Familia Reencontrada

372 39 10
                                    

Huyin siempre pensó que Ba Sing Se era una ciudad poco agradable, las multitudes nunca habían sido lo suyo por lo que desde que tiene memoria había preferido los pueblos pequeños o aldeas medianas semi pobladas, sin embargo, con el avance de la guerra las cosas habían cambiado mucho en su vida y la de su esposo en muchas ocasiones: lamentablemente con la reciente conquista de Liang, su antiguo pueblo, la Nación del Fuego los había obligado a abandonar sus trabajos como agricultores y comerciantes. La mayoría de las personas habían podido quedarse en Liang sirviendo y abasteciendo a las tropas de fuego que lo requirieron y produciendo más mangos (cuya fruta se consideraba un manjar exótico en la Nación del Fuego), mientras que el tercio de la pequeña población fue enviada a la recién conquistada ciudad impenetrable --que ahora no parecía tan impenetrable-- como rehenes junto con personas de otros pueblos; según los rumores entre los prisioneros, el único motivo por el que los tenian ahi era para que la resistencia interna de Ba Sing Se se rindiera a cambio de su seguridad. Huyin creía firmemente que no sucedería, la gente de la Tierra era obstinada y firme y no se rendirán, nunca ante la Nación del Fuego.

La Nación del Fuego era infame, ellos habían arruinado la vida de Huyin dos veces: la primera cuando incendiaron hasta las cenizas la aldea en la que había crecido, se había casado y planeaba criar a su hijo, donde se lo habían arrebatado, su pequeño Jian de 8 años que apenas y sabía nada sobre la vida; en la segunda también le habían arrebatado a otro hijo, aunque de forma diferente, pues su querida Shan que ahora tenía solo 7 años era mantenida en otra celda de cristal junto con otros niños. La Nación del Fuego era horrible y malvada, y tanto ella como YunHo rezaban a Oma y Shu para que sus miserables cuerpos vivieran lo suficiente para verlos perecer ante la furia del Reino Tierra.

El odio de Huyin era implacable; no era por la aldea o la conquista, era por su hijo, su bebé que habían asesinado de forma cruel bajo las llamas. como madre, Huyin no podía olvidar, y no quería hacerlo.

Dos meses después tanto YuenHo como Huyin pudieron reunirse con Shan. Las tropas de fuego se retiraron y el Dai Li ya no seguía sus órdenes. El Reino Tierra había ganado, la Nación del Fuego perdió y Huyin agradeció a los espíritus por escuchar sus rezos. Ellos decidieron quedarse en Ba Sing Se; el Rey Tierra les había ofrecido una vivienda en el anillo superior y trabajos debido a su situación como rehenes, por supuesto no fueron los únicos.

Una semana más tarde les llegó la noticia: la tierra no había superado al fuego, fue el avatar (que creían muerto), y el fuego no había perecido como se merecía, solo se había retirado permanentemente, y ahora resultaba que se iba a celebrar la coronación de un nuevo Señor del Fuego. ¿Qué se merecían celebrar? Huyin estaba tan enojada como YuenHo, esa nación lo único que se merecía era pudrirse en su inmundicia de cenizas y derrota. Lo admitía, estaba feliz por ver el fin de la guerra, mas no conforme.

Otros seis meses más pasaron. YuenHo ahora trabajaba como gerente de una tienda de abarrotes en el anillo superior que era administrada por Men Sho, el antiguo comerciante principal de Liang del que eran amigos desde lo que pasó con Jian, y que tenía distintas tiendas en la ciudad; gracias a sus nuevas ganancias podían permitirse invertir en una mejor educación para Shan. Ella se merecía lo mejor y como sus padres, Huyin y YuenHo se encargaron de darle todo lo que Jian nunca tuvo la oportunidad de tener; y finalmente Huyin, quien había conseguido un puesto en una organizadora de eventos para la clase alta.

Su vida marchaba bien. Entonces llegó el día, ese día. El día en que su pequeño había nacido hace 18 años, su cumpleaños. Tan triste como se sentían, después del nacimiento de Shan, procuraron convertirlo en una fecha feliz para que ella pudiera amar al hermano que había perdido y nunca conoció. Fue por eso que salieron a celebrar; una tarde llena de juegos y comida, alegría y tristeza pura. Al anochecer se establecieron en una parada no contemplada: una casa de té; el día había sido largo y duro de superar y el matrimonio estaba exhausto por lo que acordaron que el té les ayudaría a relajarse un poco.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 13, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Familia Reencontrada [JetKo] ||ATLA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora