Con mi sangre

¿Me olvidaste?

-Algunas veces lo hago.

Yo aún leo viejos mensajes;
Me hace daño y no puedo evitarlo.
Aún sigo pensando,
Tratando de imaginar...
¿Qué fue lo que nos pasó?

-¿No lo sabes?

Quizá no quiero saberlo.
No me cuentes nada.
Prefiero ignorarlo todo,
Así, cuando la policía me llame a declarar
Pueda alegar demencia.
No haría falta fingir mucho
Si la cordura ya me la quitaste.

-Y ¿qué harás con el cadáver?

¡No haré nada! Jamás lo toqué,
Yo no he matado a nadie.
Esa no es mi piel
Ni mi cabello,
Mucho menos mi rostro.
Ese es el rostro de aquella que te decía querer.
Solo vete, ya lo has hecho antes
¿O ya lo olvidaste?

-No puedes olvidar lo que nunca recordaste.

Tú me dejaste sin explicación.
Morí justo aquí por tu culpa;
Mi cuerpo yace en aquel rincón
Que no se limpia nunca.
Hay rastros de sangre por todas partes.
Y tus huellas bien marcadas en mi corazón.

-Yo no estaba aquí,
¿cómo pude matarte?

Fue justo por eso que morí.
No estabas para salvarme.
A mí
Que decías amarme.

-Estoy aquí ahora.
Déjame ayudarte.

¡No!
No te acerques más,
Déjate esa máscara que cargas
Fingiendo ser amable.
No quiero tu ayuda que sabe a chantaje,
Guarda tus reproches para quien quiera escucharte.

Ya no estoy aquí,
No estoy en ninguna parte.
He muerto.
Tú me mataste.

Perdóname
si mi nota es ilegible,
Escribí con balas algunas partes
Y sellé las hojas con mi sangre.