Pasaron los días y comencé a salir mas de mi casa, de mi habitacion de mi mundo, el sol ya no me parecía darme muy fuerte por la cara, ya había terminado de leer el libro que tenia a la mitad el día que te conocí, ahora estaba leyendo uno nuevo, el que me habias recomendado, no era tan interesante como el anterior pero no era el libro si no la persona que lo había recomendado era lo que lo hacia interesante.
Mis caminatas se volvieron habituales, y cada tarde estabas ahi, corriendo con los auriculares puestos, ajena al mundo a tu alrrededor, estábamos en el mismo parque, en el mismo lugar todas las tardes, nos mirabamos sin pena., no sentiamos nada, nuestras mentes estaban y pertenecian a otras personas , seguia con el corazón roto, todo seguia siendo doloroso para mi, pero verte anestesiaba mi dolor.
No sabia que tus besos llegarían en poco y que las tardes de caminatas serian mis favoritas.