste morir en paz, te supliqué y no me perdonaste...!
Chanyeol apresura sus pasos, atormentado. Los árboles se cierran a su alrededor, las ramas le lastiman el rostro y las manos, la nieve bajo sus pies es cada vez más suave. Pero de pronto pisa firme y los árboles lo liberan. Se encuentra sobre un lago congelado y ahora lleva puestos sus patines. Oh, sí, sus patines. Sobre el hielo ya no tendrá problemas. Sobre el hielo todo irá mejor.
De inmediato toma ventaja, Yifan ha quedado atrás. Suspira aliviado, pero no por mucho tiempo. Una figura se presenta ante él tan repentinamente que por esquivarla cae al hielo y resbala sin control. Otro muerto. Otra venganza.
–Te lo dije, Park–dice el señor Byun con la mitad de su cabeza destrozada, la sangre cayendo espesa y viscosa por su rostro–. Dije que cavaría tu tumba. Ahora la policía te encerrará de por vida y yo estaré allí para torturarte. Cada día hasta que mueras, ¡y tú no podrás escapar! –se burla en medio de groseras carcajadas.
–¡Maldito! –exclama Chanyeol, la ira sobrepasando su miedo–. ¡Vuelve al infierno, demonio! –grita, y saca uno de sus patines con la facilidad de un guante, y comienza a golpear con él la repentinamente sólida figura de su enemigo. Hiende su arma con loco frenesí mientras la sangre salpica más de lo que es lógico, volviendo todo un infernal mar escarlata.
–¿Por qué, Chanyeol? ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué ya no me amas?
La voz de mujer congela su gesto en el aire. No entiende en qué momento Byun se convirtió en su madre y él en matricida.
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Sangre sobre hielo [Chanbaek]
Romance"La sangre tiñe el mundo del patinaje sobre hielo y se derrama sobre los que reinan en él. Sobre los que deben amar y odian, sobre los que deben odiar y aman, mientras todos intentan borrar de sus manos la escarlata mancha de la culpa." Baekhyun sub...