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Una semana juntos fue suficiente para tenerse cariño...

El castaño tenía sus maletas listas con su ropa. Se iría a un nuevo hogar, con una familia que ni siquiera conocía. Tenía miedo de que fuera a pasarla horrible, como lo que vivía con sus verdaderos padres y su primo. Pero debía ser valiente.

— Oshamu-nii... No te vayas...

Atsushi lo abrazaba, llorando, sin querer dejarlo ir. Del otro lado, estaba Ryūnosuke, también llorando y aferrado a él.

— No te vayas, Dazai-nii.

Osamu los separó de él, mirando a su otro compañero de habitación, Chūya, quien tenía los ojos llorosos y se limpiaba con sus pulgares.

— Chūya se quedará con ustedes. Y pronto, vendrán familias para adoptarlos.

Respondió triste.

— No, nosotros somos una familia, Dazai. Somos hermanos... Tenemos que estar los cuatro juntos... No puedes dejarme con Ryūnosuke y Atsushi...

Se acercó también para abrazarlo, siendo correspondido. Era un abrazo familiar, con lágrimas.

Hasta que ese momento llegó.

Dazai fue trasladado a casa de sus nuevos padres. Parecían ser buenas personas.

Su ahora padre, el señor Yamamoto, entró a su habitación con su hijo de diecinueve años, Kazuo, para presentarlo.

— Osamu-kun, él es mi hijo Kazuo, será tu hermano mayor. Kazuo, Osamu-kun.

Los presentó de manera amistosa.

El castaño sentía miedo al estar solo en una habitación con dos hombres mayores, y se acercó lentamente a saludarlo.

— M-Mucho gusto...

— Bien. Kazuo, saldré de compras con tu madre. Te encargo mucho cuidar de Osamu-kun.

Una vez el adulto estaba afuera, el pequeño Dazai se puso a la defensiva, alerta de cualquier movimiento extraño que mirara de parte de Kazuo.

— Osamu-kun, te ves asustado. ¿Sucede algo? Nadie te hará daño.

Decía Kazuo con voz amable, pero aún así, Dazai no podía confiar.

— Tú... ¿No haces cosas feas?

Preguntó nervioso. Kazuo sonrió.

— Cuéntame, ¿qué cosas feas te hicieron? Soy Doctor y puedo escucharte. Te ayudaré.

Se acercó al niño, e intentó acercarlo a él cuando Dazai mordió una de sus manos.

— ¡NO! ¡No me toques! ¡No quiero ninguna ayuda! ¡Quiero regresar al Orfanato!

Gritó asustado. Empezó a tener una visión oscura y desmayó.

¡Osamu-kun! ¡Niño! ¡¿Pero qué...?!

Lo cargó en sus brazos para recostarlo sobre la cama e ir por sus cosas de médico.

— Este niño es de los dotados de habilidad... Su estado es crítico...




Pasarán años en la historia.

ORFANATO [REALIDAD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora