Capítulo 7

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"Es un psicópata, pero también es leal a su palabra"


En cuanto la camioneta se detiene en mi casa, veo a alguien esperarme en la puerta. Bajo del auto siendo seguido por dos guardias.

Me empieza a preocupar el que se tiren encima de mí.

— ¿Usted es el señor Wang?— ¿Quién?

Miro a uno de los guardias disimuladamente, el asiente.


—Sí, soy yo. ¿Qué desea?— Me da una sonrisa y estira su mano, la tomo con firmeza viéndolo, parecía buena persona.


—Soy el enfermero que pidió el señor, y él es el guardia. — Los miro a todos con una expresión seria, me acerco a la puerta para abrirla.


En cuanto lo hago el piso de madera muy bien pulido nos invita a pasar. Dejo las llaves en la mesa junto con mi abrigo y mi bolso. Camino hasta la cocina para calentar la comida, luego subo a la habitación siendo seguido por el enfermero, y en cuanto abro la puerta un par de ojos marrones me miran.

— ¿Cómo amaneciste?— Sonrío, me acerco a la ventana abriéndola. La primera brisa choca con mi rostro alegrando mi estado de ánimo.


—Mucho gusto señora, mi nombre es Zanjin y soy su enfermero. — Mi madre me mira para luego mirar al enfermero, asiente.


—Voy a preparar su baño, le gusta el agua tibia y con espuma. No es relevante pero normalmente eso le sube el ánimo, luego de bañarse le gusta salir y tomar su almuerzo. Hay una habitación abajo, tiene baño y todo. Te la limpiare para luego enseñarte el resto de la casa. — El asiente, y yo voy preparando su tina. Le coloco su jabón de avena y salgo a mi habitación mientras él ayuda a mi madre a levantarse.


—Señor, sus maletas. — Miro al guardia con una mueca, y las tomo para abrir la puerta.


Una habitación de tono azul claro, dejo las maletas en la cama para empezar a guardar lo más necesario. Cuando voy por la mitad encuentro cosas que simplemente dejo a un lado para evitar el dolor. Cuando termino la segunda maleta aun me quedan algunos zapatos que guardar. Aprovecho que están en cajas y los llevo a la camioneta con ayuda del guardia.


—El señor dijo que solo debía ser lo básico, después le compraría ropa para las reuniones y otros asuntos. —Asiento. Vuelvo a la casa para encontrar a Zanjin y explicarle algunas cosas. Luego dejo la casa.

No sin antes despedirme de mi madre.


—Quiero que te portes bien con Zanjin, madre. Debes seguir luchando, ¿entendiste?— Mueve la cabeza en afirmación, me acerco a ella para darle un beso en la frente y salir de su cuarto.


Bajo las escaleras ignorando esa sensación de abandono lo que tanto conocía y prometí nunca hacer.

Esas son las reglas...


— ¿Podemos pasar por mi universidad un momento? Si no es mucha molestia...— ellos asienten, cierro la puerta y me coloco el cinturón.

El Rey de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora