Se había equivocado de mil maneras y estar para Tony era lo más correcto que había hecho en mucho tiempo. Incluso si él no lo entendía de esa forma.
❋❋Ironwidow❋❋
Post Civil War
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I'm sorry to interrupt, it's just I'm constantly on the cusp Of trying to kiss you I don't know if you feel the same as I do
But we could be together if you wanted to...
❋❋❋
Tal vez nunca lo admitiría en voz alta, pero admiraba a Shuri.
Todo estaba en su contra: su familia, su nación y el hombre al que estaba prometida desde su nacimiento... Sin embargo estaba haciendo algo por el futuro que quería, a diferencia de él.
¿Qué era un cobarde? Eso ya lo sabía. No necesitaba otra decepción más en su lista, ya estaba repleta de sus fallas.
Viendo al par de enamorados que se escondían en su hogar, preparando la cena, decidió que estaba de más en la fotografía; por lo que alcanzó su juego de llaves y la chaqueta más abrigadora que encontró en su guardarropa, para luego dirigirse a la puerta principal de la cabaña.
—Hey— La única chica en el lugar le llamó y dejó al cuidado de Barnes la salsa que se reducía a fuego lento, para acercarse a Stark al verle preparándose para salir— Es mi primera vez cocinando, necesito tu veredicto... ¿A dónde vas?
Tony dudó que su respuesta fuera de agrado para la princesa desertora, así que optó por mutilar la verdad.
—Volveré mañana, quizá... Iré a la ciudad.
La morena le vió fijamente durante unos largos segundos y después se apartó del camino del mayor, para dejarle la salida libre.
—¿Estás bien, Tony?— Preguntó, convencida de que el pelinegro estaba pasando por un mal momento.
Por mucho que intentara esconder que había algo que no le dejaba tranquilo, Shuri era demasiado inteligente para ver que su comportamiento mostraba variaciones significativas, basándose en el tiempo en que convivieron juntos en Wakanda. En esa ocasión no era sobre heridas físicas, ni sobre la traición de una de las personas más importantes en su vida; Debía ser sobre la mujer que quería y la hija que estaba por nacer... pero Stark era tan hermético en las cosas verdaderamente importantes, que siempre desviaba el tema. Estaba desesperándola en demasía el no saber los detalles, pensando seriamente en intentar desarrollar su propio suero de la verdad.
—Yo siempre estoy bien, niña. No hagan lo que yo haría...— Advirtió a modo de broma, señalándoles con su índice y una de sus sonrisas socarronas; Luego salió de la cabaña, cerrando tras él.
Al final se decidió por ir en motocicleta, pensando que sería menos llamativo; el centro de la ciudad estaba a quince kilómetros de su nuevo hogar, por lo que estimaba que en menos de diez minutos se encontraría ahogando sus pensamientos en el mejor whiskey que pudiera encontrar.
Ese era el Tony Stark que todos esperaban que fuera.
Viendo la autovía despejada, dejó que los ciento setenta caballos de fuerza y el viento en contra, amenazaran con romperle la caja torácica, al probar el límite de velocidad del vehículo de dos ruedas.
