EL POEMA DE GILGAMESH

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Gilgamesh o Gilgamés es un personaje legendario de la mitología sumeria. Según el documento llamado Lista Real Sumeria, fue el quinto rey de Uruk hacia el año 2650 a. C. y protagonista del Poema de Gilgamesh, también llamada La Epopeya de Gilgamesh en la que se cuentan sus aventuras y búsqueda de la inmortalidad junto a su amigo Enkidu (Enkidu fue creado por Aruru por petición de Anu que oía las quejas de la gente sobre Gilgamesh y ésta le dijo a Aruru que creara un ser tan fuerte como Gilgamesh, hijo de la diosa Ninsun y un sacerdote llamado Lillah. Gilgamesh, al enterarse de la existencia de Enkidu, envió a una prostituta sagrada llamada Shamhat, que pasó seis días y siete noches haciendo el amor con Enkidu para convencerle de que era mejor una vida sabia y social que una vida de soledad y brutalidad en el bosque).

La mitología cuenta que Gilgamesh fue un rey déspota que reinó en Babilonia en la ciudad de Uruk (actual Warka, en Iraq). En la Biblia se hace referencia a esta ciudad con el nombre de Erech. Fonéticamente, su evolución puede haber dado el nombre a Iraq. La leyenda sobre este rey cuenta que los ciudadanos de Uruk, viéndose oprimidos, pidieron ayuda a los dioses, quienes enviaron a un personaje llamado Enkidu para que luchara contra Gilgamesh y le venciera. Pero la lucha se hace muy igualada, sin que se destaque un vencedor y, a continuación, los dos luchadores se hacen amigos. Juntos deciden hacer un largo viaje en busca de aventuras, en el que aparecen toda clase de animales fantásticos y peligrosos. En su ausencia, la diosa Inanna (conocida por los babilonios como Ishtar y más tarde como Astarté) había cuidado y protegido la ciudad. Astarté declara su amor al héroe Gilgamesh pero éste lo rechaza, provocando la ira de la diosa que en venganza envía el Toro de las tempestades para destruir a los dos personajes y a la ciudad entera.

Gilgamesh y Enkidu matan al toro, pero los dioses se enfurecen por este hecho y castigan a Enkidu con la muerte. Gilgamesh muy apenado por la muerte de su amigo recurre a un sabio llamado Utnapishtim (Ziusudra en sumerio que puede significar «el de los Días Remotos») el único humano junto con su esposa que por la gracia de los dioses son inmortales. Gilgamesh recurre a él para que le otorgue la vida eterna, pero Utnapishtim le dice que el otorgamiento de la inmortalidad a un humano es un evento único y que no volverá a repetirse como ocurrió con el Diluvio Universal. Finalmente la esposa de Utnapishtim le pide a su esposo que como consuelo a su viaje le diga a Gilgamesh donde localizar la planta que devuelve la juventud (más no la vida o juventud eterna), éste le dice que la planta está en lo más profundo del mar. Gilgamesh se decide a ir en su busca y efectivamente la encuentra, pero de regreso a Uruk decide tomar un baño, y al dejar la planta a un lado, una serpiente se la roba (basándose en que las serpientes cambian de piel, por ello vuelven a la juventud). El héroe llega a la ciudad de Uruk donde finalmente muere.

He aquí fragmentos del poema de Gilgamesh junto con algunos paralelos del relato bíblico del diluvio (Génesis 6-8). El poema data del II milenio a.C., mientras que el relato bíblico pertenece al siglo VI a.C. redactado por los judíos exiliados en Babilonia.

Gilgamesh habló a Utnapishtim el Lejano: «Te he estado observando, pero tu aspecto no es extraño, ¡eres como yo! Tú mismo no eres diferente, ¡eres como yo! Tenía la intención de luchar contra ti, pero (en cambio) mi brazo se posa amistosamente sobre ti. Dime, ¿cómo asististe a la Asamblea de los dioses y encontraste la vida (eterna)?» Utnapishtim habló a Gilgamesh, diciendo: "Te revelaré, Gilgamesh, una cosa oculta, y un secreto de los dioses te diré:

Suruppak, ciudad que tú conoces y que en las riberas del Éufrates está situada, esa ciudad era muy antigua, y había dioses en ella. Los corazones de los grandes dioses los impulsaron a suscitar el diluvio. El padre de todos, Anu, ordenó el juramento [de no revelar lo que allí se hablara], el valiente Enlil era su consejero, Ninurta, su asistente, Ennuge, su irrigador. Ea (el sabio príncipe) también estaba con ellos bajo el juramento [de silencio], así que repitió su parlamento a la choza de cañas: «¡Choza de cañas, choza de cañas! ¡Pared, pared! ¡Oh, Hombre de Suruppak, hijo de Ubar-Tutu! ¡Demuele (esta) casa y construye una nave! Renuncia a tus riquezas y busca la vida. ¡Desdeña tus pertenencias y salva a los seres vivos! Haz que todos los seres vivos suban al barco. El barco que has de construir ha de tener las mismas dimensiones: su longitud debe corresponder con su anchura. Constrúyele un tejado como el Apsu.».

ENÛMA ELISHEl:  Mito mesopotámico de la creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora