Prioridades

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Había transcurrido una semana desde mi accidente camino al instituto.
Con baji nos hicimos bastante cercanos en la escuela, incluso comenzamos a irnos luego de las clases juntos a la estación de metro o simplemente beber bebidas juntos o comer golosinas, también nos saludábamos en el aula y siempre me preguntaba si había tenido problemas en mi camino, realmente era preocupado y considerado, tanto que comencé a sentirme mal por no darle algo aparte de las gracias. Pero... ¿que podría darle? ¿Chocolates? ¿ un cupón para karaoke? Me comenzaba a irritar pensando en algo, y descubrí que no lo conozco en nada, simplemente coincidimos en trayecto, me salvo y nos hemos vuelto cercanos pero quizás es porque quiere evitar que lo involucre nuevamente en este tipo de cosas; aunque esto ultimo lo dudo ya que es un pandillero y al parecer disfruta golpear a la gente por el simple hecho de sentirse molesto, tener sueño o incluso hambre.
Sin duda es extraño, pero me hace sentir bien.
- oye aly... contesta- me sacaba de mis pensamientos Chifuyu
- ¿que sucede chifuyu?- le pregunte algo irritada.
- contéstame algo... se que no somos cercanos ni nada, pero últimamente te he visto cerca del capitán.
- ¿del capitán?- pregunte algo confundida
- de baji, para ser mas preciso, baji es el capitán de la primera división de la ToMan
- ah, ya comprendo de la banda a la que pertenece- le respondí- bueno, como decirlo...mmmm , solo coincidimos en el trayecto al instituto y además me ayudo - contesté algo ruborizada
- ¿baji te ayudo? - yo moví la cabeza afirmando la respuesta - wow, el realmente siempre es genial.
- jajaja, eso creo... por cierto chifuyu... tu si que eres bastante cercano
- se podría decir que sí - me respondió el animado -
- bueno... no se como decirlo-
- vamos aly, pregunta ya - me insistía chifuyu.
- solo quiero agradecerle lo que hizo por mi, y quizás me podrías ayudar a comprarle algo que le guste.
- mmmmm.... veamos- pensaba chifuyu mientras me observaba de reojo- ya se ... yakisoba, pero Yakisoba Peyoung- me respondió.
- ¿peyoung yakisoba?- le pregunte de vuelta.
- si, eso mismo- río - suerte compañera- me dijo chifuyu y se fue a su asiento.

Transcurrió el día normal, y solamente pensé en como invitar a Baji a comer Yakisoba en alguna tiendita al paso.
Sonó finalmente la campana que indicaba el termino de las clases, tome mis cosas rápidamente y me adelante para buscar a baji en su salón.
Llegue al salón y comencé a buscarlo con la mirada pero no lo encontré, ¿ se habrá ido antes? ¿Quizás tenía deberes pendientes?, cuando derrepente  sentí unas manos en mi espalda.
- ¿ A quién buscas? - me preguntaron
- eh... bueno- comencé a balbucear mientras me daba vuelta para encontrarme cara a cara con baji.

Era la primera vez que lo veía tan cerca y pude notar lo perfecto que era su rostro, sus hermosos pero fieros ojos avellanas y su inigualable sonrisa, llena de confianza.
- ba.. baji- le dije gritando-
- oye... oye... ¿ te sorprendí?, es solo que te ví tan angustiada buscando con la mirada en mi salón, que me preguntaba a quien debía pegarle.
Ante su respuesta solo solté una risita, algo burlona que genero una mueca de disgusto en el.
- te buscaba a ti- le dije mirándolo a los ojos
El me miro y se acercó a mi rostro, no podía ocultar el nerviosismo que me provoco eso, sentía mi corazón latir a mil por hora y solamente reaccione a colocar mis manos en su pecho.
- si buscabas a otra persona, realmente me hubiese molestado- suspiró - aly... es realmente molesto que estemos en clases distintas, ¿lo sabías?.
- ¿a que viene eso baji? - pregunté aún estando en la misma posición los dos
- es solo que ... - trataba de encontrar las palabras mirándome a los ojos- solo... olvídalo - me exclamo finalmente- a todo esto, ¿sucede algo?- me pregunto entrando a su salón y recogiendo sus cosas.
Algo nerviosa y tratando de procesar todo lo que me había dicho le conteste - bueno... como decirlo... quería que pasemos a comer algo los dos... de camino a casa si te parece bien -
Baji mientras terminaba de recoger sus cuadernos y los guardaba en su bolso, su rostro cambio.
Al terminar de recogerlos todos me miró- aly... lo siento, pero tengo unos asuntos ahora- respondió.
Yo solo lo miré y le entregué una sonrisa, debo decir que me dolió  un poco el hecho de que no podíamos ir a comer hoy.
- baji, no te preocupes... podemos hacerlo otro día- intercambiamos miradas- cuídate- le dije para despedirme con la mano- nos vemos mañana.
El solo me despidió y salí del salón para dirigirme a la entrada.

Sin duda tenía sentimientos encontrados pero sabía que el debía hacer sus cosas, quizás eran celos los que sentía, o simplemente el hecho de que no pudiera acompañarme me hacía sentir rara.
Camine hacia la estación de metro, pero cuando llegue preferí pasar a la tienda para comprar el yakisoba; sentía algo dentro de mi... algo que no debía ir a la tienda, pero de igual forma fui.

Al salir de ella estaban los cuatro pandilleros nuevamente.
- pero miren nada mas con quien nos encontramos- dijo el líder, podía sentir su desagradable mirada sobre mí - pero que gran sorpresa, al parecer estas sola pequeña.
Mis ojos se abrieron y un miedo comenzó a recorrer mi cuerpo.
- oh no, mírenla- dijo el líder- ¿estas asustada pequeña? ¿Donde esta tu novio para salvarte? No lo veo por aquí- exclamaba mientras reía- hoy no te escapas, pagarás tú y el por la paliza de hace un tiempo.
Lo único que se me ocurrió en ese momento fue tirarles los bebidas que compre y salir corriendo. Pero tal como lo pensé, fue inútil, ya que me alcanzaron de inmediato. Solo sentí un pequeño golpe en la cabeza y mi vista comenzó a nublarse, caí al suelo y el líder agarro mis muñecas para sostenerme.
Escuchaba murmullos de sus risas y quemaduras en mis muslos, mientras susurraban cosas que no entendía mientras que poco a poco me recuperaba del golpe.
- oye kaneki, ha pasado una hora y no aparece , ¿ que hacemos?- pregunto uno de los pandilleros.
- solo esperen- decía el tranquilamente
- por favor, déjenme ir - pedí al líder, mientras trataba de abrir los ojos, pero el dolor era terrible.
- pequeña ¿estas loca?- haremos que ese imbécil pague.
Comencé a llorar, me sentía frustrada por no tener la fuerza suficiente para arrancar o simplemente encararlos y golpearlos.
- bueno, ya que demora tanto en llegar, tendremos que divertirnos- dijo el líder comenzando a subir mi falda.
Entré en pánico y grite lo mas fuerte que pude- ayúdenme, por favor ... que alguien me ayude- pero parecía inútil.
- eres la escoria mas grande del mundo Kaneki- reconocí esa voz.
- ba... baji- a duras penas hablé, solo sentí una chaqueta sobre mí y luego a chifuyu que me habló.
- aly ¿estas bien? ... nos tendieron una trampa, pero aquí estamos- hablaba chifuyu mientras poco a poco volvía a quedarme dormida.

Desperté de golpe. ¿Donde estaba? ¿Que había pasado? ¿Baji? ¿Chifuyu?
- ah, despertaste al fin- habló baji.
Lo miré y me largue a llorar mi instinto hizo abrazarlo, el me devolvió el abrazo y susurro a mi oído.
- no perdonaré a nadie que te haga daño- sus palabras eran frías pero a mis oídos parecían cálidas, me protegía.
- baji, lo siento - respondí - no pensé, no sabía que buscarían venganza... yo cause todo esto-
- no es tu culpa aly, siempre buscan venganza- me exclamó mientras acariciaba mi pelo, al percatarse de ello se coloco nervioso y se paro.
Agarre su mano, sentía mi corazón a mil.
- baji... no dejes de abrazarme, por favor- le dije con la mirada en el piso y mis mejillas enrojecidas.
- aly...- susurro y adopto la misma postura mía y me abrazo. Acomodé mi cabeza en su pecho y pude sentir como su corazón latía al mil y sus manos  temblaban.
Baji era una fiera en las peleas sin duda, quizás el mejor, pero me mostraba su lado tierno, ese lado protector.
- aly... yo- me susurro- tu.. para mi- sentía como quería encontrar las palabras correctas para decirme- para mi eres importante, así que siempre te salvaré, aunque tenga que dar mi vida- terminó de hablar.
Solamente lo abracé mas fuerte y me acerque a su oído - gracias baji, tu también- sentí que mi voz se entrecortaba de nervios - tu también eres importante para mí.

Tokyo Revengers / No me sueltes Baji KeisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora