Feliz Cumpleaños Razor

Feliz Cumpleaños

8 de Septiembre.

Mañana sería un día especial.

Sería el cumpleaños de Razor.

No supe de qué manera Lisa había convencido al maestro Diluc para que cerrara la taberna y nos dejara festejar ahí el cumpleaños de Razor, pero me alegraba que tuviéramos todo el lugar solo para él.

Hace pocos días había hablado con él acerca de cómo había celebrado sus cumpleaños pasados y me respondió diciéndome que no era la gran cosa y que pasaba ese día como cualquier otro. También le pregunté sobre una fiesta o por lo menos un pastel pero al parecer no tenía ni idea de qué era eso.

Me entristeció escuchar eso, no tener la oportunidad de sentirte especial solo por un día, yo tenía que vivir con eso pero no iba a permitir que mi mejor amigo no conociera el sentimiento se sentirme el centro de atención al menos un día del año.

Ese mismo día corrí dirigiéndose hacía la biblioteca dentro de la sede de los caballeros, sabía que si alguien me ayudaría sería Lisa, ella también quería mucho a su alumno y sabía que también haría cualquier cosa para que Razor se sintiera feliz.
Le conté todo y ella me dió la sugerencia de hacerle una fiesta sorpresa a lo cuál yo acepté de inmediato. También me dijo que no tenía que preocuparme con organizaciones o gastos ya que ella se encargaría de todo.

Y en estos momentos nos encontrábamos dentro de la Taberna. Ya estaba oscuro y los preparativos estaban casi listos, todo se veía perfecto para que mañana a primera hora fuéramos a traer a Razor y empezar con su festejo.

Me ponía muy contento ver a muchas personas ayudando, la maestra Jean, Kaeya, Fischl, Barbara, Amber y sorprendentemente también el maestro Diluc. Eso significaba que Razor poco a poco pudo adaptarse y socializar con más personas hasta formar lindas relaciones con todos, y obviamente eso me ponía muy contento.

—Bennett, ¿podrías ayudarme a limpiar las mesas mientras yo barro el piso?— me dijo Barbara entregándome un paño de limpieza.

Lo tomé y alegremente me puse a limpiar mesa por mesa.

No era como que pudiera ayudar en muchas cosas y hasta yo era consiente de eso, todos temíamos que en cualquier momento gracias a mi mala suerte ocasionara algún tipo de accidente hechando todo nuestro esfuerzo a perder, pero me alegraba que aún así los demás pudieran permitirme acompañarlos.

—Todo se ve muy lindo Lisa— dijo Jean sentándose por un lado de la mencionada.

Y era verdad, todo se veía espléndido y con justa razón ya que todo era para Razor y Razor se merecía todo lo bueno del mundo.

—Señorita Lisa, ¿qué hacemos con las cajas que están allá?— le preguntó Fischl señalando una pila de cajas al lado de la escalera.

—Oh, son platillos de papa que preparó Barbara, ¿puedes ayudarme a acercarlos a la barra?— dijo amablemente.

Eran cuatro cajas, de seguro serían muy pesadas como para que Fischl pudiera llevarlas ella sola, un poco de ayuda no le vendría mal, tampoco quería que ella de sobre esforzara cargando mucho peso para su cuerpo.

—Te ayudo por lo menos con la mitad— tomé dos de las cajas y le sonreí. Ella en respuesta también sonrió.

Todo iba a salir perfecto.

Razor de seguro disfrutaría su cumpleaños.

El iba a estar muy feliz viendo todo lo organizado.

Hasta que llegó el momento maldito, el momento en el que mi suerte arruinó todo.

Al momento de bajar el escalón para llegar a la zona de la barra sentí que mi pie resbaló con algo, nada más y nada menos que el trapo con el que estaba limpiando anteriormente las mesas. No supe ni cómo ni en qué momento terminó en el piso, pero ahí estaba. Al estar mojado hizo más fácil que yo resbalara, y la cosa se empeoró porque cuando iba a caer entrellevé a Fischl conmigo.