Pasaron dos horas desde que Ander se fue, la escena se repetía una y otra vez en mi cabeza. Julia me envió un mensaje diciendo que estaba aburrida y venía de camino a mi departamento, era la oportunidad perfecta para contarle todo.Luego de una hora, llegó.
Nos sentamos en el sillón y entre charla y charla comencé a contarle todo lo ocurrido con Ander. Ella no lo podía creer.
— ¿Y no me contaste hasta ahora? Me siento decepcionada— reprocha cruzándose de brazos.
—No exageres, pasó hace unos días.
—No importa, me tenés que mantener al tanto de todo— espetó— ¡no lo puedo creer, por fin te gusta alguien!— aplaudía emocionada.
— Ay amiga, no me gusta— mentí descaradamente— ni siquiera lo conozco bien. Además él JAMÁS me daría bola, somos... muy diferentes.
—Y con <<diferentes>> te referís a que él es "demasiado perfecto" como para fijarse en vos, ¿no?
—Si— agaché la cabeza. No sé si lo mencioné, pero tengo bastantes problemas con mí autoestima.
— ¿Estás dudando de tus encantos otra vez? —arqueó la ceja—Te juego lo que quieras a que si se va a fijar en vos, no te rebajes amiga.
—Es la verdad, ya está, no le demos tanta importancia— Dije cambiando de tema.
—Te juro que odio cuando te rebajas así, nena.
<·>
Otra vez, lunes.
Odio los lunes, solo por el hecho de comenzar la semana ya estoy de mal humor. La verdad es que me enojo un poco fácil, pero es lunes, todos lo odiamos.
Para sumar otro factor, estoy llegando tarde a la Facultad.
Odio llegar tarde.
Se podrán dar cuenta que odio mucha cosas.
Entré corriendo, no había nadie en los pasillos. La puerta del salón ya estaba cerrada, y con toda la vergüenza del mundo ingresé.
Por suerte, la profesora que está a cargo en la primera hora es un amor. Dejó que pasara y me explicó que debía elegir un compañero para realizar un trabajo en grupo. Mi primer impulso fue buscar a Ander con la mirada para hacer el trabajo con él, — y también para tener una excusa para estar cerca—, pero al mirar su mesa, me percaté de que ya estaba acompañado. A su lado se encontraba una chica rubia, que no paraba de reírse mientras le tocaba el pelo.
Una sensación rara comenzó a hacerse presente dentro de mí. No estoy segura de cómo describirla, jamás la habia sentido.
CELOS. Son celos., mamita.
No son celos.
Llámalo como se te dé la regalada gana, pero son celos.
Bueno si, son celos. No me gusta admitirlo pero se trata de eso. No sé porqué, Ander no es nada mío, pero no puedo evitar ponerme celosa. Me conozco y sé que se me nota que estoy enojada., pero realmente no me importa.
Solo había un lugar vacío, y ¿adivinen con quién era?... SI, con Lucas. ¡Que felicidad!
Me persigue la desgracia.
No tuve más opción que sentarme con él y hacer el trabajo. Como de costumbre no paraba de hablar, yo solo respondía con monosílabos.
Toda mi atención estaba centrada en Ander, más que nada en la rubia junto a él. Ella no paraba de tocarlo y sonreírle, se notaba claramente que moría por llamar su atención, y lo peor es que lo conseguía.
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El beso de despedida
Teen FictionLara tiene una vida sencilla y tranquila, por no decir aburrida, pero las cosas cambian cuando conoce a Ander. A ella no le gustan los cambios, prefiere quedarse como esta para no arruinar todo lo que ya tiene. En el pasado la lastimaron mucho, y n...