3. Caffee & cake.

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Al día siguiente, era viernes.

Me encontraba en el entrenamiento de fuerza con mi padre, antes de tener mi día libre.

Él estaba en una posición de ataque con su bastón en mano.

—Respira y concéntrate... —sugirió.

Abrió los ojos y se acercó a mí lanzándome un golpe que no logré esquivar, haciéndome chocar contra una pared. Conseguí mantenerme de pie y me lancé a él intentando propinarle una patada en el estómago que ágilmente esquivó.

—Mgh —me quejé tambaleando, e intentando formar equilibrio con mis brazos.

—Deja las cosas difíciles de lado, céntrate en atacar con precisión y calma —dijo con total tranquilidad—. A veces, las cosas sencillas son incluso mejor que las complejas.

Corrió hacia mí con decisión, lo esquive a duras penas pero con su arma consiguió tumbarme al suelo.

Al ver sus intenciones de atacarme, rodé hacia la izquierda logrando que él pasé de largo, cayendose. Me puse de pie con rapidez y evité que se levantara con ayuda de mi arma.

Conté los tres segundos mientras él intentaba soltarse, sin éxito.

1... 2... 3.

Y... listo, lo había vencido muy fácilmente.

—Buen entrenamiento —mencioné con una sonrisa orgullosa mientras le extendía mi mano, con la respiración agitada.

—Me has vencido, ________ —respondió con una pequeña sonrisa, aceptando mi ayuda y poniéndose de pie—. Estás más que lista.

—¿Ahora puedo salir?

—Como dije, tienes el día libre —asintió y con una gran sonrisa corrí a prepararme.

Al cabo de unos minutos salí de la habitación con un pantalón negro y un jersey morado, también traía mis tenis negros en mano.

—Por cierto... —recordé sentandome sobre una banqueta mientras ataba las agujetas de mis tenis—, en la madrugada vino el portador del miraculous del gato negro, ese chico rubio... Adrien. Plagg quería queso y ha venido hasta aquí siendo seguido por él.

Oh, claro que iba a decirle.

—No hay problema —respondió sirviendo su clásico té de hierbas en una taza de porcelana blanca—. Es un buen chico, ________.

—Bien —me encogi de hombros con indiferencia, sin demostrar demasiado interés en la conversación—. Iré a la cafetería de siempre, nos vemos luego.

Iba a salir por la puerta pero su voz me hizo frenar lentamente, congelando mi mano sobre la perilla de la misma.

—Cuídate bien —agregó con un tono más serio, lo miré con extrañeza pero asenti ligeramente.

—Lo haré —me volví hacia él para besar su mejilla en forma de despedida y al salir de la casa, emprendí camino directo a mi destino.

Al llegar a mi cafetería favorita. Vi un gran letrero con el título "Caffee & Cake" en letras rojas y detalles color madera.

Entré al establecimiento, observando todo con sumo detalle y me senté en una de las primeras mesas, junto a la barra de tragos.

—Buen día ________, ¿lo mismo de siempre? —Alizeth se acercó a mí con su respectivo uniforme de trabajo, sonriendo gentilmente.

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⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

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