Inglaterra 1647
Adele Lexington
No quiero sonar egocéntrica, pero siempre tuve la certeza de ser la persona mas inteligente de mi familia, esta mañana lo confirme, llego una carta de mi hermana Alice anunciándonos que esta comprometida con el príncipe francés André De la Fontaine, muy en el fondo supe que debería estar feliz por ella, aun así no puedo, no luego de oírla hablar sobre todos sus sueños los cuales no incluían un matrimonió. Lejos de esto, lo peor es que mis padres la presionaron solo por más expansión, por más poder, y porque supuestamente es nuestra obligación en esta sociedad.
Mientras estoy en un bucle de pensamientos llaman a la puerta, es una sirvienta, me anuncia que debo encontrarme con mis padres en el comedor, quisiera no tener que hacerlo en este momento, pero obedezco.
Agarro los bordes de mi vestido, me dirijo hacia mi destino y los encuentro junto a mi hermano mayor Eduard, carajo cuanta envidia le tengo a ese ser, no tiene obligaciones y está lleno de privilegios. Mientras hablan, mi madre hace un ademán con la mano para que me acerque.
-Hola querida, por favor toma asiento- dice fría.
Lo hago entre que los sirvientes ponen un plato de comida en mi puesto, algo tensa los miro a ambos esperando alguna noticia.
-Bueno ahora que estamos todos, les quiero informar que mañana tomaremos un carruaje a Francia, su hermana se casara dentro de dos semanas, y para los De la Fontaine seria un agrado recibirnos en sus tierras- dijo mi padre con cara de satisfacción.
Asiento y trato de sonreír como siempre, fingiendo que esta situación no me molesta, manteniendo la calma, como si no supiera que pusieron a mi hermana entre la espada y la pared. Todo continuo bien, hasta que lo que más me temía tomo lugar en la boca de mi madre;
-Adele, como yo espero sigas los pasos de tu hermana, aprovecharemos su matrimonio para presentarte en sociedad, aún tienes 17 años, pero seria una buena instancia para que te empiecen a conocer.
No me lo creo, a veces me pregunto si esta mujer tiene un cerebro. Respira, respira, estarás bien Adele. Claramente mis sueños van mas allá de esto, y que mi madre ya esté pensando con quien desposarme me causa un poco de frustración, es decir, desde mi infancia eh querido dejar marca haciendo cosas que amo, tales como ser una escritora literaria o una pianista reconocida, y no solo terminar con un simple esposo que apenas conozco e hijos, sin embargo no puedo hacerme tantas ilusiones, a veces las mujeres de la realeza no tenemos otra opción. Cómo desafiarlos en este momento no me sirve de nada respondo la cosa más cobarde;
-Claro, me agrada la idea.
||
Cuando termino de cenar, voy al balcón, mientras miro las constelaciones solo puedo pensar en lo injusta que es la vida, naces sin saber ni tener idea de nada, luego creces y te empiezas a dar cuenta que la gente cada vez es más cruel, después cuando ya estás lo "suficientemente" madura para aceptar lo difícil que puede llegar a ser controlar tus emociones y tener la aprobación de todos los que te rodean, te destruyes sin darte cuenta. Odio sentirme impotente, casi estar al borde del llanto es de los peores sentimientos.
-Linda noche hermana- oigo detrás de mi
-Eduard ¿qué haces despierto?- pregunto a mi hermano.
-Tú qué haces despierta más bien, si mi madre te viera aquí se pondría furiosa, probablemente pondría cara de espanto y diría; ADELE, NO DORMIR ENVEJECE, TUS PRETENDIENTES SE ESPANTARÁN. - dijo imitándola.
-Oh por dios- me hecho a reír- ¿como tienes el don de hacerme reír luego de casi caer en la ansiedad?
- ¿Ansiedad?-me mira- ¿Todo en orden?
-Solo estoy nerviosa por mañana, ver a nuestra hermana ahí, todo nuevo, ya no será lo mismo de antes- digo con tono de tristeza.
Eduard me miro tiernamente, con sus ojos celestes que siempre envidié, toco mi hombro y quizás dijo lo único que necesitaba escuchar;
-Oyee, sin penas, obviamente todo cambiará, pero te prometo siempre estar para ti y Alice, después de todo, desde que tengo memoria sólo hemos sido los tres contra el mundo.
-Lo sé, gracias- digo mientras sonrío con los labios pegados.
-Aparte, si nuestra madre ya quiere comprometerte, no permitiré que sea alguien que no te merezca.- suelta con tono de hermano sobre protector.
-Bueno al menos tengo la certeza que no será con ninguno De la Fontaine, no hay más hombres en su familia- le respondo.
-Aun queda el bastardo, escuche que vive en las mismas tierras de su padre.- ríe mientras lo dice.
Bastardo? No tenía idea, nuestro queridísimo rey francés tiene cada sorpresa, hasta hijos sin puesto al trono, quien lo diría, de todas formas esta descartado, su estatus no es del agrado de mis padres.

ESTÁS LEYENDO
Otoño Infinito
Roman d'amourAdele Lexington princesa de Inglaterra, sin duda soñadora y valiente, pero también presa de las decisiones que deberá tomar para su futuro. Louis De la Fontaine bastardo hijo del rey Francés, un alma libre, pero atacado por los fantasmas de su pasad...