You shine [Auronbowl] Tortillaland

Cap.2 Cuidados

—¡Sostengan a Biyín!—Se escuchó el temeroso gritó de Ari, lo suficientemente alto para que instantáneamente reaccionarán a evitar la caída del desmayo.

—¡Hay Dios mío!—Para agregar más dramatización, Juan se sopló el rostro con la manos—Que se nos muere.

—¡No te quedes ahí quieto!—Le reprochó Ibai—¡Haz algo Hechizero de cuarta!, ¡Trae alcohol o que se yo!

—¿Me ves cara de farmacia acaso?—Se señaló—¡Se supone que el de instinto materno eres tú!

—¡Vuelves a decir otra palabra que tenga que ver con maternidad y te exploto tu templo de mierda!

—¡Ten huevos!—Le retó—¡Le pones una sola mano a mi templo y te meto a la cárcel!

—¡Pues me suda todo ya!

—¡Pueden cerrar la boca trozos de mierda!—Y a lo tío Shur, Ari explotó—¡Hagan algo!

Después de ello todo se volvió un caos.

—Hagan caso a Ari por favor—Intentó calmar Deqiuv.

—Yo le voy a reventar el templo al Hechizero este, nadie me detiene—Comenzó a caminar—Y de paso le reviento el huerto al cuervo de los cojones.

—Pero vamos a ver—Expresó confundido—¡Que yo no te he hecho nada!

—Ya, pero tú sola presencia...

—Yo solo te digo Ibai, que mi templo no lo tocas.

—¿Y tú me vas a detener?

—Ulaa lo que te ha dicho Juan—Intento meter mierda Axozer.

—Ibai, estoy hablando enserio.

—Yo también, siempre he sido un hombre honesto.

Una batalla de miradas se había creado, y cuando el ambiente quedó en silencio, un fuerte llanto de aquel pequeño querubín fue escuchado al fin.

La rubia que anteriormente se encontraba un poco mareada, se levantó como un resorte para verificar si todo se encontraba bien.

—No, no, no, no llores Raúl.

Con dulzura y cuidado tomó el pequeño cuerpo del niño en sus brazos y lo llevo a su pecho comenzando a mecerlo para calmarlo. No se consideraba una experta en el tema de los cuidados de un bebé, de hecho ni siquiera consideraba ser mamá algún día, pero la pequeña porción del instinto materno que la mayoría de mujeres tenemos salió a relucir.

—Que desastre—Suspiró pesado la pelirosa un poco enojada—Ibai deberías tener un poco de decencia en estás situaciones.

—Lo siento Nia—Y con la mirada arrepentida bajó la cabeza como un niño regañado.

—Juan lo mismo va para ti—Reprendió esta vez la castaña.

—Lo siento Ari—Repitiendo la acción de su anterior rival se colocó al lado suyo, pareciendo alumnos problemáticos que son excluidos a la esquina por hacer travesuras... Y eso es lo que eran la verdad.

—Míralos, míralos—Se burló el mitad albino.

—Si, cayendo tan bajo por dos chicas—Siguió Deqiuv.

—Yo tuve cuatro novias y ninguna de ellas me trataba así—Aportó entre risas el búho.

De repente ninguno de ellos sabía bien que pasó, solo tenían un "pequeño" dolor en la cabeza y se encontraban con sus otros dos compañeros repitiendo exactamente la misma postura, si, un chinchón sobresalía de las tres cabezas.