Lirios blancos 1/2

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Kirari desea comprar flores para la apuesta de la torre de puertas y termina en el lugar menos esperado. También habrá un poco de Meariri :)

PRIMERA PARTE

Era lunes a primera hora de la mañana. Sayaka y Yumeko habían decidido apostar el día de ayer y Kirari se pasó toda la noche pensando en como hacer la apuesta interesante.

Lo había escondido muy bien, pero en realidad estaba sorprendida (y un poco orgullosa, pero no iba a mostrarlo) de lo arriesgada que había sido la pelimorada al aceptar esa apuesta.

Entonces ahí estaba la presidenta, con ojeras que tuvo que cubrir con un poco de maquillaje sutil. Sayaka no estaba en la puerta de su habitación a las 7am como cada mañana así que le pidió a su hermana que le ayudara a trenzar su cabello.

— Listo, presidenta -habló Ririka detrás de la máscara. Kirari se miró al espejo con la cara hacia un lado y suspiró, no estaba mal hecho el peinado, solo que no era como el que hacía su secretaria.

El asunto era, que ella no tenía ningún derecho a quejarse, puesto que ella misma había alejado a la menor con sus actitudes. Pero ella era Kirari Momobami, no podía estar triste por una simple secretaria (o de esto trataba de autoconvencerse).

***

— Buenas tardes con la floristería...-habló Kirari por 542 vez en el día- Aquí la señorita Momobami, de la academia Hyakkaou. Me preguntaba si podría hacer un pedido grande para este sábado...¿Qué tan grande? Bueno como unas...¿diez mil? -miró a su hermana como mirando una señal de aprobación pero llevaba la máscara puesta y no hizo expresión alguna- No, no hay problema, gracias de todas maneras -dijo la presidenta en tono calmado antes de colgar

— ¡Demonios! -bufó Kirari mientras arrojaba el teléfono contra la mesa. Había estado llamando a todas la floristerías cercanas (relativamente, porque se encontraba un poco alejado de la ciudad), y ninguna podía hacer un pedido tan grande con tan poco tiempo de anticipación.

— ¿Poco tiempo? ¿POCO TIEMPO? -gritó Kirari- ¿TÚ CREES QUE UNA SEMANA ES POCO TIEMPO? -agitó a Ririka por los hombros- ¡Malditos floristas! Soy la líder de la familia más influyente de Japón, haré que cierren todas sus tiendas de porquería y...

— Kirari, cálmate -la cortó Ririka con un poco de miedo- A ti te pasa algo que no tiene nada que ver con las floristerías -Kirari la miró mal- Además, ¿para qué quieres diez mil flores, en primer lugar?

Lo que menos necesitaba en esos momentos Kirari era que la cuestionaran. No era el maldito problema de Ririka para qué eran las flores, ni lo era el maldito problema de nadie más. Ni siquiera Sayaka hacía estas preguntas.

— Discúlpame hermanita, pero creo que ese no es asunto tuyo -Kirari ya no gritaba pero sus palabras eran secas, quizás era porque no había tomado su té como todas las mañanas- ¿Podrías servirme de algo y hacerme un té? Tengo la garganta seca

Cada cosa que Ririka hacía mal le hacía recordar más a Sayaka y lo mucho que la necesitaba aunque no se hubiese dado cuenta antes. Ella siempre tenía todo listo y ordenado para cuando Kirari llegase a la oficina. Apuntaba en su agenda lo que tenían por hacer en el día, le ayudaba a peinarse, le preparaba té caliente cada mañana, y lo más importante, parecía que en serio disfrutaba de su compañía.

— ¿Puedes seguir llamando tú? -le preguntó Kirari mientras bebía su té- Llevo toda la mañana tratando de encontrar un local que haga pedidos grandes y ninguna quiere tomar mi orden, estoy harta...

— Bien, lo haré -respondió la chica de la máscara tomando el directorio telefónico que había impreso para Kirari más temprano

— Buenos días con la floristería...? Si buenas, me preguntaba si hacen pedidos grandes de flores.  Como diez mil, serían para este sábado...ajá...mmh, déjeme consulto -tapó la bocina del teléfono- Psst, Kirari, esta floristería dice que puede tomar el pedido si vas personalmente a la tienda a hacerlo. Como es un pedido grande no quieren arriesgarse a que después lo canceles.

One-shots [Kirasaya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora