04

607 113 22
                                    

Kazuo era nuevo en medicina, pero muy inteligente como cualquier médico con experiencia de años.

Aprovechando que el pequeño Dazai estuviera durmiendo, le dió atenciones adecuadas para mejorar su salud. Después de todo, Osamu era su hermanito ahora y debía ayudarlo.

💕

Mientras tanto, en el Orfanato...

Ryūnosuke lloraba por la ausencia de Osamu. Ni siquiera quería comer, por más que sus cuidadores y Chūya le insistieran.

— Vamos, Ryū-kun, debes comer algo. Te enfermarás.

Dijo una de sus cuidadoras, acercándole el plato con la comida.

— Quiero que Dazai-nii vuelva. ¿Por qué se tenía que ir?

Respondió entre sollozos.

— Es parte del proceso, Ryū...

— ¡Pero ¿Y si los nuevos padres son malos?! ¡¿Y si le hacen daño otra vez?!

💕

Dazai despertaba sobre una cómoda cama, cubierto con una manta suave y acogedora. Tenía una aguja clavada en una de sus manos con medicamento. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

— ¡Chūya! ¡Atsushi! ¡Ryū! ¡¿Dónde?!

Se sentó aterrado, volteando hacia varios lados de la habitación.

Kazuo, quien estaba al tanto, entró al lugar para revisarlo. Sus padres ya estaban en casa y lo acompañaron a la habitación.

— Osamu-kun, ¿te sientes mejor? ¿Ya no estás mareado?

El niño no respondió nada. Sólo los contemplaba a los tres, con una mirada de sufrimiento y dolor.

— ¿Osamu-kun?

— Extraño a Chūya, Atsushi y Ryūnosuke... Si en verdad ustedes son buenos... ¿Podrían adoptarlos a ellos también?

La nueva madre de Dazai se acercó a él, cuidadosamente, y sujetó sus manitas, acariciándolas con suavidad.

— Las cosas no son tan fáciles, hijo. No podemos...

— Entonces no son buenos.

ORFANATO [REALIDAD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora