Assesination School

Mi nombre es...

Tan hermoso el colorido amanecer que se presentaban en las mañanas, los colores están tan cálidos y suaves para enamorar lo visual.
Un calido y fresco aire de las mañanas, relajante. Suave y refresco para ser una mañana tan bonita.
La vista del ultimo piso, claros colores que adornaban el cielo. Changkyun, arriba de eso, se sentía tan libre, quería volver a sentir el aire, es lo mas hermoso que podía sentir.

Buscaba la libertad, aun dentro de el, mantenía una esperanza de poder salir.
Quería volver a ver el exterior y explorar del mas allá.
El sereno viento de las mañanas, el ruido de los pájaros cantar desde temprano, eran música para los oídos de Changkyun. Aun mantenía, un viejo recuerdo, de aquellos dorados momentos, mucho mas antes de encerrarse en un extraño lugar.

Desde muy profundo, Changkyun tenia miedo, miedo de verse perder la cordura, que pasaría el día que ya no pueda razonar con claridad. Que tan loco se volverá dentro de este lugar. Pero no solo se trataba de quedar como el resto.
Los ambientes eran muy diferentes, la gente tenia un aura tan solitaria, tan apagado.
Entre tanto mal, oscurecía todo el interior de ellos.

No soportaba la idea de mantenerse aquí, no quería que su brillante alma de apagara por la locura.
El cerebro es el único órgano donde nos hace mantener vivos, el alma nos hace sentir mientras que la mente nos puede destruir, porque sera lo único que conoce nuestra mayor debilidades. Estaría auto destruyendose, su mente terminaría por controlarlo y los pensamientos no dejarían que viviera en paz.
Debía buscar, y buscar, que este lugar mantiene una esperanza para salvar a todos. Para Changkyun, nada era imposible ni mucho menos era demasiado tarde.

Si perderse, significa perder la esperanza, ¿que mas habría pasado desde entonces?
Todos perdieron la esperanza de ser salvados de la eterna oscuridad, llantos y lamentos buscando ser socorridos. Las almas se apagaron, desde el desastre hasta el final.
Los largos pasillos eran tenebrosos, los latidos de sus corazón son claros. El aire era tan frio, las oscuras paredes.

La libertad significaba mucho en este lugar, que ver un rayo de luz era tan importante, era saber que aun te sentías vivo.
Enorme, la oscuridad que se podía sentir.
Un chillido raspando las paredes re sonaba por el pasillo donde Changkyun se encontraba, su corazón se volvió pesado del terror. El silencio lo aterraba tanto, sus pies no respondían al sonido pero si al temblor por su cuerpo.

Y el chillido mas cerca era, mas alto el agudo sonido era.

Supo en aquel momento que debía escapar, correr para salvarse.
No quería conocer el aquel tarde que todos los guiones tenían consigo. Sus labios no respondieron, sus claros ojos suplicaban perderse en la oscuridad lejos del agudo sonido.

Solo estaba mas cerca, chillido que resonaba sobre la dura pared sucia y manchada. Pero sus pies traicionaron su escapé de la muerte, y supo de un doloroso final.
El filo metal se acercaba mas, una sangrienta faceta estaba entre la luz y la oscuridad, todo golpeado, masacrado y perdido.
Un viejo metal que lo acompañaba, tan viejo y sucio. Su fría respiración era la única respuesta, los oscuros y lentos pasos torturaban la piel.
Un final tan lejano que ahora parecía mas cerca que antes, como el sol saliendo del horizonte. Una mañana sangrientamente bella para los primeros días de supervivencia, que injusticia el frio corazón de la pobre alma vagando por venganza.

Sus pies flaquearon en modo de traicion, morir tan rápido era absurdamente patético, la ultima imagen de alguien en frente.
La podrida sangre en las paredes rotas volverían a ser pintadas, como las rosas de la reina roja. En un viejo y lejano castillo.
De repente parecía volverse tan lento y torturaba la tentación al mismo tiempo.
El metal raspando la pared, creando un agudo e insoportable ruido, se acercaba mas.

Entonces fue cuando supo que no podia levantarse, su cuerpo no respondía a sus movimientos, se sintió traicionado por el mismo. El miedo y la ansiedad recorrían por cada gota de sudor que pasaba por su piel.
Tan débil que solo podia arrastrarse, suplicando no querer conocer aquel final. La oscuridad era lejana pero el final estaba a centímetros de el.