De seguro escuchas por ahí el dicho "el amor es ciego" o tal vez el "los opuestos de atraen" y también el "para el amor no hay edad". Pero, ¿que tan cierto es esto?, es algo que todos dicen y algunos podrían contarnos la experiencia de alguna pareja que se le aplique alguno de estos dichos.
Cuando estás en una edad rodeando los cuarenta, buscas estabilidad, tranquilidad y felicidad. Con respecto al amor buscas algo duradero y estable, algo más despacio y con pasos de por medio, algo que lleva su proceso y más si tienes casi cuarenta años y sigues soltero. Y tenemos el otro lado, qué es cuando estás en la etapa de la adolescencia, todo lo quieres vivir al máximo, con todo, sin miedo a nada, y en el amor solo buscar pasarla bien y sin tanto compromiso o problemas, tal vez solo sexo y en algunos casos un apoyo emocional que no se da en casa.
Mundos y finalidades completamente diferentes.
—¿Como dice?— preguntó. —¡¿Como que no van a poder hoy?—
—Lo lamento mucho, señorita.— habló el transportista a través del teléfono. —Debido a problemas que se han presentado, no podremos entregarle sus cosas en el momento que usted nos indicó.—
Aquella chica que estaba insultando por teléfono llena de rabia y frustración en frente de su casa y medio de la calle de la vecindad tiene por nombre Alex, quien estaba muy apresurada hasta que había recibido tal molesta llamada. Tenía que ir rápido a su primer día de la universidad y no quería perderse de nada. La joven le insultaba con todas las groserías latinoamericanas juntas en una sola oración al pobre gringo transportista que no le entendía absolutamente nada.
—¡Todas mis cosas están allí!— gritó una vez más.
—Señorita, tenemos muchas entregas que hacer antes que a usted.— le respondió el chico un poco harto. —Bienvenida a Nueva York.— colgó la llamada.
Alex miró su teléfono sin poder creer lo que le estaba sucediendo. Echó un gruñido de frustración y guardó su teléfono de manera tosca.
Del otro lado de la ciudad, un poco más adentrado que los suburbios, se encontraba un hombre adulto terminando de arreglar su vestimenta, mirándose al espejo y dando sus últimos retoques a su camiseta azul cielo de botones, para luego salir a la sala de su departamento y tomar las llaves de su auto. Aquel hombre era Tom Hiddleston, un hombre que iba un poco apresurado a su trabajo, tomando el ascensor y esperando por que las puertas se abrieran, y apenas estas lo hicieron, Tom se adentró al ascensor con una sonrisa.
Mientras que Alex aún en los suburbios, molesta se montó en su motocicleta mientras se colocaba su casco y encendiéndola, haciendo un ruido ensordecedor con la motocicleta.
—¿Que tal tu camión de mudanza?— le preguntó su padre bastante sarcástico y malintencionado en el marco de la puerta de la casa de Alex.
Y ella solo le respondió sacándole el dedo del medió y arrancó a toda velocidad con su motocicleta. Mientras que Tom tomaba su auto en el estacionamiento subterráneo del edificio saliendo a trabajar.
Ella era Alex. Una adolescente de diecisiete años bastante normal que estaba a punto de comenzar la universidad, un poco rebelde, imponente, floja, desordenada, con bajas notas y problemas con su padre, como toda adolescente común y corriente. Su motocicleta negra estaba a una gran velocidad, pasando rápidamente de los suburbios a las monstruosas y selváticas calles de Nueva York. Y él era Tom Hiddleston, un hombre de treinta y siete años bastante protocolar, educado, amable, provocativo y a punto de empezar el día en su trabajo como gerente de un prestigioso hotel en las zonas más costosas de New York.
Alex llegando hasta el primer semáforo al llegar a la ciudad y viendo que estaba en rojo, se detuvo y sacó de su bolsillos sus audífonos inalámbricos y se los colocó, mientras que Tom encendió la radio.
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𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 ── 𝑇𝑂𝑀 𝐻𝐼𝐷𝐷𝐿𝐸𝑆𝑇𝑂𝑁
Fanfiction── 🔗 :: ❝ ¡veinte años de diferencia no es para tanto! ❞ ♡ . . ︶︶︶︶︶︶︶︶ ‧₊˚ ˚ ᵎ┊͙ ⋆*˚ 🖇⁺⑅ _______________________________ [F...