El espadachín de ojos dorados

Capítulo 14

Capítulo 14 || Una experiencia cercana a la muerte

Punto de vista de Artemisa

"Él estará bien." Dijo Pheobe.

"Perdió mucha sangre anoche". Le respondí: "No sé cuánto puede perder ahora. Perseo no se quedó inconsciente porque duele".

Los nueve Cazadores que Perseo trajo lo recogieron y comenzaron a correr de regreso al campamento. Yo estaba justo detrás de ellos. Tan pronto como el campamento estuvo a la vista, lo llevamos a la tienda de Med y lo dejamos en el suelo.

Diana, trae un poco de néctar. Tricia, vendas. Pedí. El resto de sus Cazadores se apiñaron alrededor de la cama, preocupados.

Diana regresó primero con el néctar, pero cuando fui a servirlo, Perseo jadeó y se sentó.

"¡Esperar!" El ordenó. "No me des el néctar. Podría matarme".

"¿Por qué?" Yo pregunté. "Lo necesita."

"Bebí demasiado anoche. Si bebo más, podría prender fuego". Perseo explicó, luego puso su mano en su hombro y se concentró. Mientras observaba, los músculos desgarrados por la púa sanaron y el agujero se hizo menos profundo. "Eso es todo lo que puedo hacer, por ahora."

Se levantó de la cama en la que lo acomodamos y luego estiró las piernas.

"¡Te dispararon!" Tricia exclamó: "No puedes simplemente levantarte de nuevo".

"Puedo. Estoy casi curado, pero eso no quita el dolor de las heridas en sí. Todavía tengo que sentirlas, simplemente no me matarán". Perseo respondió: "Afortunadamente, en el agua, mis costillas se curaron y mi pecho se cerró. Entonces, ¿cuándo comenzamos a cazar, mi señora?"

Suspiré. Si lo dejo salir del apuro, a los cazadores mayores no les gustaría. Hubiera preferido que no lo hubiera mencionado.

"Después del desayuno." Respondí. "Lo que todavía tienes que hacer, lo sabes."

"Sé."

Salto de línea

POV de Perseo

Cuando llegué a las mesas, los Cazadores mayores ya estaban sentados allí, charlando. A excepción de Thalía, que se iluminó cuando me vio y luego apartó la mirada incómoda.

"¿Ahora que?" Suspiré.

"Waffles y salchichas. Con jugo de naranja". Pheobe ordenó, y todos los demás asintieron. Bueno, al menos convocar comida a granel fue más fácil. . . .

Aprovechando la poca energía que me quedaba, convoqué treinta y una porciones de gofres, salchichas y jugo, luego me di la vuelta, convocando una barra de desayuno para mí, o más exactamente, cinco. En su mayoría eran carbohidratos, pero necesitaba el combustible, ya que no podía beber más de la petaca durante al menos un día.

Cuando terminé, los Cazadores, Artemisa incluida, habían dejado de comer y se fueron a hacer lo que hicieran durante el día. Artemis se acercó a mí y me puso de pie.

"Es hora de que aprendas a rastrear". dijo, y me llevó al borde del campamento. "¿Por qué no ves huellas de animales aquí?"

"¿Cerca del ruido?" Yo pregunté.

"Bastante bien. Los conejos y los ciervos creen que somos depredadores y nos rodean". Artemis respondió. "Entonces, para cazarlos, tenemos que acercarnos sigilosamente. ¿Pero por qué estoy explicando esto? ¿No lo sabes?"

"En realidad, cuando estábamos cazando a esos caribúes, ya sabía dónde estaban algunos. Así que hice trampa". Le expliqué, agachando la cabeza.