01. Don't

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Los tacones resuenan en el pasillo mientras emprendo mi huída a los camerinos

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Los tacones resuenan en el pasillo mientras emprendo mi huída a los camerinos.

—¡Kiora!— paro de repente y giro encarando al idiota de mi cuñado.

—Joder, Kalon. No me llames por mi puto nombre, aquí soy Jasmine— alza las manos al ver mi cara de enfado.

—Tranquila, fiera. Creo que no estás en situación de amenazas, princesa. Uy, deja ver que piensa mi hermano— hace ademan de sacar su móvil y agarro su mano.

—Ni se te ocurra— me empuja contra la pared, acorralándome, y le miro sorprendida.

—Ni me tientes.
—Por favor, no se lo cuentes a Zale, K.
—¿A cambio de qué, cuñada?— muerdo mi mejilla, mirándolo. Su mano agarra con fuerza mi cintura, apretándome más contra la pared.
—Lo que quieras, K, joder—los laterales de su boca se curvan, formando una sonrisa.
—¿Es eso un trato, pequeña? Ten cuidado a la hora de hacer un pacto con el diablo, Kiora— su mano viaja a mi cuello y lo aprieta sin ejercer mucha presión, pero la necesaria.
—Nunca me ha dado miedo el diablo. Sabes que yo soy mucho peor— noto un destello en sus ojos, y conozco lo suficiente a Kalon como para saber que lo que más le gustan son los retos.

—Ten cuidado, cuñada. Voy a tomar tu pacto en cualquier momento— su mano se retira de mi cuello y vuelvo a respirar con normalidad. —Mi hermano se lo tenía muy callado— sus ojos recorren mi silueta antes de alejarse y desaparecer del pasillo.

Joder, joder, joder. No me puede pasar esto a mí.

Si algo es mi cuñado es un puto adicto a los retos. Nadie reta a Kalon Markov y sale impune de ello. Y yo no voy a ser la excepción.

Cuando termina la noche salgo del camerino después de cambiarme. Me subo en mi coche y conecto el móvil justo al tiempo que me llega una llamada.

—Hola, amor— sonrío.
—Hola, guapo.
—¿Cómo te fue el voluntariado de hoy?— escucho un golpe en mi ventanilla y siseo al ver a Kalon. Abro el seguro y le índico que se calle, señalándole la pantalla donde aparece reflejado el nombre de su hermano.
—Lo mismo de siempre. Estuve aburrida y pensando en ti. Ayudar en el bingo es una mierda— veo como las cejas de K se alzan y suelta una pequeña risa. Lo miro frunciendo las cejas.
—¿Qué fue eso?
—Nada, Z. Encontré a tu hermano en la calle de vuelta a casa y estoy siendo taxista— miento y Kalon vuelve a alzar las cejas.

Ayúdenme para no matarlo, por Dios.

—¿A K?— musito un si.
—Hey, Z. Solo vigilando a la princesita— me mira y giro en la curva antes de llegar a casa. Apago el motor.
—Z, ya llegamos. Tiro al adoptado en tu puerta— Kalon mueve la boca silenciosamente musitando "stripper" y casi le lanzo el tacón.
—Vale, nena. Te quiero— Kalon hace una mueca de asco y suspiro para no matarlo.
—Te quiero, Ze.

Corto la llamada y cierro la puerta del coche, rodeándolo hasta llegar a la puerta de la casa de los Markov.
—Una palabra y...— pone su mano en mi boca y me acorrala contra la pared de su casa.

Se le está haciendo costumbre.

Muerdo su mano y lo alejo.
—Tu puto hermano nos puede ver, Ka. Procura no decir nada y yo cumpliré mi parte— giro dándole la espalda y camino a la puerta de al lado, mi casa.

Y es que encima son mis putos vecinos.

Llego a mi habitación y tiro mi maleta a la cama rendida, escuchando un quejido.

Alzo la vista asustada y veo a una chica en mi cama.

—Joder, Aura. Que susto.

Aura Nasha Markov, mi mejor amiga desde que tengo uso de razón. La mediana de los Markov.

—Bruta de mierda— se queja y yo encojo los hombros.
—No haber estado ahí— rueda los ojos y sigue mirando el móvil, stalckeando chicas.

Ah, y lesbiana hasta la médula.

Me desnudo y camino hasta la ducha, ganándome una mirada de mi mejor amiga.

Me coloco bajo la ducha, de espaldas a la puerta del balcón nada anti-Kalon. Su maldita habitación está enfrente de mi baño, y puede acceder saltando fácilmente como ha hecho miles de veces y como hizo Aura. La habitación de Aura está enfrente de la mía, y con tan solo dar un salto puede aterrizar en mi balcón y entrar. Llevan haciendo eso desde hace años, al igual que yo a la de ellos.

Envuelvo una toalla en mi cuerpo y salgo del baño de mi habitación. Me coloco un pijama y salto a la cama al lado de Aura.
—Mañana es el primer día de clases— la miro y le pego con un cojín.
—Cállate la boca.

His brother's girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora