Después de una tarde de nuevas integraciones, reencuentros e intentos fallidos de disculpas llegó la hora de que cada uno fuera a su casa, en estos momentos yo debería estar en la mía pero no, estoy en casa de María y Olli por cortesía de María al arrastrarme ahí.
—Veo que la casa no ha cambiado nada.— Dije mirando cada detalle de ella.
—Tengo algo para ti, ahora vuelvo.— Me dice Olli y lo veo desaparecer por las escaleras.
—¿Un anillo de compromiso?— Dice María pícara.
—No empecemos.— Dije y recordé que sentí vibrar mi móvil varias veces así que lo cogí.
—¿Qué te ha parecido Hannes?— Dice María después de dos bonitos segundos de silencio.
Un desgraciado prepotente, eso me ha parecido.
—Dejar la charla de chicas para otro momento.— Dice Olli bajando las escaleras, salvada por la campana.
—Imbécil.— Oigo susurrar a María a lo que río y me gano una mirada de Olli.
—Tn, ven a la cocina.— Me llama Olli desde esta.
—Ahora vuelvo María.— Dije.
Cuando llegué a la cocina Olli estaba apoyado en una de las sillas como si estuviera pensando algo, cosa rara en el. —Aquí me tienes.— Dije y me acerqué a el. Al ver que no hablaba hablé yo. —¿Olli?— Y escuchamos a alguien entrar en casa, supongo que sus padres así que salimos a saludar.
—¡Tn has vuelto, cariño!— Exclama la madre de los hermanos emocionada y se acerca a abrazarme.
—Me alegra verla de nuevo.— Dije separándome del abrazo.
—Con confianza Tn, eres una más de la familia.— Me dice esta vez el padre poniéndome una mano en el hombro.
—Hasta lo eres legalmente al ser la novia de Olli.— Dice María como si nada.
—María, deja Tn y a tu hermano en paz.— Dice el padre.
—Creo que me voy a ir ya, se me va a hacer tarde.— Dije mirando a los padres para luego mirar a los dos hermanos.
—Puedes quedarte a cenar si quieres, cariño.— Me dice la madre.
—No, no gracias. No quiero ser una molestia.— Dije acercándome a la puerta.
—No molestas, en serio.— Me dice el padre.
—No la presionéis, yo la acompaño a casa.— Dice Olli, literalmente salvándome la vida, no me malinterpretéis me caen muy bien los padres de María y Olli pero no quiero ser una molestia además, sería incómodo.
—En ese caso está bien.— Dice el padre.
Me despedí de todos y salí con Olli. —De nada.— Me dice Olli sarcástico.
—Oh, por favor. Los dos sabemos que lo has hecho más por ti que por mi.
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Los líderes
AcciónQuizás Olli no fue el único líder o quizás María nunca fue la única chica en el grupo.