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Habían muy pocas y casi inexistentes cosas que podían aburrir a MinHo cuando estaba con JiSung, e ir a la peluquería estaba en el tope en esa corta lista

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Habían muy pocas y casi inexistentes cosas que podían aburrir a MinHo cuando estaba con JiSung, e ir a la peluquería estaba en el tope en esa corta lista.

Tenía que sentarse solo en la sala de espera con varias otras señoras que estaban ahí por lo mismo; cortarse el cabello o hacerse un cambio de imagen.

Él era joven, atractivo y con una apariencia llamativa para aquel que lo viera, pero el hecho de estar solo con ellas, era simplemente incómodo.

Aunque estaba ahí por su novio, por él aguantaba las miradas incómodas de las damas presentes.

Había descargado un juego en su teléfono, que era con el que se había entretenido la hora y media que llevaba ahí.

Sin embargo, cuando sintió que alguien se sentó en su regazo y lo tomó por su cuello, se alarmó, y no dudó ni medio segundo en apartarle, haciéndole caer de cola al suelo.

JiSung se quejó, tratando de levantarse e ignorar las disimuladas risas que claramente escuchó.

Después de haber reaccionado, MinHo le ayudó a limpiarse, revisando que no se haya golpeado más que el trasero, por haber caído sentado.

—Lo siento, mi amor, de verdad, pensé que era alguna otra persona —lo tomó por sus mejillas y besó sus labios, impidiendo que el otro dijera algo. —De verdad, lo siento, juro que fue en modo de defensa.

—Ya, está bien —sonrió, mostrando que no tenía ni un rasguño. —Fue mi culpa por asustarte así.

Las demás personas presentes apartaron su mirada después de los gestos amorosos entre ellos.

Algunos con asco, otros enternecidos y los demás simplemente para dar su espacio o respeto a la pareja.

MinHo alzó la vista hasta el cabello de su novio, notando ese lindo tono azul oscuro que ahora tenía.

—Te ves perfecto —acarició sus cabellos, observándolo con la admiración que se merecía. —Más que perfecto.

El ahora peliazul sonrió.

—Me das ganas de teñirme el cabello —el mayor picó su mejilla, suave. —Y de otras cosas.

JiSung golpeó su pecho, empezando a caminar hasta la salida, seguido de MinHo, quien sólo lo seguía riendo por la manera de escapar de su novio para que no notara su claro sonrojo.

—Creo que a ti se te vería lindo un naranja, o rubio —lo tomó de la mano cuando el otro llegó a su lado, saliendo del local. —Quizá castaño.

—La idea del naranja me gusta —guiñó su ojo, llevándolo hasta la motocicleta. —Ahora vamos al lugar que te dije.

—No me dijiste a donde ibas a llevarme —tomó el casco, colocándoselo.

—Lo sé, pero lo reconocerás cuando lo veas.

heaven ✧ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora