CAPITULO CUATRO

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CAPITULO CUATRO

Deje el libro al lado de la mesita cuando Nik entro en la mansión como alma que lleva al diablo.

--te ves molesto-- murmure.

--Stefan Salvatore-- gruño entre dientes.

--¿porque no me sorprende? Tu estado de animo normalmente depende de el-- suspire cansada-- ¿ahora que ha hecho?

--me ha amenazado con lanzar al doppelganger al rio y convertirla en vampiro si no hacia que mis hibridos abandonaran el pueblo-- expreso con ira.

Sonrei de lado.

--eso fue bastante inteligente.

--y poco comun en Stefan-- dijo con sigilo.

Evadi su mirada, al parecer Stefan podia ser alguien bastante sanguinario cuando queria, pero cuando se trataba de ir a por todo, titubeaba, no era normal que hiciera aquello.

--alguien pudo darle la idea-- añadi con cuidado, conocía lo explosivo que era y como podia reaccionar.

--que curioso..-- susurro antes de ir directo hacia la segunda planta.

Estaba jugando en ambos territorios, me descubrian... y todo acabaría allí.

(...)

Recorro por la entrada del instituto, iba de camino a casa cuando el mismísimo Stefam Salvatore se coloco frente a mi, los híbridos de Klaus se habían marchado, por ende me había quedado sin guardaespaldas.

--el que me veas sola, no me hace vulnerable—lo mire con seriedad-- ¿Qué quieres Salvatore?

Stefan sonrio de lado, llevaba puesta una chaqueta de cuero y su aire de chico malo realmente le sentaba bien, ¿de verdad este chico había sido el bueno de los hermanos Salvatore? No me lo creía, parecía ser la versión de Klaus en menor escala.

--¿a la defensiva?

--bueno, no suelo mostrarme tranquila cuando estoy frente a alguien que ya me ha amenazado, ¿Qué esperabas?—me cruce de brazos--¿un abrazo?

--esperaba una buena alianza

Levante una ceja en su dirección.

--¿de verdad piensas que traicionare a mi hermano?

--ya lo hiciste—dio un paso hacia mi-- ¿Qué impide volver a hacerlo?

--supongo que lealtad familiar—le sostuve la mirada—las cosas suelen ir mejor cuando estamos todos juntos, cosa que tu impides.

--cosa que Klaus impide—sonrio-- ¿ya despertó a Rebekah?

Me quede en silencio, por supuesto que no, Nik ni siquiera me había comentado que nos la habían entregado.

--eso es un no—expreso Stefan en cuanto obtuvo mi silencio—aquí la pregunta importante es, ¿Qué pasa con ese ataud cerrado?

Lo mire confundida.

--¿Cuál ataud?

--¿no sabes? Es uno grande, marron, sellado con magia, no puede ser muy difícil—no dije nada—tu hermano parece tenerle un miedo genuino.

Tome aire.

--no se que contiene, llevo durmiendo bastantes siglos, solo desperté hace unas semanas, no puedo saberlo todo—intente pasar de el, pero me lo impidió.

--es imposible abrirlo a menos que una bruja lo haga.

Lo mire desafiante.

--ustedes ya tienen una bruja—lo mire de reojo.

--no lo suficientemente poderosa—cerro su mano en brazo.

Stefan cayo de rodillas sosteniendo su cabeza.

Pobre, y estúpido Stefan.

Creyendo que tiene la situación controlada, que intimida a todos con su intento de chico malo, si supiera que yo misma había vivido bajo el techo del monstruo de Michael, sabría que no le tenia ni un ápice de miedo.

--eres realmente muy cinico, ¿pretendes que abra el ataud que puede contener el arma perfecta para acabar con mi hermano? ¿tan estúpido eres?—gruño, pero no pudo levantarse—no soy tu aliada, y no traicionare a mi hermano, si ellos se quedan en tus manos, quien sabe hasta que momento decidas lanzar a mi familia al mar.

Me introduje en su mente, al inicio se resistió, me miro con rabia antes de que con mi magia le rompiera el cuello.

Ya obtuve lo que quería.

Tome mi teléfono y llame.

--se donde están...

No podía verlo, pero sabia que Nik tenia una sonrisa genuina.

Al terminar la llamada tome el teléfono de Stefan, eh hice mi siguiente movimiento.

(...)

Espere paciente en la sala de estar de la mansión, no me sorprendió que regularmente empezaran a entrar dos o tres híbridos a la mansión, si habían vuelto era porque Nik ya no necesitaba seguir las ordenes de Stefan.

--¿bebiendo? Eres menor para hacerlo jovencita—riño Klaus de buen humor.

Tras el, sus híbridos traían los ataúdes, al parecer era tal y como sospeche, nuestros hermanos estaban de vuelta, mi rápida acción engañando a Stefan nos había dado la victoria.

--tengo cientos de años, Hermano—dije, levantando la copa en su dirección—es normal beber cuando se celebra.

--el problema es que no pareces eufórica y contenta—indico con una sonrisa.

--bueno, no veo a mis hermanos por fuera de los ataúdes, ¿o si?—levante la mirada hacia el, no sabia si era por el efecto del alcohol, pero sentía un calor abrumarme, ¿ira tal ves?

--todo a su tiempo, Claire—mi hermano paso justo a mi lado—aun tenemos asuntos que atender.

Baje la mirada evitando verlo, el vino en mis manos parecía ser mucho mas carmesi que antes.

--si, eso pensé que dirias—susurre.

Levante la mirada al escuchar la exclamasion del hibrido, cayo lentamente dejando ver a unos de mis hermanos arrancarle el corazón.

--Niklaus...-- bajo la mirada y al fin me vio, sus ojos se iluminaron al reconocerme—Claire...

--Elijah—susurro Nik.

--¿de que me perdi?—Elijah nos miro consecutivamente.

En ese instante Nik lo entendio, me miro lastimero, después de decirle la ubicación a Nik de los ataúdes había llamado a Damon, le ofrecí un trato, lo debía despertar a Elijah.

--Hermana...-- Nik retrocedio.

--era mi seguro—lo mire amenazante.

No iba a jugar conmigo, sea como sea, despertaría a mis hermanos. 

BROTHERHOOD-- TVDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora