𝗣𝗘𝗗𝗜𝗗𝗢𝗦 𝗔𝗕𝗜𝗘𝗥𝗧𝗢𝗦
₊˚.༄ ೃ - - - - - CRÉDITOS DE LOS PERSONAJES A KŌHEI HORIKOSHI.
#904 en otaku (11/O4/21)
#2 en animeotaku (21/O4/21)
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Bueno, nunca imaginé que esto sucedería, digo ¿Quién sueña con quedarse atrapado en un ascensor con su ex? Yo no y menos con Aizawa Shouta.
Una horas antes.
-¿Qué quiere qué haga qué?-pregunté asustada a mi jefe.
-¿Acaso eres sorda?-sus peludas cejas se fruncieron entre sí. Parecía que en cualquier momento explotaría de la molestia... la paciencia no es lo suyo.-¡Te repito una última vez! ¡Irás a la UA a conseguir una entrevista con el ganador del torneo Bakugo Katsuki!
Sentí un escalofrío en todo mi cuerpo.
Ir a la UA, era lo que menos quería en este mundo. Viajaría a los desiertos a buscar agua con tal de no ir a ese maldito instituto. Porque ahí estaba él y... yo no puedo verlo.
-Señor, con todo respeto, no puedo ir.-intenté hablar firme, pero mi voz se quebró a mitad de camino.
Diablos, ahora viene lo peor.
-¡EN NINGÚN MOMENTO TE PREGUNTÉ SI QUERÍAS IR O NO! ¡ERES UNA PERIODISTA DE UN PRESTIGIOSO DIARIO! ¿¡PARA QUÉ CARAJOS ESTUDIASTE PERIODISMO SÍ LUEGO VAS A ESTAR RECHAZANDO OFERTAS!?-escupió furioso y cuando digo "escupió" es literal. Por cada palabra que salía de su boca al menos tres litro de baba.
-Pero, señor... ya pasó hace mucho tiempo el torneo.
-¡VE Y HAZ ESA JODIDA ENTREVISTA SI NO QUIERES QUE TE DESPIDA!
No objete nada más, era innecesario. Con la muerte de mi lado salí de su apestosa oficina, no entiendo porque todo el tiempo huele a remolacha cocida, dudas de la vida.
Caí sobre mi pequeño y desordenado escritorio. El corazón me latía desenfrenadamente y estoy cien por ciento segura que el calor en mi rostro es por un sonrojo, siempre me ocurre cuando estoy nerviosa.
-Mierda, esta vez te grito muy feo.
Levante mi rostro y me encontré con Mei, mi compañera de escritorio.
-Gracias, eso ayuda mucho.-dije sarcástica.
-¡Oh vamos, no empieces con tus tonitos!-se carcajeó burlesca.
No nos llevamos bien, de hecho, creo que la odio. Siempre buscando la aprobación de el jefe y refregando en mi rostro sus logros.
-Deberías de hacer lo que dice, como yo. Nunca rechazo una oferta de trabajo.-habló egocéntricamente.
-Ay, no me digas. Ni lo noté.-bufé aburrida.-¿Sabes? Ya tuve suficiente con el jefe para que vengas tú y tus estupideces y me arruinen más el día.
