Capítulo 39

940 104 111
                                    

•Capítulo final•

El clima era frío, pero tampoco sombrío, las nubes eran densas pero no evitaban que pequeños rayos del sol se hicieran ver a través de ellas, pues la lluvia había cesado hace poco.

La (C/c) se levantó, había estado arrodillada con las palmas de sus manos juntas frente a ella rezando, no era raro, pues tanto _____ como Arthur se encontraban frente a la tumba de Edward.

— Arthur, yo no creo que Edward en verdad te haya deseado la muerte —. Habló de espaldas a el —. Estoy segura, que el jamás diría algo así ¿Lo sabes no?

— Yo... Tampoco lo creo.

— Sin embargo, si estás tan seguro, debió haber algo detrás de eso —. La chica se giró hacia el y tomó sus mejillas con cuidado, haciendo que lo mirara directamente —. Pero no tiene caso, hay que mirar hacia el frente. — El joven dejó salir unas pequeñas lágrimas, dejó caer su rostro sobre el hombro de su pareja mientras ella acariciaba su cabello. Recogieron sus cosas y salieron de aquel sacramental para dirigirse a un parque.

— ¡Cómo tardaron! — Se quejó Lizzie.

— Un minuto más y empezábamos sin ustedes —. Dijo Zeldris.

Todos se encontraban sobre una manta de tela, con comida sobre ella y una que otra basura que había sobrado de los alimentos.

— Perdonen, pasamos a ver a Edward —. _____ se sentó junto con Arthur.

— ¡Bien como sea! ¡Traje dos pasteles enormes! ¡Más le vale terminarlos! — Gritó Elaine señalando las enormes tartas, ____ suspiró.

— Yo creo que ni entre todos nosostros podríamos terminarlas.

Muchos rieron, pasaron la tarde en compañía celebrando el último día de verano de su segundo año, sintiéndose felices y pleno, en armonía.

Todo podría terminar aquí, un final feliz dónde todos sus obstáculos fueron superados y porfin tener un poco de paz entre tantas tormentas.

Pero si fuera así ¿Seguiría siendo un fanfic de drama?

Las cosas aún se agitarían un poco, antes de terminar.

— Creo que es hora de irnos —. De pronto dijó Arthur mientras miraba su reloj.

— Puedes adelantarte, aún recogeré algunas cosas —. Le respondió su novia.

— Bien ¡Te esperaré en el estacionamiento! — Le dedicó una sonrisa mientras corría con llaves en mano, en realidad Arthur no tenía razón alguna para apresurar el paso, sin embargo era algo que lo tranquilizaba.

Ya cerca del auto, admiro la hermosa vista frente a el, el estacionamiento se encontraba cerca de el mar, el se encontraba justamente frente a el, una pequeña barda lo separaba de aquel risco dónde rocas se encontraban, el sonido de las olas era hermoso y el aire tenía cierto aroma a sal.

De pronto y sin previo aviso, sintió un empujón tras su espalda.

— ¡Arthur! — ______ quien había presenciado la escena, se apresuró a correr y alcanzó a tomar la mano de su novio a tiempo, Arthur sintió como si el alma le volviera a el cuerpo.

La joven se giró hacia la figura encapuchada quien debía ser el responsable, este intento huir, pero la chica fue más rápida tirándolo contra el suelo, en ese momento su capucha y gorra cayeron, dejando ver hebras naranjas.

— ¿¡Kai!? — La sorpresa fue tanta que el culpable aprovechó para liberarse, el se encontraba de espaldas a aquel risco y caminaba hacia atrás lentamente.

•Niño rico•|| Arthur y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora