MILLE CREPPE DE DESPEDIDA, BIENVENIDO A CASA

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Por increíble que parezca, me he acostumbrado a esto. Despertarme por el olor de un pastel recién hecho, aburrirme en mi habitación hasta que llega Daniel y me acompaña a dar un paseo por el jardín. Mi hermano me visita siempre que puede, resulta que Daniel y él eran amigos, incluso que yo le conocí hace dos años.
Me revolví entre las sabanas y abrí los ojos. Sobre el escritorio, como siempre había un pastel, un mille creppe, delicioso. Poco después el Daniel entro.
-Hola, labios azules ¿Que tal te va la vida?
-Quieres dejar de llamarme así
-Nop. Me gusta, te queda bien
- ¿me queda bien? ¿estás seguro de ello?
-Sip. Anda vamos- me tendió el brazo y me sujeté a él, así dimos un paseo por los jardines., hablando de tonterías, Daniel era capaz de hacerme sonreír con cada cosa que decía, ahora entendia porque los niños le querían tanto. Mis padres no volvieron a venir a verme ni mi mujer. Todas mis visitas consistían en los médicos mi hermano Daniel y la persona de los postres que sigo sin saber quien es.
-Hey, labios azules, cada vez cojeas menos
-Eso es porque soy genial
-Si, claro
-Vale, puede que no.- Seguimos caminando durante una hora más antes de volver a la habitación- Nos vemos mañana, aburrido- Sinceramente, no era aburrido. Pero shhh
-Hasta mañana, labios azules -Que manía ha cogido con llamarme así, desde ese maldito incidente con el colorante del pastel.
-Idiota- Él lanzó una sonrisa y se fue, al poco estaba abajo con una guitarra y rodeado de niños, muchos de ellos tenían la cabeza cubierta por un gorro de lana, sin duda la medicación que recibían era dura, pero aún así eran capaces de enseñar a cualquiera a vivir
-No te encariñes con ninguno, Jorge
-Doctor
-Hablo en serio. No todos aguantarán.
-¿Aguantarán?
-Cáncer, la gran mayoría de los niños que están ahí abajo tienen cáncer. No me gustaría encontrarme con otro conocido en uno de sus funerales
-¿No está siendo muy exagerado?
-Ojalá-volví a mirarles, eran tan jóvenes, tanta vida por delante y...-No les mire así. Siguen respirando, sigue habiendo motivos para sonreir
-¿De quien es eso?
-De una niña, Grace. Da igual lo que duela o lo que la pase, siempre sonríe y siempre intenta hacer sonreír a los demas. Es mi heroína
-¿Una mala historia?
-Peor que la tuya- sonreí, ambos sabíamos que mi historia era buena, aburrida simplemente
-No me la va a contar- no lo pregunte lo afirme. La mirada del medico hablaba por si sola
-No. No me corresponde a mi
Después de hacerme el chequeo como todos los días me dio la magnífica noticia. Era libre. Podía volver a casa y sin escayola, sin darme cuenta había pasado en el hospital el tiempo suficiente para que se me soldara la pierna. Mañana dejare el hospital. Si no me puse a bailar fue porque el médico estaba delante y porqie la última vez que hice el tonto, Daniel entro y quede en ridículo.
Cuando el médico se fue me pare a pensar en todo lo que implicaba que me dieran el alta, no más pasteles, ni paseos con Daniel, ni que me llamarán "labios azules", ni oír acordes de la guitarra acompañados de la risa de esos niños... Y tendría que aguantar a mi mujer, mierda... A partir de mañana abandonare todo eso...
Madrugue, hoy necesitaba ver quien dejaba los pasteles. Y aun así, no pude. El pastel ya estaba allí. Una mille creppe de chocolate, de aspecto delicioso y de sabor aún mejor. Creo que me he enamorado de ellos, y ahora les abandono. Mierda.
-¡Hermanito! - La puerta se abrió de golpe, y Luis apareció sonriendo
-¡Luis!- Me lancé a sus brazos, y él se echó a reír
-¿Que tal estas?
-Hoy me dan el alta
-Lo se. Por eso estoy aquí
-¿Y si viene papa? Sabes que no te permitirá estar aquí
-Que le den. Eres mi hermanito. Además nadie iba a venir
-Seras mamón. Y yo pensando que lo hacías porque me querías
-Ohh. Sentimental, sentimental - Nos echamos a reír.- Vamonos
Voy a echar de menos este sitio. Cogí mi mochila y salí. Luis se había vuelto a agenciar la moto y me obligó a subir, sigo odiando las motos y Luis conduce fatal.
-¡Ten cuidado. Luis!
-¡Ya estamos llegando!- Llegamos,  algún día me matara.-Bueno, te dejo con tu mujer- me guiño el ojo
-Espera, ¿Puedes quedarte un poco?-Él se estiró sin bajarse de la moto
-Tira, anda, te espero - Comencé a andar, tenia una mala sensación que se cumplió cuando entre. Allí estaban, mi mujer y su amante. Ojalá se vallan a la mierda. Salí de casa sin hacer ruido y me subí a la moto
-Vamonos
-¿Eh?
-Mi mujer está ocupada con un tío
-Te quedas en mi casa. No es tan épica como esta, pero te servirá. - Sin decir nada más arrancó

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2015 ⏰

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