Colombia había despertado lentamente, sintiendo la calidez del lugar mientras se daba cuenta de que México lo llevaba en brazos hacia otra parte del palacio, dirigiéndose a los baños. El eco de sus pasos resonaba en el mármol brillante, pero Colombia apenas podía enfocarse, aún aturdido por lo sucedido. Lo miró de reojo, sin decir una palabra, todavía recuperándose tanto física como emocionalmente.
México, por su parte, se sentó al borde de la gran tina de mármol, en silencio. No hacía falta hablar. Ambos conocían el guion: el colombiano, fiel a su naturaleza, intentaría culparse por todo lo que había ocurrido, y México, ya familiarizado con ese patrón, simplemente esperó. Pero esta vez no era solo el dolor físico lo que los envolvía. Era algo más profundo, algo que se había estado cocinando en el aire desde hace tiempo.
—No tienes que disculparte por gritarme... —murmuró México, rompiendo finalmente el silencio. Se levantó con calma, su mirada seria y fija en su amante—. Mejor ven, debemos tomar un baño y luego ocuparnos de esa espalda.
Colombia bajó la cabeza, la culpa y el agotamiento se reflejaban en su expresión. Sabía que, como siempre, México lo entendería. Pero eso no aliviaba la tristeza que lo invadía. Lentamente, levantó la mano, tocando con ternura la mejilla de su compañero.
—Claro que no... no fue tu culpa —comenzó a decir, pero México lo interrumpió de nuevo, esta vez con más convicción.
—Debí ser más comprensivo —susurró México, cerrando los ojos mientras disfrutaba del toque suave en su piel—. Y entender lo que me decías antes.Colombia dejó escapar un largo suspiro, tratando de encontrar las palabras adecuadas, las que pudieran expresar lo que sentía sin caer en lo obvio
—La culpa no es de ninguno de los dos... —empezó, su voz baja pero firme—. Es de España. Y de Inglaterra. México abrió los ojos lentamente, sorprendido por la mención. Colombia lo miraba con una intensidad que hacía eco en el aire entre ellos.—Ellos son los que intentan separarnos, los que siguen con esos planes absurdos. Como siempre, también están Estados Unidos y Canadá, pretendiendo controlar todo. Pero nosotros... —Colombia hizo una pausa, apretando las manos de México— somos inseparables. ¿No es así?-México asintió, pero había algo en el tono de Colombia que lo descolocaba.—No, no vamos a hacer nada —añadió Colombia, sin emoción. La sorpresa se reflejó en el rostro de México al escuchar esas palabras.
—¿Qué chingados te pasa? ¿Cómo que no vamos a hacer nada?
—Piénsalo... —Colombia hizo una pausa, buscando el valor para lo que estaba a punto de decir—Quizás... deberíamos separarnos. México se quedó en blanco, soltando las manos de Colombia al instante, el frío recorriéndole la piel. Agarró los hombros de su amante, tratando de entender qué estaba pasando.
—¿Qué? ¿De qué hablas? No pienso alejarme de ti.
—Lo sé —respondió Colombia, su voz apenas un susurro— pero tal vez necesitamos... un tiempo. Volver a ser como éramos antes.
La confusión y el dolor se apoderaron de México. Apretó los puños, incapaz de procesar lo que escuchaba. Algo no cuadraba. Miró a Colombia, quien evitaba su mirada
—¿Qué chingados te dijo mi padre para que me salieras con esto? —espetó México, su voz tensa—. ¡Ese cabrón! —exclamó, dándose la vuelta con furia.
—¡México, no hagas una locura! —Colombia lo tomó del brazo con fuerza, intentando detenerlo—. Sé que estás enfadado, pero creo que sería lo mejor... para ambos. México, con una mirada penetrante y firme, se acercó peligrosamente a su amante.
—No vuelvas a decir eso. Te conozco demasiado bien como para que me vengas con esto en la cara. ¿De verdad tienes tanto miedo de ese idiota? —susurró, cada palabra cargada de rabia contenida. Colombia, herido, lo miró con ojos llenos de resentimiento antes de soltarse bruscamente de su agarre.
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𝐴𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑓𝑖𝑙𝑡𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 ⁺ ೃ࿔ 🇨🇴χ🇲🇽
RomanceLa calma que intentarán alcanzar no será fácil de conseguir. Lo que buscaron desde hace mucho tiempo lo encontrarán en ellos, solo en este romance prohibido de dos personas comprometidas y destinadas a ser amantes. no será fácil para estos dos aman...