Capítulo 4.

1.9K 199 42
                                    

A pesar de las palabras de Albus, Teddy se preocupó. Llevaba más de cuatro horas en el sofá de la sala, observando cómo se movían lentamente las manecillas y deseo más que nunca tener el reloj de la señora Weasley para saber donde estaba, que hacía y lo más importante, si estaba en peligro de muerte. Cada unos minutos, se levantaba y daba vueltas alrededor de la sala, reflexionando. No dudaría en ir en su busca, si solo supiera donde estaba.

Scorpius ya le habia ofrecido un té calmante en tres ocasiones, pero el primero no habia funcionado sobre sus nervios y habia rechazado los dos segundos. Albus lo contemplaba con leve interés y un poco de hartazgo después del primer rato.

-Pareces una madre preocupada, Ted.

-Podría estar en cualquier parte-Dijo por fin Teddy, dejando entrever su angustia, sin prestar atención a la burla de Albus-. Y está enfadado. James enfadado hace cosas imprudentes. ¿Qué tal si le sucedió algo?

- ¿Que podri-?

- ¡Podrían haberlo secuestrado! Nadie desaprovecharía la oportunidad de secuestrar al hijo de Harry Potter y pedir un rescate a cambio... o peor, herirlo, para vengarse. Lamentablemente, Harry tiene enemigos...

- ¡Ted! ¡Cálmate, por amor a Salazar! No seas pesado, que pareces Harry. ¿Por qué no intentas encontrarlo, si tanto te preocupa?

- ¡Pero podría estar en cualquier parte!

-Empieza por el lugar más obvio-Propuso Albus-. Hace unos días, fuimos al pueblo a buscar provisiones y vimos un bonito bar y James dijo que le gustaría...

- ¡Gracias, Al!-La mirada de Teddy se ilumino y sonrió ampliamente, saliendo a la carrera hacia el límite de las protecciones donde podía desaparecerse. Albus oyó con una ceja arqueada como se desaparecía al cabo de unos segundos.

Scorpius observaba la escena con cierta diversión, quizás desacostumbrado a esas escenas que eran casi diarias en la familia de los Potter y aun más entre los numerosos Weasley.

-Ni siquiera espero a oír donde era-Menciono, divertido. Albus le quito importancia con un gesto.

-El pueblo no es lo suficientemente grande y hay un solo bar. No creo que tarde demasiado en encontrarlo.

- ¿Realmente crees que James este ahí?

-No-Albus sonrió de lado y suspiro de alivio-. O quizás sí. No lo sé. Pero no podía mas con su actitud de mama preocupada.

- ¿Siempre fueron así?

Albus no dudo en responder;
-Sí.

Tal como predijo Albus, Teddy no tardo en encontrar el bar mencionado. En realidad, fue casi demasiado fácil encontrarlo. El pueblo costero era pequeño y era evidente que estaría en la calle principal, iluminada con luces de colores y con pequeños puestos de suvenires. Los turistas abundaban, todos vistiendo ridícula ropa floreada, por lo que a Teddy no le costó distinguir a James.

El bar, si se podía llamar así, era al aire libre, con una barra y varias mesas bajo la noche cálida de verano. Un camarero con una camisa floreada, que en teoría, debería estar atendiendo a los clientes, parecía haberle dejado toda la tarea a la otra camarera, una chica joven y se habia reclinado sobre la barra para hablar con un cliente.

Entonces Teddy descubrió la cabeza pelirroja de James, charlando animadamente con el que parecía el dueño del lugar y la sangre le hirvió en las venas.

Los celos lo embargaron inmediatamente, cegándolo. Con ganas hubiera hechizado a aquel maldito muggle rubio, con esa espantosa camisa floreada abierta, dejando ver su bronceado pecho desnudo. El maldito parecía encantado con James y sonreía mucho mientras hablaba. Al estar de espaldas, Teddy no podía ver la expresión de James, pero también se lleno de resentimiento hacia él. El, tonto iluso, creyendo que James podría correr peligro y el pasándolo bien con su nuevo amigo.

Mientras llega el final (Jeddy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora