Yuuji estaba encima de ellos, la tela de su kosode ondeando a su alrededor. Su expresión era absolutamente asesina cuando el azul obsidiana de su energía de maldición crujió a su alrededor, filtrándose desde sus muñecas, tobillos y espalda, luciendo como las alas de un dios. La luz de su energía hizo que el rosa de su cabello brillara más pálido y el ámbar de sus ojos brillara dolorosamente.
—Pequeño dios~...—, pensó Sukuna con cariño para sí mismo. Sukuna no adoraba a nadie más que a sí mismo, pero si tenía que adorar a alguien más, entonces sería Yuuji. No podía esperar el día en que Yuuji adquiriera sus poderes. En qué dios deslumbrante se convertiría.
El mero pensamiento fue suficiente para hacer que la boca de Sukuna se hiciera agua.
—¡Yuuji!— Gojo gritó, sonriendo cariñosamente a Yuuji como si no hubiera intentado abrir un agujero en el pecho de Sukuna antes. —¡Hola!— dijo emocionado.
—Satoru. Sukuna—. Yuuji miró a los dos seres frente a él, expresando nada más que furia helada. —¿Por qué estabas peleando?— preguntó, aunque la respuesta era claramente obvia. —¿No me prometiste que no le harías daño, Sukuna?—
—No está herido, ¿verdad?— Sukuna se burló con petulancia. —Además, él mismo consiguió darme algunos buenos golpes—. El corte en su pecho fue testimonio de esto. Incluso con su técnica de maldición invertida, la curación fue lenta.
—Él atacó primero—, dijo Gojo.
—Eso no es una excusa, maestro Satoru— Yuuji suspiró, luciendo exasperado mientras controlaba su energía maldita aterrizando en el suelo ante ellos. —Ambos son tan malos como el otro—.
Yuuji los alcanzó a ambos, tomando una de sus manos entre las suyas.
Sukuna sintió que una llamarada de calor lo recorría mientras Yuuji curaba sus heridas y reponía sus niveles de energía. El dolor adormecedor de sus heridas cesó y su ritmo cardíaco comenzó a nivelarse.
—Gracias, Yuuji~,— prácticamente tarareó Gojo, mirando a Yuuji como si llevara a la luna y las estrellas. —Tu hermano y yo estábamos charlando, eso es todo. Solo estábamos resolviendo algunas diferencias—.
—¿En serio?—
—Lo juro. Nadie iba a morir, Yuuji. Promesa.—
Yuuji hizo un sonido en el fondo de su garganta que indicaba cuánto creía en Gojo, lo cual no era muy pleno.
Sukuna observó su interacción, notando la forma en que Gojo tocaba a Yuuji, gentil y amorosamente como si estuviera hecho de algo raro y precioso. Sukuna conocía a Gojo desde hacía mucho tiempo, más de lo que Yuuji había estado en esta tierra y ni una sola vez había sido testigo de que el rey del infinito tratara a nadie ni a nada con tanta reverencia.
Quizás no fue tan unilateral como Sukuna había pensado. No sería sorprendente que Yuuji tuviera a Gojo envuelto alrededor de su dedo meñique.
Interesante.
—Soy algo codicioso—, confesó Yuuji, mirando entre Sukuna y Gojo. —Los quiero a los dos y no quiero elegir... no puedo—. Parecía triste, decepcionado de sí mismo más que enojado con Sukuna o Gojo. —Lo siento.—
Sukuna y Gojo se miraron. Una conversación silenciosa ocurrió entre ellos en segundos. No se querían el uno al otro de la misma manera que a uno no le gusta encontrar un error en su propio bien. No podían matarse entre sí, no sin que Yuuji estuviera molesto con ellos y la realidad era que ser la causa de la angustia del omega en cualquier manera o forma era un destino peor que la muerte.
Estaban en un punto muerto, un punto muerto sin dirección para moverse...
...salvo por uno.
~
Autor verdadero Chotto_Latte.
Un voto y un comentario me hace muy feliz, se los ama. Muak :3
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Punto muerto. >SukuIta - GoYuu<
FanfictionA pesar de lo que pensaba todo el reino, Sukuna al final del día, era un hermano cariñoso que no negaría nada a Yuuji. SukuIta - GoYuu. ~ Debo recalcar que esta historia no es mía, solo la he traducido. Historia/Fanfic de Chotto_Latte, todos los cré...