Dicen que la soledad de tu habitación es peligrosa, porque es ahí donde tus sentidos sucumben ante los recuerdos, podrían ser buenos o malos, para ser más simples; pero hay otros recuerdos, que te transportan en ese momento de nuevo.
Y ahí estaba, en aquel cuarto oscuro, con poca iluminación, escuchando esa canción que tantos recuerdos me traía, tantas emociones que volvían a surgir. Cerraba mis ojos, escuchando esa melodía que me hacía volver en aquel momento en que disfrutaba esa piel blanca, la cual me fascinaba, y sus lunares las que contaban mis labios, besando cada uno de ellos, su aroma me tenía extasiada, me enloquecía como tocaba cada parte de mí, conocía a la perfección mis debilidades y las usaba en mi contra, pero quien era yo para rechistar ya que mi cuerpo me delataba.
Recuerdo haber estado perdida y sumida en sus ojos claros, en ellos había una mezcla que creía que era amor, lujuria y pasión. No era un momento en el pudiera pensar que era lo que él podría sentir, mi mente se nublaba en cada caricia y en esos labios rosados que no paraban de deslizarse por mi cuello. Podría morir ahí y estaría feliz, de sentir esa ola de emociones que no me habían hecho sentir jamás, si era un sueño, no deseaba despertar jamás.
Me perdía más cuando lo sentí dentro mío, me erizaba la piel cada vez que clavaba su mirada en mí, y escuchar su respiración tan cerca, solo me hacía desearlo más, sabía que solo él me podría hacer sentir de esa forma, y eso en su sonrisa me lo decía.
Sus manos paseaban por doquier, y con la yema de sus dedos me acariciaba lenta y delicadamente como una porcelana que podría romperse, y sus labios pegadas con los míos, los movía dulcemente, hasta volverlo mas apasionado y salvaje, mi cuerpo no podía más, estaba hundida en ese placer, el como recorría cada centímetro de mi ser y el movimiento de sus caderas que provocaban gemidos y suspiros que solo aumentaban en aquella habitación apenas iluminada, pero lo suficiente para ver su rostro empapada en sudor, jadeante, apunto de perder la cordura, la cual yo ya la había perdido desde que lo vi.
Sus gemidos eran música para mis oídos, me derretía y excitaba, yo solo quería hacer que siguiera con esa melodía, aun cuando ya estaba en mi limite, también quería que el sintiera todo lo que yo en ese momento. Mi mente solo memorizaba su reacción cuando estaba encima suyo, robándole su dominio, y me encantaba ver como sus ojos que reflejaban sorpresa pasaban a una mirada de "sigue así" y como negarme, si se sentía tan bien. No apresurábamos el tiempo, solo nos dejábamos llevar por el momento, pero lo bueno no dura mucho, lo presentí cuando poso sus manos en mis caderas ayudándome a moverme cada vez más rápido. Y ahí fue que conocí el cielo, y no deseaba bajar de ahí, pero, así como vino se fue, un instante exquisito que podría decir que mi cuerpo anhelaba sentir, mi respiración agitada golpeaba su pecho, y como un instinto suyo, me envolvió entre esos brazos reconfortantes y protectores, también estaba agitado, habíamos llegado a nuestro limite, tocando un cielo que nuestros cuerpos nunca olvidarían.
Poco a poco, mis parpados caían por el cansancio, y con su aroma, calmaba todos mis sentidos.
Cuando los volví a abrir, estaba en mi habitación, con otra música diferente a la inicial. Y un fugaz pensamiento paso por mi mente: hay recuerdos que solo quedan ahí, en tu memoria y en el fondo de tu corazón, que anhelas algún día poder revivir de nuevo.
Holaaa, esta es mi primera vez escribiendo, soy nueva en esto la verdad, pero creo que con una buena música trae algo de inspiración y te da por escribir, esa es mi historia xD
Si llegaste hasta aquí, quiero agradecerte por tomarte unos minutos y leerlo.
Acepto criticas :)
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Recuerdos de una noche
RomanceTan grande seria tu sorpresa si una música pudiera transportarte a ese momento, que creíste haberlo olvidado ?