Acababa de sentir el escalofrío que me había arrebatado su vida, acababa de ver a las personas que quería alrededor de mi en aquella camilla de hospital, acababa de despedirme de mis sueños.
Ahora estoy en este lugar oscuro donde nadie me escucha, puedo gritar, puedo bailar, cantar, contar malos chistes y simplemente nadie me juzgará por nada de lo que hago.
Empiezo a caminar, todo el lugar parece oscuro pero hay algo sólido sobre lo cual pisar, camino y camino a travez de ese hoyo, túnel o lo que sea.
De pronto las luces se prenden y puedo ver mis manos, mis pies, mi cuerpo.
Camino y sigo caminando, al parecer no hay nadie aún.
Empiezan a escucharse voces en voz baja hablando de algo, siento que mencionan mi nombre, pero en realidad no recuerdo mucho de mi vida y no me importa mucho de lo que puedan hablar.
Ellos empiezan a gritar, gritos espantosos, al parecer están discutiendo por algo, me sobresalto pero sigo sin poder verlos.
De un momento a otro todos se callan y hacen que el silencio se apodere de la especie de lugar en el que estoy, dejo de caminar y me siento en el piso a esperar a que pase algo, el piso es muy caliente pero no es que no lo soporte ahora, en realidad no siento dolor.
Una voz suena desde lo lejos y me llama por mi nombre, suena paciente, pero llama una segunda vez y ahora está un poco mas desesperada que antes. Respondo solamente preguntando que quiere. No responde.
Vuelvo a preguntar, pero la voz que había escuchado antes sigue sin responderme...
Espero y espero, pero no se cuanto, pudieron ser años, minutos, segundos, siglos, milenios y yo no me hubiera dado cuenta porque estoy en un estado de paz inmensa.
La voz regresa diciendo
-¿cómo has muerto?
La pregunta me desconcierta al principio. No recuerdo como morí y es algo que me intriga.
-No se.
Respondo debilmente, y la voz instantáneamente me dice
-como a casi todos te voy a tener que ayudar, ahora bebe del vaso que está enseguida de tu mano derecha, cuidado, no derrames el líquido por favor.
Volteo bruscamente a mi derecha y efectivamente ahí está, un vaso de cristal con un líquido amarillento.
No lo había visto, debería haber aparecido hace unos segundos o algo así.
Lo tomo en mis manos y tomo lo que hay dentro de él, siento el líquido quemando mi garganta, este mismo hace que pierda la paz, me siento regresando a la tierra, y en menos de un parpadear estoy en medio de una carretera en pleno día en Nuevo México.
Todo está en cámara rápida, puedo ver los carros pasar, parezco solo un fantasma, no puedo tocar nada y nadie puede verme, como si hubiera entrado a una pelicula, me siento impotente.
Siento como si debería voltear a alguna parte, empiezo a buscar algo, no se que necesito encontrar.
De pronto todo deja de estar en cámara rápida, ahora es todo lo contrario, los carros avanzan lentamente y mis nervios se intensifican.>por favor comenta si te está gustando la historia, para ver si la sigo... Gracias