2. ¿Quién es ella?

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NOTA: Este capítulo es igual al anterior, solo que narrado por Adrien.

Pov Adrien:

—Vamos viejo, di que sí —insistió Nino en susurro, golpeando mi hombro de manera suave—. Debes distraerte.

—Lo siento Nino, pero estaré muy ocupado esta semana —suspire pesadamente, recostando mi espalda sobre el asiento—. Mañana es mi último día libre ya que mi padre sacará una nueva colección de ropa y debo modelarla —mencioné avergonzado.

—Siempre estarás ocupado si dejas que te manipule. Tendrías que salir a conocer chicas... —hace una pequeña pausa, sacando la lengua hacia un lado mientras escribía algo, en gesto concentrado—. Tienes diecisiete años, debes divertirte —apartó la mirada de su tableta para verme, iba a responder pero alguien nos interrumpió.

—Agreste y Lahiffe, ¿tienen algo que compartir con la clase? —cuestionó la señorita Mendeleiev alzando la voz, llamando la atención de todos en el salón quienes nos miraron curiosos.

—Lo sentimos... —murmuramos al unísono, dedicandole una mirada arrepentida para seguir realizando las actividades dadas.

Luego de clases, me encontraba con mi mejor amigo en la salida del instituto, esperando a que mi guardaespaldas viniera por mí.

Si, aún contaba con que mi guardaespaldas me llevé a todos lados. Pero solo para eso, mi padre decidió por fin darme un poco más de libertad. Aunque sea a su manera.

—Como te decía... ¿No te gustaría ir a una fiesta o al cine algún día? —retomó la charla anterior.

—Claro que si. Solo... no sé si tenga tiempo libre —rasque mi nuca levemente.

—Dijiste que mañana no tienes compromisos, en ese caso...

—¡Hazlo ahora! —oí repentinamente, detrás de mí, dejando de escuchar a Nino por un momento.

Al darme la vuelta, pude divisar como Marinette tropezaba con los escalones de las escaleras, cayendo en mis brazos.

—¿Estás bien? —pregunté ayudándola a ponerse de pie, verificando que estuviese ilesa.

Su rostro se tornó rojo de golpe. Ella se incorporó rápidamente y dio un respingo con una expresión totalmente aterrada.

—Y-yo... b-bien estoy... ¡no! M-me bien en-encuentro —balbuceo moviendo sus manos—, ¡es decir! E-estoy bien...

Asenti levemente con la cabeza, un poco dudoso.

—¡Hola chicos! ¿Qué tal? —Alya apareció en nuestro campo de visión, abrazandola por los hombros—, Marinette y yo nos preguntábamos en si querían ir mañana por la tarde a tomar un café, ¿qué dicen?

—¡S-si, exacto! Y c-claro que no e-escuchamos su conversación porque, ¿p-por qué haríamos es...?

Alya cubrió su boca rapidamente con una mano, gesto que me dejó desconcertado.

—¡Eso sería genial! —mi amigo me miró de reojo, de forma significativa.

Alya golpeó el brazo de la azabache con una sonrisa forzada y le susurró algo en el oído, sin disimular demasiado.

—¡Ah s-si! —pareció recordar—. H-hace poco encontré una cafetería m-muy buena llamada Coffee and Cake, t-tal vez... podríamos ir allí...

—¿Qué dices, Adrien? —todos me miraron, esperando una respuesta.

Justamente mañana no tenía planes y Nino no dejará de insistir así que...

Es doloroso quererte 《 Adrien Agreste y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora