El pacto se rompe gracias a una doncella inesperada en la casa de los Phantomhive, haciendo que las cadenas se suelten, dejando ver un bello rostro detrás de la capucha, miradas se cruzan con asombro y determinación, el destino ha forjado una nueva...
-Silencioso susurro, silencioso el amor, que llegan sin darnos ninguna impresión –
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El viento golpeaba las velas del barco, una joven de cabellos azabaches ligeramente rizados estaba sujetando una cuerda la cual estaba unida con el mástil mientras observaba la belleza del mar , pronto llegarían a tierra firme a su nuevo destino.
-Gracias a la princesa llegaremos más rápido de lo esperado—hablo unos de los marinos con otro hombre—
-Es cierto, si no fuera por la bendición de la tierra sagrada, no estaríamos tan lejos —ambos hombres hablaban animados —
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Hace unos días atrás, antes de embarcar una gran familia estaba teniendo cierto debate en grupo.
-Bien mis queridas hijas —se dirigió con dichas palabras a sus cuatro hijas — Hace unos días me llego una carta de la Reina de Inglaterra solicitando a una de mis hijas para ser esposa del Conde Phantomhive
-Hay por favor Mamá —dijo una joven de cabellos castaños recogido en una coleta — Casi todos sabemos que es el "Perro de la Reina"
-¿Además quien querría casarse con alguien que se deja dominar? —Menciono una joven de cabellos cortos marrones mientras se cruzaba de brazos—
-¿Y tú qué dices Medea? —pregunto la mujer madre de estas—
-A mi me da igual —elevo un poco sus hombros mientras seguía comiendo su manzana —
Por último quedaba la menor de la familia, cual trago en seco cuando todos llevaron su vista hacia ella.
-A mi no me miren —alzo sus manos moviéndolas — Porque no resolvemos esto de la manera más justa posible —opino T/N—
-¡Muy bien!
Todas formaron un circulo para empezar a cantar el juego que" resolvía" todo desacuerdo.
-Piedra, papel o tijera—agitaban sus manos cerradas— Uno, dos, tres ¡Ya!
Todas sacaron buenas opciones, pero lamentablemente la joven de piel morena clara fue la que perdió.
-¡Felicidades hermanita!
-Créenos es lo mejor, la más joven de nosotras se casara que envidia —dos de sus hermanas la abrazaban por encima de los hombros —
