Prólogo

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Nunca me gustó hablar con la gente. Suelo justificarme diciendo que no me gusta conocer personas nuevas, pero en realidad es que soy tímida... bastante tímida... demasiado tímida a la hora de hacer sociales.

Muchas veces intente hacer amigos, pero simplemente no se me da. Primero que nada a causa de mi timidez, pero otra de las razones es que suelo tener cara de pocos amigos la mayoría del tiempo, seguramente es por eso que nadie se me acerca. También vale aclarar que a veces soy un poquito amargada y pesimista... pero son solo detalles.

Se podrán imaginar que si me cuesta hacer amigos, aun mas me cuesta encontrar pareja. En mis veintiún años de vida tuve solo un novio, que ni siquiera fue un novio oficial. Empezamos a hablar ya que él tuvo la iniciativa, en otro caso yo no me hubiese animado a hablarle.

Me puedo llegar a imaginar lo que se están preguntando... ¿Siguen juntos siendo una pareja feliz? La respuesta es... no. Me encantaría mentir y decir que fue una relación hermosa llena de amor y cariño pero la verdad no es así.

Los primeros meses fue todo muy lindo, pero al paso del tiempo empecé a pasarlo mal. No quiero entrar en detalles de lo que paso, ya que es una etapa de mi vida superada. Lo que si les puedo contar es que hace dos años que no me "enamoro" de nadie.

Después de lo ocurrido con mi ex, prácticamente le huyó a las relaciones amorosas. Seguramente se estarán preguntando... ¿Por qué huis del amor? La respuesta es muy sencilla. 1) No quiero volver a pasarla mal como con mi ex pareja y 2) Todavía no encontré a nadie que me llame la atención.

Así que acá estoy yo, Lara, veintiún años de edad, más sola que un perro de la calle, y con miedo de que la vuelvan a lastimar.

Calma, calma, calma. Tampoco se pongan mal por lo que les conté, a pesar de todo eso vivo muy feliz, aunque por mi cara de amargada no se me note. ¿Quién sabe?... por ahí el universo me sorprenda este año. 

El beso de despedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora