Reinado de poder

Capítulo 2

Capítulo 2 || Caminante de la noche

"¿A qué estás esperando, pequeña?" La voz era sedosa y tranquila, pero no ocultaba el hecho de que el dueño podría volverse peligroso en un momento.

Desde las sombras caminaba, elegante y depredador. Cabello largo y negro y piel pálida. Ojos amarillos y labios rubí. Inhumanamente hermoso y simplemente no humano. Un niño podía encontrar las cosas más extrañas si estaba confinado a Hogwarts por un tiempo sin respiro.

Afilados colmillos brillaban a la luz de la luna en una sonrisa sin humor. El vampiro Amos Caliga del Clan Caliga, llamado así por la oscuridad que fue su camino.

Amos se movió en silencio hasta que se agachó junto a Harry, que yacía arrugado en la roca todavía caliente por el sol del día. Las uñas afiladas revolotearon en la vista de Harry antes de que suaves nudillos acariciaran su mejilla.

Los ojos de Harry permanecieron cautelosos y divertidos mientras miraba los orbes amarillos.

"Esta noche no será la noche en que me convierta en tu hijo, Vampiro Caliga."

Un suspiro suave. En realidad, pensó Amos, no era más de lo que esperaba del niño terco.

Tumbado perezosamente junto al joven, Amos reanudó su consulta.

"¿A qué esperas esta noche chiquillo?"

"Un renacimiento del poder, el nuevo día señalará el final de mi encarcelamiento".

Amos pareció divertido. Tenía siglos de antigüedad, por lo que podría tener razón preámbulo a ser divertido.

"Pequeña, solo tienes que llamarme por mi nombre y te llevaré de este lugar".

"Tu larga vida debe haberte enseñado paciencia o desilusión, siéntete libre de abrazar a cualquiera". Replicó el mago.

En todo caso, Amos parecía aún más divertido.

"Podría cambiarte ahora mismo, y tú, mi querido mago, no podrías detenerme".

"Pero no lo harás por miedo a romper mi cordura y mi magia."

Harry rió suavemente cuando Amos casi hizo un puchero. La primera vez que se conocieron, hace casi un año, Amos sintió la necesidad de lograr que el niño de pelo salvaje fuera uno de sus elegidos, y dijo que el niño casi se había puesto histérico.

Harry había investigado a los vampiros aunque solo fuera para protegerlo de esos aliados que Voldemort consiguió. Dumbledore, no siendo tan tonto como había demostrado en años anteriores, al menos había descrito a todos los que querían matar a Harry.

Allí donde había dos tipos, Master y Lesser. Maestro donde aquellos que conservaron la función completa de sus facultades, Menores donde poco más que bestias hambrientas de sangre que tuvieron un momento o dos de cordura en su larga vida. Contrariamente al mito, no todo el mundo puede convertirse en vampiro. Los vampiros podían sentir los pocos que podían. El proceso se complicó aún más por el hecho de que un vampiro cambiado podría convertirse en un Menor a menos que aceptaran voluntariamente la vida eterna. Cuando Amos sintió a Harry, casi se sintió abrumado por el potencial que poseía el niño. Este era un digno heredero del Clan Caliga, sin embargo, el niño obstinado insistió en aferrarse a su mortalidad.

Su rechazo habría sido el fin de su relación, pero el aburrimiento y la curiosidad impulsaron al joven cuando nadie más nunca hubiera vagado por ningún lugar cerca del Bosque Prohibido. Las criaturas longevas encontraron tan poco para entretenerlos que a medida que pasaba el tiempo en cualquier cosa que les divirtiera, se aferraban ferozmente a ello.

No era como si su amistad no fuera beneficiosa para ninguno de los dos. Amos se divirtió y Harry se enteró de cosas que nadie le diría. Sus guardianes autoproclamados lo enviarían inconscientemente a su muerte aunque solo fuera para proteger la ilusión de inocencia en un niño con sangre en sus manos.

Y los siglos le habían enseñado al vampiro muchas cosas.

"El mundo mágico no ha sido tan divertido en años. Una colmena de abejas que agitarás en el momento en que tus hechos se conviertan en noticia pública. Los señores mortales tendrán un hermoso ataque de pánico".

Harry sonrió a la noche.

Por confirmar ...