¿Un jaguar es malo por matar un conejo? Algunos argumentaran que no, porque lo usa para alimentarse, otros dirán que depende la perspectiva, si se trata de los conejos, la respuesta es más que clara y si los cachorros del jaguar pudieran hablar dirí...
La pelirroja se encuentra en la sala de espera, mantiene su espalda recta, su vista se desvía hacia abajo y acaba por acomodar su muñequera negra, parte de su uniforme. La música de fondo comenzaba a irritarle a la par que intenta mantenerse centrada. El sonido del timbre hace que eleve su cabeza, una luz sobre la gran puerta metálica ha cambiado de color rojo a verde, indicando que ya puede ingresar a la oficina del general. No tardó mucho en incorporarse para seguido adentrarse a la sala.
– ¡A sus órdenes mi Capitán! – Le saluda con una postura firme y la cabeza alta, dirigiéndose al hombre delante de ella. – Mi vuecencia, ¿Cuáles son sus órdenes?
La joven ha sido llamada por él, al formar parte del escuadrón de Elite su contacto con su general es algo bastante común.
– Tome asiento. – le pide Eslok.
Ella se apuró a cumplir con su orden, seguido de esto el joven se acomodó delante de ella. En sus manos tomo sus expedientes, gran habilidad física, cumplimiento con las órdenes de los rangos más altos y una muy buen reacción ante imprevistos o situaciones de estrés forman parte de sus cualidades.
Tras realizar diversas pruebas en las que, sin saber competía con otros miembros de su escuadrón, le acabo por posicionar como la mejor opción para la tarea.
– Kaysa, no hay nadie aquí, puedes relajarte. – Le pide con una leve sonrisa, el moreno deja los papeles en la mesa. – Te he llamado porque fuiste seleccionada para una misión de espionaje, me centrare en darte detalles. Entraras en un pequeño grupo de Cydgos.
El cuerpo de la chica se tensó.
– ¿En un centro? – Se atreve a interrogar, tratando de calmarse, esperando la respuesta afirmativa de su superior.
Él negó con la cabeza. – Sospecho que hay un grupo de Cydgos libres, se han reunido, es extraño dado a su naturaleza solitaria, puedo suponer están tramando algo. Han comenzado a desaparecer de nuestros centros un pequeño número. Presiento que la familia Markov tiene una estrecha relación con la causa, aunque desconozco sus fines, no son personas que podamos tomar a la ligera.
– Cydgos libres... – Se escapa de sus labios, malos recuerdos invaden su mente. – ¿Cómo debo ingresar?
– No te adelantes mucho. –Le pide. – Eyra ha estado vigilando a un posible Cydgo, al parecer residen en una Academia, mi idea no es que te infiltres como una profesora o estudiante. Este individuo suele espiar un centro cercano, simularas que te escapas de allí, si mi teoría es acertada y te toman como miembro va a significar que los están reclutando. – Hace una leve pausa. – Al parecer al estar en grupos suelen formarse jerarquías o al menos eso me han informado los del escuadrón de investigación, también suelen ser leales a quien les ayuda, pero es una lealtad más bien enfermiza. Trata de cumplir con todo lo que te pida el Cydgo que te haya encontrado.
Seguido de esto le entrego unos papeles con información que debería tomar, sus datos serían cambiados en la red y durante el tiempo de su misión perdería su condición de humana, le entregarían su disfraz.
– Recuerda también proteger tu identidad, su seguridad no deja de ser importante para mí. –Fija sus ojos verdes en la chica.
Kaysa se limitó a asentir, ha aceptado y no hay vuelta atrás, lo sabe bien, pero está dispuesta a arriesgar todo en nombre de su causa.
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02:00 am - 20 de marzo de 2022
Su ropa está completamente percudida, hombres con linternas la siguen. Su corazón esta acelerado, el sudor le ha pegado el cabello a la frente. Continua corriendo tanto como puede, los ladridos de los perros resuenan una y otra vez, están furiosos, dispuestos a atraparla.
Ve una cámara y salta hacia ella para arrancarla, logra romperla. Está atrapada, no ve salida alguna. Cree haber fracasado, hasta que sus ojos se encuentran con un ducto de ventilación, usa los restos de la cámara para quitar la reja, arrastra su cuerpo hasta que se encuentra con el ventilador.
Con mucho esfuerzo logro quitarse su remera y engancharla en el aparato delante de ella, el cual termino por trabarse. Paso a doblar las aspas hasta quitar las suficientes para poder avanzar, guardo un trozo roto de estos y continúo.
Había estudiado el lugar, por lo que tenía una idea de hacía donde ir. Logro ver un poco de luz proveniente de una ventana con rejas, avanzo hasta allí, uso el trozo roto de las aspas como un destornillador, tras quitar los tornillos empujo la reja. Se asomó, está en el segundo piso y la caída podría matarla, tirarse sin más no era una opción. Al mirar hacia arriba vio un pequeño relieve en la pared, a unos metros se encuentra un contenedor de basura cerrado el cual podría quitar un poco de altura de la caída. Sin pensarlo mucho se aferró a este relieve y comenzó a avanzar sosteniéndose de este hasta llegar al contenedor, se dejó caer, flexionando un poco sus rodillas para amortiguar mejor el golpe. Para su fortuna cayó bien.
Continúo corriendo, camuflándose entre la oscuridad y los pasillos. Le quedaba llegar al pequeño pozo que cavo debajo del muro, no tardó en encontrarlo y luego de arrastrarse bajo tierra logro salir del centro de detención de Cydgos.
Su respiración esta agitada, su cuerpo se mantiene en temperatura por toda la actividad física que ha realizado, pero la poca ropa de la que dispone causa que su piel sea expuesta a una brisa helada.
Comenzó a caminar, sin tener un rumbo o camino fijo, giró hacía un callejón, tratando se pasar inadvertida, seguramente algunos militares le estaban siguiendo.
Un largo suspiro se escapó de sus labios, apoyo su cabeza en el respalda de una pared. Unos pasos llamaron su atención, poco a poco un chico comenzó acercarse a ella, porta una larga chaqueta negra y unos lentes de sol, su cabello parece más oscuro, pero por la poca luz no logra diferenciarlo. Al quedar delante de la chica retira sus lentes, dejando ver un color carmesí.
– ¿Tienes a dónde ir? – Interroga quitándose su chaqueta, para pasarla por sus hombros.
– No. – Responde.
El plan ha salido a la perfección.
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Ese fue todo el capitulo de hoy, ¿como ha sido su semana?
