Cuando nos vimos.... (Doubleshot yaoi)

Primer capitulo

Gerardo es un chico algo tímido e inseguro... Pues sus padres siempre lo regañan y reprimen... "Por que debes complacer siempre a los demás para no tener problemas"... Que método más ingenioso ¿no? Solo que, algo tonto.

Gerardo tiene 14 años y cursa segundo de secundaria en la escuela general numero 12, la cual está un poco lejos de su casa, pero la educación vale la distancia, Gerardo para llegar a tiempo a su escuela tiene que despertarse temprano, para ser exactos a las cinco de la mañana... Así que no es de extrañar que siempre tenga los ojos cansados y se la pase queriendo dormir.

Tal día Gerardo estaba saliendo de la escuela, junto con sus amigos, Rodrigo, Dalia, Sergio, Esteban, Marissa... De todos ellos el más cercano es su amigo Sergio, el cual es el único que sabe su mayor y más peligroso secreto de Gerardo... El es gay... Tal vez no lo sea, tal vez si... ¿Que mas da? Simplemente es amor ¿no?

Ellos iban saliendo de la escuela dispuestos a después ir a comer a la plaza que estaba cerca de allí.

- ¡Ahh! Rodrigo... ¿Puedes cargarme? Estoy algo cansada y no quiero caminar... - Dalia siempre tenía flojera, de hacer tarea, de trabajar, de caminar, ¡De respirar! Y claro, como buen novio que era... Rodrigo siempre la ayudaba en todo, ¿Como no hacerlo? Pues Dalia no era para nada fresa, criticona, etc... Una chica que todos desean, excepto claro Gerardo.

- ¡Dalia! Ah, ¿No puedes esperarte un poco? Yo igual estoy cansado. - Dalia lo miro con unas ganas inmensas de matarlo y con apenas dos segundo que se quedaron así, bastaron para que todos miraban hacia otro lado, pues este era un momento bastante incomodo.

- ¡Eres un tonto Rodrigo! Solo era una broma... ¿Todo te lo tienes que tomar tan Enserio? - Dalia dio media vuelta, cruzo los brazos y hizo un pequeño puchero, Rodrigo se agacho un poco para estar de su tamaño y la abrazo tiernamente y le dijo en el oído... "Te amo así de rara"... A lo cual Dalia se sonrojo y abrazo a Rodrigo...

- Ahmm... ¡Oigan! ¿Podemos irnos ya? Ahh.... Me recuerdan que estoy soltero... ¡Rodrigo y Dalia! - Esteban hablo al fin... Y valla que se había tardado, pues no le gustaba para nada que las personas demostraran afecto unas a otras mientras él estaba cerca, se sentía un poco mal ver afecto y que ninguno te de ¿o no?

- ¡Esteban! Shhh... ¿No ves que están en su momento? - Sergio le dio un suave golpe en la cabeza y lo miro fríamente, pues Rodrigo y Dalia no tenían la culpa que Esteban no tuvieran novia ¿Verdad?

- ¿Podemos irnos ya? ¡Ah! Siempre es lo mismo con ustedes... Hasta con Gerardo, que solo se ha quedado allí mirando su circo - Marissa miro primero a Rodrigo y a Dalia y después a Esteban y Sergio, los cuales rieron un poco para disculparse.

- ¿Eh? No, por mi no hay problema... Pueden quedarse toda la tarde - Gerardo lo dijo sarcásticamente mirando a Marissa y después acercándose a Esteban y Sergio.

- Pues... ¿Nos vamos? - Rodrigo se separó de Dalia para señalar la parada de autobuses, los demás asintieron y caminaron hacia ella, esperaron un poco para que pasada el autobús correcto y cuando este llego se subieron rápidamente y llegaron en un instante a la pequeña plaza.

- ¿Quieren ir primero a comer? Yo preferiría primero ir a.... - Marissa no termino de decir lo que hablaba, pues Esteban la interrumpió con unos extraños gritos de emoción de "¡Ya llegamos!" "¡Que emoción!" "¿No están emocionados?" Marissa miro con odio a Esteban, el cual al ver la cara de Marissa dejo de hablar rápidamente para sonrojarse e irse junto a Gerardo y abrazarlo cariñosamente...

- ¡Eres un tonto Esteban!... Decía que si quieren ir primero a comer o a... - Marissa de nuevo no termino de decir lo que quería, pues todos dejaron de prestarle atención por lo que hacían Sergio, Esteban y Gerardo... Sergio trataba de quitar a Esteban de Gerardo tirando de el, pero Esteban seguía abrazándolo y Gerardo también quería que se separara, pues una cosa es que Gerardo sea gay y otra que le de oportunidad a todos los hombres que se le pongan enfrente.... Eso jamás, pues Gerardo no quería ser un cualquiera.