La noche llegó, y Alex junto a sus nuevos amigos habían llegado a un estacionamiento abandonado. Desde afuera, antes de entrar, se escuchaba la música bastante alta, cosa que emocionó a Alex. La chica no tenía ni idea de lo que estaba pasando, no parecía ser una fiesta común como estar todos en una misma casa con alcohol como en las películas. Alex, Zen, Tom y Jacob, caminaban en dirección a la entrada abierta del estacionamiento, al adentrarse a dicho lugar los ojos de Alex se abrieron como un búho al ver lo que estaba sucediendo ahí abajo.
—Esto te va encantar.— le susurró Tom con una sonrisa a Alex.
—Si es un prostíbulo, no me interesa.— respondió Alex muy sincera y Tom rió.
Una peculiaridad que tenía Alex, es que cuando estaba nerviosa tiende a ser muy sincera, bastante sincera y sin pelos en la lengua.
Aquel estacionamiento estaba lleno de autos y muchísimas personas, la música abarcaba todo el lugar, habían personas con vestimenta bastante única y llamativa, junto vapers que expulsaban una gran cantidad de humo con una olor agradable a frutas.
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Todo el grupo estaba sorprendido de tal lugar, les parecía increíble todo aquel lugar, jamás habían participado en algo como eso.
—¡Hey, Tom!— saludó un chico alto pelinegro, parecía ser cercano al chico.
—¿Que tal, Joel?— le devolvió el saludo.
—¿Quieren dar unas vueltas?— propuso Joel mirando a todo el grupo con una sonrisa presumida.
—Claro, por supuesto.— respondió encogiendo los hombros un tanto dudoso.
—Genial. Vengan conmigo.— Joel hizo una seña para que el pequeño grupo lo siguiera.
Alex no sabía que carajo estaba sucediendo, no entendía nada, pero aquello no le quitaba la emoción que sentía en su pecho. Miró a Zen buscando respuestas de lo que estaba sucediendo y ella solo encogió los hombros demostrando que estaba igual de confundida que ella. El grupo siguió al chico Joel, subiendo a un estacionamiento despejado y con bastantes autos, en esa zona despejada aún había personas rodeando el lugar, la fiesta estaba por absolutamente todo el estacionamiento. La más joven no dejaba de impresionarse con todo lo que pasaba ante sus ojos, nunca había visto algo como esto.
—La puta madre.— dijo Alex totalmente sorprendida.
Joel alzó los brazos presentando el lugar como si de un show de teatro se tratara.
—¿Que auto quieren montar hoy?— preguntó Joel y sonrió al ver la emoción del grupo.
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