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Después de la muerte de su esposa, Jeon Jungkook deja a su hija en un internado por 2 años, tiempo en el que se fue de viaje, regresando con una sorpresa no tan grata para su hija.
Jeon Jisoo, paso esos 2 años...
- JungKook, te presento a, Kim TaeHyung, el profesor de tu hija- presento el Omega.
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TaeHyung no podía creer semejante obra de hombre, simplemente perfecto. El hombre de sus sueños, alto, con notables músculos, guapo, cabello largo y perforaciones.
Nunca imagino que el padre irresponsable de la pequeña Jeon fuese su fantasías echa verdad. Aún así su pensamiento sobre el no iba a cambiar.
- Buenos días, señor Jeon- empezó a decir el maestro- soy el maestro de su hija, Kim, supongo que vino a ver a su hija-
- Si, cree que la pueda ver?- pregunta ansioso.
- Claro!- Respondió- en un momento la traigo- dijo mientras salia de la oficina.
Una vez afuera se dirigió hacia el patio de juegos buscando a JiSoo. Estaba nervioso, su lobo estaba intranquilo, no dejaba de mover la cola, no quería involucrarse con el.
- Tienes que admitir que es guapo.
Su lobo no tiene remedio.
Vio a la pelinegra jugar con sus amigas, se acercó.
- Jis, vino alguien a verte- hablo una vez cerca de ella, sorprendiendo a la pequeña.
- Enserio?- pregunto levantándose del pasto, donde jugaba con Jennie y la pequeña Lisa. Toma la mano del Omega caminando en dirección a la dirección.
Aún que admitiera que el hombre era todo lo que había imaginado, no quería hacercarse demasiado.
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Decir que estaba tranquilo sería una vil mentira, aparte de querer ver a su hija después de 2 años, el hermoso maestro de está lo tenía anonadado, era tan etéreo, tan bello que no se podía sacar sus ojos de la cabeza, esa pequeña sonrisa, pero entre más lo piensa más se regaña asi mismo. Por dios, tenía una hermosa novia.
Sus pensamientos se ven interrumpidos por la puerta; las manos le tiemblan y sudan, su respiración se vuelve más inestable, parece que le va a dar un ataque cardíaco por lo rápido que su corazón bombea sangre, la frente le suda. Definitivamente estaba a nada de colapsar.
