Re: Zero Reiniciar

Capítulo 2: No lo suficientemente rápido

Era un día brillante y soleado en la capital de Lugunica. El cielo azul celeste se extendía en todas direcciones, en gran parte sin nubes, la gente común en la calle caminaba sobre sus asuntos diarios, como de costumbre, y, en lo alto de uno de los muchos edificios en la parte más acomodada de la ciudad, corría la forma de un jovencita rubia.

Paso. Paso. Paso.

Sus ojos rojos se abrieron con sorpresa por la situación en la que se encontraba.

Paso. Paso. 

Completamente desprevenida para estar repentinamente a mitad de carrera sobre los tejados, su pie se atascó en una de las tejas y cayó al suelo de frente.

Felt: OH MIER-

A pocos centímetros del impacto, sintió que alguien la agarraba.

?: ¿Estás bien, Felt-sama?

Ella miró hacia arriba con el ceño fruncido y se encontró con un conocido caballero pelirrojo mirándola con una sonrisa increíblemente educada.

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Pellizcando sus mejillas, Subaru dio un paso cauteloso desde su lugar ante el familiar  Sr Appa.

Subaru: ¿Entonces esto no es un sueño?

Levantó su bolsa de plástico en una mano y abrió su teléfono plegable perdido hace mucho tiempo. Al notar la hora exacta, el día y el porcentaje de batería, junto con la notable ausencia de su doncella favorita, llegó a una conclusión.

Subaru: Desde Zero, entonces. Pero...

La sensación de ardor. Cabello plateado cubierto de rojo.

Sus ojos se agrandaron al darse cuenta de una triste verdad.

Subaru: ¡Emilia!

Se volvió hacia los barrios marginales donde sabía que ocurriría la tragedia y comenzó a correr a toda velocidad, el pánico llenó su expresión.

Es demasiado inocente para no ir directamente allí.

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Una hermosa chica de cabello plateado se detuvo en seco en medio de la calle, parpadeando varias veces.

Emilia: ¿Qué ...?

Miró a la izquierda, a la derecha, arriba y abajo, dándose cuenta de dónde estaba y notando que todas las demás personas también habían dejado de moverse.

?: Es porque están confundidos, Lia. Puedo sentir una gran sorpresa y conmoción en todas direcciones.

Al oír la voz, alcanzó el cristal verde en su pecho, una sonrisa cautelosa formándose en su rostro.

Emilia: ¡PUCK!

Ante ella, una serie de luces se agruparon y tomaron forma física: la de un pequeño gato gris. Él la saludó casualmente, sonriendo con su habitual energía feliz.

Puck: ¡Oye!

Emilia se acercó al espíritu con manos temblorosas y lo abrazó con fuerza, con lágrimas en los ojos. Él se relajó en su abrazo y la abrazó con fuerza a cambio.

Emilia: Puck ...

Después de un momento, soltó su figura paterna y lo miró con confusión.

Emilia: ¿Pero qué está pasando? Como estas aqui ...