10:30 am - 27 de marzo de 2022
No hay ninguna clase de sonido en la sala más que el constante golpeteo de unos dados que lanza Folko, el hermano mellizo de Viggo, quien parece sumamente concentrado en ello.
Pese a que sean hermanos, es fácil poder diferenciarlos.
Folko tiene una cicatriz en su rostro, de una mejilla hacia la otra pasando sobre su nariz; Viggo la piel lisa.
Folko tiene el cabello cobrizo, largo en la nuda y bien peinado; Viggo siempre tiene cabello castaño, mechones rebeldes y la nuca rapada.
Folko no habla; Viggo es incapaz de callarse.
Los ojos de ambos son carmesí, pero los de Viggo son intensos, como si algo se quemara dentro de ellos y los de Folko, los de él no tienen brillo.
– ¿Por qué tiras los dados? – Se anima a preguntar siguiendo con la mirada el par de piezas.
No obtiene respuesta, tan solo recibe una sutil risa por parte de su hermano.
– Ignora eso, es solo una manía que tiene. – Le responde restando importancia para continuar usando su celular.
– Buscaba saber más de las personas de aquí. – Confiesa la chica encogiéndose de hombros.
Una mueca se dibuja en los labios del castaño. – ¿Una de las tareas de Garm? – Interroga a lo que ella asiente. – Te puedo contar sobre mí sí me invitas una hamburguesa, pero tiene que venir con gaseosa y papas. Mi pasado trágico a cambio de una comida, es un buen trato.
La pelirroja tan solo le dio una sonrisa, en otro contexto la sería sincera, pero no es más que una mueca forzada. – Tenemos un trato.
Ambos estrecharon sus manos y acordaron en ir en cuanto acabe la jornada de la tarde.
17:30 pm – 27 de marzo de 2022
El puesto de comida rápida desprender olor a pizza, carne asada y tabaco a causa del personal de atención. No tardan mucho en retirar el pedido, la chica pensó que se sentarían allí y se preparó mentalmente para soportar el aroma a cigarrillos, pero, Viggo le indico que lo siga.
– Es muy temprano para cenar. – Se queja. – Apenas son las cinco.
–Nunca es temprano para una hamburguesa. – Menciona y procede a cambia el tema. – Creo que es un poco inútil la tarea de Garm, es decir, todos pasamos más o menos por lo mismo.
– Puede que todos hayamos pasado por la misma situación, pero se puede sentir de manera distinta. – insistió la chica, buscando la manera de sacar información.
– ¿En qué área te tenían cautiva? Debes ser bastante habilidosa para salir por tu cuenta. – Dice para luego darle una mordida a su hamburguesa.
La chica sabía que le habían dejado las cosas más fáciles para su escape, después de todo estaba planeado.
– En el campo. – Responde.
– Debe ser más fácil, mi hermano y yo nos encontrábamos en el laboratorio. Mierda, estaba seguro que moriría allí.
– ¿Por qué creías eso?
– Muchos de mis compañeros eran llamados a la sala, luego no volvían, nunca sabías quien sería el siguiente.
Lo mira con detenimiento, esperando que siga hablando.
– Aunque a veces era peor volver, me ha tocado suerte, pero hay quienes volvían distintos...
– ¿Cómo? – Se anima a indagar.
– La hamburguesa esta deliciosa. – Cambia el tema.
Quería saber más, no es secreto para nadie que los centros experimentan con Cydgos, pero ha leído informes y no es tan cruel ni descabellado como su compañero lo menciona.
Vio que el cuerpo de Viggo se tensó, si indagaba demasiado quizá solo se calle, por lo que desvió el tema a otro apartado de los centros. – ¿Cómo lograron salir?
– No fue por nosotros a decir verdad, nos subieron a una camioneta y nos ataron, pensamos que nos trasladarían de refugio pero al abrirse las puertas estaba Hazel y Garm, quienes nos dieron la bienvenida.
– ¿Hazel? – Vuelve a preguntar. – ¿No suele ocultarse?
– Antes convivía un poco más con todos, hace tiempo dejo de aparecer.
Un pequeño silencio se hizo presente, la temperatura comenzó a bajar. El cuerpo de la chica comenzó a temblar, su contextura delgada no era ideal para climas fríos. Él quito su saco y lo paso por sus hombros, dejando ver cicatrices en sus brazos, parecían rastros de viejas inyecciones mal colocadas, costadas y uno que otro rasguño.
– Deberíamos volver, ¿no? – Avisa para incorporarse.
–Si no te molesta, ¿me darías más detalles de tu pasado trágico? Hicimos un trato y la hamburguesa según tu no estaba nada mal– Trata de negociar.
Ella también se levanta, juntos comienzan a caminar hacia la academia.
– Crecí rodeado de paredes blancas, con inyecciones, desde que tengo memoria estoy familiarizado con la muerte, deseando ser el siguiente hasta que están por anunciar el próximo y tan solo ruegas que no te toque a ti o a tu hermano– Su voz no tiene emoción alguna. – De adolescente hacia apuestas con mi hermano, quien sería el próximo, nos ayudaba a no volvernos locos.
– Eso es horrible. – Le sigue la corriente y pretende estar horrorizada, pero le es indistinto.
Las palabras del chico son para ella una mentira, deben de serlo.
– Da igual, ya no estamos allí. – Responde. – Ahora camina rápido que aunque tengas mi abrigo tiemblas como chihuahua.
No tardaron mucho en llegar, debido a que no se trata de un lugar bastante lejano y la velocidad a la que iban.
Kaysa al llegar a su cuarto se recosto unos momentos y algunas preguntas inundaron su cabeza: ¿de que se trataban esas marcas? ¿A caso las ha causado la triple C? Negó con la cabeza, es imposible, sus colegas jamás serían tan crueles como los Cydgos, y aunque, fuera cierto, no se puede tener simpatía por un asesino.
Por otro lado, Viggo camino hasta la sala de estar donde su hermano continuaba tirando los dados, una y otra vez. Con cuidado se los quito y los guardo en una bolsa de tela, a lo que Folko reacciono de manera tranquila.
– Ya no tienes que hacer eso.
Folko tan solo asintió con su cabeza, dispuesto a retirarse hacia la sala de computación para continuar con su trabajo.
– No te quedes hasta tarde. – Llama su atención Folko.
– No puedo prometerte nada, ¿te fue bien hoy? – Responde.
– Sí, iré a tomar una ducha y luego dormiré.
ESTÁS LEYENDO
Garm
Paranormal¿Un jaguar es malo por matar un conejo? Algunos argumentaran que no, porque lo usa para alimentarse, otros dirán que depende la perspectiva, si se trata de los conejos, la respuesta es más que clara y si los cachorros del jaguar pudieran hablar dirí...