۰৫. 𝐏ɑ𝗆𝗉𝗲𝗿𝗶𝗇𝗀.

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Hoy era una tarde bastante tranquila, lo cual le estaba empezando a causar un pequeño nerviosismo, porque vamos, en toda la mañana no había visto a cierto pelirubio. Le extrañaba demasiado, pues este siempre estaba encima de él ya sea para molestarlo o simplemente sin hacer nada, ya le era costumbre que estuviera pegado a él como garrapata.

Ya habían pasado dos horas desde que estaba en la biblioteca sin señal del más alto, así que preocupado decidió ir a su departamento para ver si estaba bien.

En camino hacia la parada de autobús, le mando mensajes preguntándole si estaba bien y por qué no había asistido el día de hoy, pero nada, en el transcurso del viaje ni siquiera había leído sus mensajes. Eso le preocupo aún más.

Quince minutos después al fin había llegado al departamento de su mayor, entro saludando al encargado que ya lo conocía, así que lo dejo pasar sin más. Llegó a la puerta y tocó, sin respuesta, volvió a tocar y nada.

— Uhm, ¿hyung? —volvió a tocar un poco más duro— abre, por favor —se quedó esperando por alguna respuesta aproximadamente un minuto, pero al ver qué su novio no daba señal de ni siquiera estar vivo, busco entre sus cosas las llaves del departamento, deseando no haberlas olvidado en su casa.

Soltó un chillido al encontrarlas apresurandose en abrir, al entrar fue recibido por los gatitos del mayor, maullando alegremente ante la presencia del chico.

— Hola pequeños, sí, yo también los extrañe —después de cerrar la puerta, se agachó para acariciar a los felinos— ¿dónde está su papá? Me tiene muy preocupado —soonie maullo y giro su cabecita hacia el cuarto donde dormía Minho, dando a entender que ahí se encontraba— ya veo, vengan, vamos con honnie.

— ¿Cariño? —entró cuidadosamente al cuarto sin querer hacer mucho ruido, al solo tener la luz del sol del atardecer, pudo visualizar un bulto en la cama, sabiendo perfectamente de quién se trataba, se acercó hasta quedar a un lado y le destapó un poquito la cara para verlo.

— No me mires —volvió a cubrirse la cara con la sábana— dios, Minho, ¿por qué no me habías dicho que te enfermaste? Ven acá, déjame verte, por favor —sin refunfuñar más, el mayor le hizo caso, sentándose en la cama apoyándose en el respaldo de está— no lo hice, porque sabía que te pondrías así. Solo es un resfriado, bebé, no va a pasarme nada.

— Ush, hyung, en serio no le cuesta nada decirme cuando se enferma, ya lo hablamos. Será solo un resfriado, pero yo siempre vendré a cuidarte, ¿bien? —el mayor sonrió enternecido ante las palabras de su pequeño novio, siempre era tan dulce con él y siempre se preocupaba aunque fuera la cosa más mínima— espera aquí, iré a la cocina por medicina y te haré algo de comer— dejo un pequeño beso en la mejilla del pelirubio y salió de la habitación.

Pasaron un par de minutos y volvió a la habitación con lo prometido— tomate primero está pastilla, se te irá más rápido el resfriado —sin muchas ganas la tomo, pues no quería hacer enojar al otro. Jeongin le acercó la bandeja que traía el plato con comida y llevo una cucharada a su boca— Amor, puedo hacerlo solo.

— Cállate y come.

— Okay, okay —abrió la boca recibiendo la cuchara con comida. A veces su pequeño novio daba mucho miedo, así que prefería hacerle caso en lo que dijera.

Así estuvieron hablando de cosas triviales, hasta que se terminó la comida y Jeongin llevo los trastes al lavabo. Regresando y acostándose a un lado del mayor.

— Perdón por preocuparte, bebé —se acercó más a él abrazándolo por los hombros haciendo que la cabeza contraria cayera en su hombro, dándole una buena posición para darle besitos en su cabellera.

— Está bien, solo procura avisarme la próxima vez, yo vendré enseguida a cuidarte —volteó su cabeza para ver a su novio, admirando sus facciones y deteniéndose a ver sus labios.

— Te amo —soltó el alto, viendo también al menor y observando atentamente sus ojos, sabiendo perfectamente que quería hacer— Yo también te amo —el menor se acercó más al rostro contrario tratando de plantear un beso, más sin embargo, el mayor lo detuvo— Cariño, no, puedo contagiarte.

— Uhm, no me importa —hizo un pequeño puchero, haciéndolo lucir muy adorable a la vista del mayor— solo serán unos chiquitos, ¿sí? —se subió a su regazo y poniendo sus manitas en el rostro de su novio, acerco sus labios dándose, al fin, un beso que tanto habían deseado desde que el menor llegó al departamento.

Así le siguieron entre besitos y mimos lo que quedaba de la tarde. Minho ahora sabía que para recuperarse de cualquier resfriado, solo necesitaba el cuidado y los cariños de su lindo novio.

  ⋆ ࣪.   𝗁𝗈𝗇𝗇𝗂𝖾 + 𝗇𝗂𝗇𝗂 = <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora