𝐷𝑜𝑟𝑡𝑚𝑢𝑛𝑑, 𝐴𝑙𝑒𝑚𝑎𝑛𝑖𝑎.𝑆𝑒𝑏𝑎𝑠𝑡𝑖𝑎́𝑛.
El viaje a México tuvo que retrasarse unas semanas, pues surgieron cosas qué hacer en Alemania y tuvimos que volver. Una de ellas, fue que el Borussia me había citado para hablar sobre cuando iniciaría la temporada.Nos había costado encontrar vuelos, debido a que en México aún había algunos casos del virus y volvieron a prohibir vuelos internacionales.
Después de casi un mes, mañana en la noche salía nuestro vuelo a México. Pero antes de eso, habíamos venido con la ginecóloga, pues nos había citado para ver cómo iba el embarazo de Lidia y quizá decirnos el sexo de los bebés. Así que aquí estábamos de nuevo en el consultorio de Gala.
—¿Cómo te has sentido, Lidia? —la doctora le preguntó a mi esposa, mientras le ponía gel en su abdomen. —¿Ya has tenido síntomas?
—Siento que recién están empezando. —le respondió ella. —La semana pasada tuve náuseas y fatiga.
—Ya veo. —decía mientras pasaba el cosito por su estómago. —Es normal, con el tiempo vas a ir presentando más. Los mismos, pero con más frecuencia. No te quiero asustar ni nada, pero cuando cumplas los cinco meses, que ya estamos a nada de eso, los síntomas van a ser de siete. —le dijo. —Igual con la pancita, al llegar a los cinco meses, el vientre va a parecer de siete. —agregó.
Lidia la escuchaba con atención y por unos segundos se quedaba pensando.
—Sé que es una pregunta tonta pero, ¿Tú crees que yo aguante tremenda panza? —quiso saber en tono divertido y al mismo tiempo asustada.
Gala me miró por unos segundos con diversión y volvió la vista a Lidia. Dejó de pasar el cosito por su estómago y respiró profundo antes de responder.
—Lidia, eres joven y fuerte. Además estás en un peso normal, pero eso sí... Vas a tener que subir un poquito de peso. —mi esposa me miró con pánico y quise reír. —Ya lo habíamos hablado, Lidia. —le recordó con diversión.
Lidia dejó caer su cabeza sobre la cama en la que estaba recostada y me miró. La tomé de la mano y besé sus nudillos. Sabía que estaba pensando en que quizá se vería horrible con unos kilos de más, así que le sonreí para tranquilizarla.
—Sí, lo sé. Ya comencé mi nueva dieta con un especialista. —me sorprendió oírla contarle a Gala. Yo no estaba enterado de eso.
—Me alegra mucho oír eso. Debes de hacer lo mejor para tus bebés. —le sonrió.
—Lo haré. Solo quiero que mis bebés estén sanos. Sé que el embarazo implica cambios físicos, pero estoy bien con eso. —me sonrió, quizá se había dado cuenta que me preocupé por ella.
Me daba mucha alegría ver que mi Lidia había dejado atrás sus inseguridades y se preocupaba más por su bienestar.
Después de esa plática, Gala volvió a poner el aparato sobre el abdomen de Lidia y mi vista viajó rápidamente hasta el monitor. Mi corazón estaba latiendo con fuerza al ver las dos figuras ya formadas de los bebés, se veían más grandes a comparación de la última vez que vinimos.
—Muy bien, aquí están sus dos bebés. Primero voy a tomar las medidas para saber que todo está bien, ¿de acuerdo? —nos preguntó y ambos asentimos con la cabeza. —La ecografía de las 18 semanas es especialmente bonita porque se ve perfectamente el cuerpo entero de tus bebés, ¿si los ven? —nos decía mientras señalaba la pantalla y trazaba el contorno de cada bebé.
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𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 ➳𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂́𝒏 𝑪𝒐́𝒓𝒅𝒐𝒗𝒂 #𝟐 (pausada)
FanfictionTe daré amor en la otra vida, en esta no me alcanzaron los años. 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 ¿𝐃𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬? 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐨𝐧𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥.